Faceless Revenge ©

09| Objetivo

"Objetivo"
Narrador| White

—Descansemos un poco—dije agitado, recargándome en uno de los árboles y viendo a Amaya hacer lo mismo—¿estás bien?—pregunté, viendo sus piernas vendadas.

—Sí, ya no me duelen—murmuró, desviando su mirada hacia su lado derecho—no puedo creer que Valeria...

—No escuchamos a Black—solté, suspirando frustrado.

—Es literalmente el más estratégico de los cuatro, ¿por qué no lo escuché?—la vi llevar una de sus manos a su rostro—y yo solo intenté que evadieran el tema en ese momento.

—Amaya, no fue tu culpa—interrumpí, y ella asintió ligeramente, fingiendo una sonrisa.

Ni siquiera alcancé a procesar lo que estaba pasando. De hecho, solo recuerdo despertar exaltado cuando escuché un grito.

Vi a Black salir corriendo de la cabaña, y antes de poder correr detrás de él, el sonido de un arma recargándose se escuchó justo a un lado de mi.

Valeria estaba apuntándome, y si no fuera porque alguien desconocido le disparó desde una de las ventanas, yo estaría muerto.

Recuerdo haber corrido hacia Amaya para sacarla de allí también, estaba desesperado, y bueno, lo sigo estando. Clara no estaba, pero parte de mi quería tranquilizarse pensando en que ahora mismo estaba con Black, y no sola en mitad del bosque.

—¿Quién nos ayudó?—susurró Amaya, en pregunta, y yo me encogí de hombros.

—No tengo idea—contesté, suspirando y volteando a otro lado para observar el alrededor. No había logrado ver quien disparó—pero Valeria está herida.

—Y tal vez Clara y Black...

—No, ellos están bien.

—Lo lamento, yo...

—Entiendo—interrumpí, acercándome para poder sentarme a un lado de ella—no es tu culpa nada de esto, ninguno de nosotros podía saber que Valeria...ya sabes.

—Sí—murmuró, sin ánimos—pero aún así, ¿por qué lo hizo? Creí que éramos familia para ella—Amaya fijó su triste mirada en el suelo, y yo suspiré, realmente no creo que mis palabras o las de alguien más puedan ayudarla, pero definitivamente ella necesita escuchar que nada de esto es su culpa, porque a pesar de que no lo diga, sé perfectamente lo que está pensando.

—¿Crees que esto es tu culpa, verdad?

—Quizás ella tenía rabia de que yo no hubiese pasado por lo mismo que ella, y eso...

—¿Y eso importa? Amaya, nos traicionó, y sea cual sea su razón, lo hizo, sin importar que nuestras vidas corrieran peligro—dije, y ella alzó su vista para poder mirarme—no es justo que te culpes de eso, tú también estabas superando cosas difíciles, y tal vez no lo mismo que ella, pero eso no quiere decir que tú debas sufrir para que Valeria se sienta en paz.

—Solo desearía que mi familia me quiera.

—Nosotros somos tu familia—agregué, y sus labios se entreabrieron al oírme, hasta que finalmente, sonrió.

—Gracias—susurró, y yo asentí, esbozando una sonrisa también—quizás debamos buscarlos.

—Sí, ¿pero segura de que puedes seguir?

—Sí, solo son rasguños—alzó su pulgar e intentó levantarse. Yo imité su acto rápidamente, para lograr pararme primero y ayudarla.

Ambos seguimos avanzando, intentando no hacer ruido. Valeria estaba herida, pero seguía teniendo un arma. Alguien más estaba en el bosque, no tenemos claro quién es o de qué lado está, pero no confiaré en nadie más.