Era la época dorada de los negocios Internacionales en Corea del Sur, su mejor versión donde grandes empresarios viajaban y conocían nuevas culturas y formas de vida. Sim embargo, todo aquello llevaba molestia y angustia a los Alfistas empoderados...
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TaeHyung comía galletas que su padre le había llevado esa mañana de trigo con frutos rojos; las recibía en su boca a trozos por su Alfa. Ambos estaban sentado en el pequeño sofá del cuarto de JungKook y esperaban pacientes como habían hecho esas últimas 48 horas en las que no habían podido abandonar el hospital de ningún modo.
El aroma a polvos de maquillaje aumentó feliz cuando Jimin jugó a retirar la galleta de su boca y él la persiguió para recibir, a cambio de la galleta, un beso robado de su mayor. Park rio jovial al ver el sonrojo y celo fruncido del castaño antes de expulsar también su aroma a rocío de la mañana.
Sus lobos llevaban haciéndolo desde que JungKook entró con ellos días atrás a su habitación. Ellos expulsaban sus aroma, llamando de forma incesante y persistente a su Beta.
Sus risas en acople se callaron de golpe cuando la humedad y picor de la tinta fresca de escritura a mano impregnó sus narices. Sus rostros girando rápido hacia la camilla que ocupaba el Beta.
El mundo volvió a detenerse para ellos dos cuando el ojo sano de JungKook los enfocó y se achicó hasta hacer nacer tres tiernas arruguitas en su costado, como brilló centelleante y como su nariz se hizo chiquita mientars sus labios se curvaban hasta mostrar con dulzura sus palas superiores.
-Hola. -Su voz fue casi tan nula, tan rasposa y dejaba en claro su cansancio.
Jimin se puso en pie a la par que TaeHyung, ambos rápido y ansiosos, deteniéndose también de golpe con el picor en sus manos y el latir de sus corazones en sus oídos.
-Kookie. -Susurró TaeHyung acongojado.
-Mi amor. -Dijo Jimin queriendo correr hacia él.
-Mis chicos, mis esposos; os he echado de menos. -El Omega corrió hacia él, aventandose con miedo y cuidado a abrazarlo, tratándolo como si de una fina flor de pétalos débiles se tratara. Jimin llegó algo más lento por su shock, acariciando sus brazos y piernas desnudas por la bata de la clínica. -Os amo.
-Y nosotros a ti. -Aseguró TaeHyung, viéndole al rostro destrozado con los ojos temblando.
-¿Cómo te encuentras? -Preguntó Jimin entrando también en su campo de visión. JungKook seguía tumbado de lado por las heridas de su espalda y la operación en su oido. -Debemos avisar a Hoseok de que despertaste.
-Espera Minnie. -Pidió estirando su mano como reclamo porque volviera a su lado cuando este dio media vuelta con intención de llamar al médico. -Unos segundos nosotros, solo un momento. -El Alfa asintió, tomando las manos de sus esposos y llevándolas a sus labios para besarlas con fuerza y de forma sonora.
-¿Estás bien? -Preguntó ahora TaeHyung, sus ojos ahora barriendo su cuerpo por completo.
-Estoy aquí, así que sí. -Sonrió de lado y de forma tirante por el ardor en su mejilla.
