Era la época dorada de los negocios Internacionales en Corea del Sur, su mejor versión donde grandes empresarios viajaban y conocían nuevas culturas y formas de vida. Sim embargo, todo aquello llevaba molestia y angustia a los Alfistas empoderados...
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TaeHyung miraba su nueva casa con una mezcla de desprecio y admiración a la par. Pues la casa era bonita, con un gran jardín y mobiliario divino; sin embargo él la sentía como una nueva cárcel a la que pertenecer.
-Disculpe. -Dijo uno de los hombres de su padre pidiendo permiso para pasar cargando una de las cajas que contenían sus menesteres.
TaeHyung se hizo a un lado observando como entraban a una habitación situada al lado de la cual se abría y dejaba ver a su futuro esposo Park Jimin. El rubio bajó las escaleras con calma abrochándose el botón de su chaqueta de traje y se colocó de frente a él.
-Dormiremos en habitaciones separadas para más comodidad de ambos. -TaeHyung suspiró fuerte dejando escapar casi su alma.
-Gracias. -Susurró obteniendo un asentimiento del contrario.
-Quiero hablar contigo algo antes de la fiesta de compromiso de esta noche. -El Omega asintió y lo siguió cuando sin más le dio la espalda caminando hacia la sala contigua. Jimin tomó asiento en uno de los pulcros sofás blancos y le señaló el hueco libre a su lado, mas TaeHyung se sentó en el que estaba frente a él dejando una clara marca de distancia entre ambos. -Mis padres insisten en llenar la casa de servicio, pero a mí nunca me ha gustado que invadan mi privacidad.
-A mí tampoco. -Aceptó viéndolo a los ojos almendrados. Jimin evaluó su conjunto de ropa ligera veraniega blanca antes de volver a fijarse en su rostro angelical.
-Creo que con un cocinero, un ama de llaves y alguien que mantenga la limpieza será más que suficiente. -TaeHyung asintió estando de acuerdo. -Me he tomado la libertad de traer a mi cocinero favorito de casa de mis padres; él conoce todas mis dietas y preferencias y puede llegar a conocer las tuyas.
-Me parece bien. -Asintió removiendo se al instante en su lugar. Para el Omega era maravilloso que esa conversación se estuviera dando por idea del Alfa y que encima le estuviera dando a elegir y contando con su opinión. -Podría... -Murmuró alzando de nuevo la vista dubitativo. -¿Podría ser un mayordomo en vez de una ama de llaves?
-¿Por qué? -Preguntó elevando una de sus cejas rubias impecables.
-En mi casa siempre ha estado NamJoon conmigo y quisiera que siguiera siendo así. -Dijo recordando a su mayor pilar, tras su hermana, en esa casa.
-¿NamJoon? -Repitió. -¿Es Alfa? -TaeHyung negó.
-Es Omega.
-Está bien, no quiero Alfas en esta casa a parte de mí. -Se puso en pie volviendo a arreglar su traje.
-¿Por qué? -Cuestionó arrugando su ceño y siguiéndolo en sus gestos
-No quiero Alfas cerca de ti y menos si vas a vestir así. -Recorrió de nuevo su figura entallada en ese conjunto lujoso pero pecaminoso. -Ponte algo menos trasparente esta noche, mi casa no es un burdel y mi futuro esposo no será un cualquiera.
