40| Sacrificios

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"Sacrificios"
Narrador| Blaise

—¡Dame el botiquín!—Red se peleaba contra Amaya, quien intentaba apartarlo con todas sus fuerzas.

—¡Yo voy a curarlo!

—¡Que no, dámelo!

—¡¿Por qué querrías curarlo?!—inquirió ella, estresada—¡tú mismo lo golpeaste!

—La gente cambia.

—¿De un momento a otro?—soltó incrédula.

—¿Qué puedo decir? Hoy me siento iluminado.

—Lo haré yo mismo—Jax resopló, acercándose para tomar el botiquín.

—¡Yo te ayudo!—Red terminó por arrebatárselo, sonriendo inocente—el que rompe lo arregla, yo te curo guapetón.

Rodee mis ojos, tomando el arma que Clay me dio mientras la amiga de Red y Blue terminaba de descargar todo.

—¡Hey, mi abdomen no tiene heridas!—oi a Jax quejarse.

—Lo siento, entre tantas líneas me confundo.

Suspiré. Red y su instinto animal.

Nos alistamos todos, y yo, nervioso por el plan que teníamos que aplicar, intenté calmarme antes de dirigirme al auto.

—Purple, te quedas con mi esposo—Red señaló a ambos.

—No me llamo Purple.

—Y yo no soy tu esposo.

—Uh, se hace el difícil, ¿de casualidad tú signo es Leo?

—Ya lárgate—soltó Jax, perdiendo la paciencia. Vi a Red resoplar, saliendo para encaminarse hacia el auto, y yo esperé a que Antobella terminará de configurar el último audífono.

—Toma, nos escucharás a nosotros en todo momento, asegúrate de que Valeria no lo note.

Me lo coloqué, reuniendo fuerzas para salir y subirme a la camioneta que trajo Clay.

Amaya con su mirada baja, mientras movía sus pies impaciente. Black y White con sus miradas hacia las ventanas de tonos grises. Clay y Lauren en los asientos de adelante, mientras Red y Blue se acomodaban para intentar dormir.

¿Cómo podían dormir ahora?

Gray pasó su brazo sobre mis hombros, y suspiré, reposando mi cabeza.

—¿Seguro de que quieres hacer esto?—susurró, y yo asentí—podemos intentar otro plan.

—Estaré bien—murmuré de vuelta, tomando su mano para acariciarla.

El plan era arriesgado, pero era la única manera que teníamos para entrar allí, así que, apenas estacionaron la camioneta, Clay y Lauren bajaron.

—Ten cuidado—Amaya me miró asustada, y yo dibujé una sonrisa, asintiendo. Me levanté, y antes de poder bajarme, Gray tomó de mi brazo.

Faceless Revenge ©Where stories live. Discover now