16| Reencuentro

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"Reencuentro"
Narrador| Clara

Mis latidos se detuvieron, temblé por la ráfaga de nervios que acababa de golpearme.

No es verdad...

Todo el molesto ruido haciendo eco en mis odios desapareció. Justo ahora, lo único que lograba procesar, era la imagen que tenía en frente.

Yo tenía razón...

Tragué grueso, sintiendo mi labio inferior temblar.

Desesperada tomé la mano de Black, buscando algo de tranquilidad, sin embargo, podía sentir lo nervioso que también estaba, y antes de que yo pudiese lograr formular una palabra, él abrió la puerta, corriendo hacia ellos.

Y sin saber que hacer, no aguante más, rompiendo en llanto y llevando mis dos manos a mi rostro.

Desvié mi vista a la ventana, y en cuanto volví a divisarlos, me concentré en cómo Black se abalanzaba contra Gray, abrazándolo hasta el punto en el que ambos cayeron al suelo.

Blaise avanzó un paso más, y débilmente, se dejó caer.

Estoy cansada.

Estoy asustada.

Estoy harta de todo esto.

Pero no puedo rendirme, eso significaría dejarlos a ellos.

Tragando como pude mi llanto, bajé del auto, y caminando lo más rápido que pude, tomé a Blaise en un intento de llevarlo al auto.

Gray está vivo.

Y amaría poder abrazarlo, gritarle con fuerza que lo extrañé y que sin él nada era igual, pero ahora mismo, si me detenía a hacer eso, ¿quién ayudaría a Blaise?

¿Quién se aseguraría de poder escaparnos todos antes de que los últimos guardias que quedan en pie nos atrapen?

Amaya y White inconscientes, Blaise, Black y Gray sin fuerzas para pelear.

¡¿Y yo qué hago para quedarme sin fuerza si algo pasa?!

—Blaise, por favor...—susurré entrecortadamente, intentando que no terminara de perder su consciencia, y con fuerza, lo ayudé a levantarse para dar los últimos pasos hasta el auto.

Subió a un lado de Amaya, quien estaba recostada en la tercera corrida de asientos del auto, y antes de cerrar la puerta, lo vi cerrar sus ojos mientras una gota de sangre bajaba por su nariz.

Me afirmé del auto, volviendo mi vista a Black, pero ya no estaban abrazados, sino que, con lágrimas en sus ojos, intentaba cargar a Gray hacia el auto.

En mi campo de visión entraron dos guardias, quienes apresurados intentaron alcanzarlos.

¿Tendrán armas...?

Trague, y antes de quedarme esperando a descubrirlo, subí al auto, tomando el volante y encendiéndolo para comenzar a conducir inexpertamente.

Mis manos temblorosas no ayudaban mucho, pero con la poca práctica que tenía, logré conducir para interponer el auto entre los chicos y los guardias.

Black abrió la puerta, subiendo a Gray en la segunda corrida de asientos junto a White.

La ansiedad me está consumiendo.

No puedo controlar mi pulso, y mientras más intento pensar en que todo estará bien, más recuerdo en lo destruidos que estamos todos.

Pisé el pedal impulsivamente en cuanto Black se sentó en el lado del copiloto, y luché por no cerrar mis ojos cuando escuchaba los disparos chocar contra el vidrio trasero del auto.

Faceless Revenge ©Where stories live. Discover now