Era la época dorada de los negocios Internacionales en Corea del Sur, su mejor versión donde grandes empresarios viajaban y conocían nuevas culturas y formas de vida. Sim embargo, todo aquello llevaba molestia y angustia a los Alfistas empoderados...
CAPÍTULOS MÁS LARGOS DE LO NORMAL Y CON CONTENIDO SENSIBLE‼️‼️‼️ Os quiero y gracias por todo, espero que os gusten estos capítulos tanto como a mí escribirlos ❤️
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La oscuridad era su segunda mejor compañía, sus pies sentían la humedad del agua bajo ellos pero el agua era cálida y como caricias delicadas. JungKook reía a grandes carcajadas juveniles en el limbo donde su espirito lobo y él se encontraban en el sueño de la inconsciencia.
Su lobo Beta aún era un cachorro, siempre contenido y humillado, jugaba entre las sombras a esconderse con facilidad por su pelaje azabache y después rodaba por las aguas turbias haciendo reír al humano sentado sobre ese misma agua.
Estaba a salvo, JungKook sabía que en ese limbo estaba a salvo, pero bastó un instante de ver los ojos oscuros de su animal para saber que debía despertar y llevarlos, a ambos, con su Alfa, su Omega y sus cachorros.
Un halo de luz brilló en el agua, sus ojos pestañearon pesados y cuando los abrió tras apretar sus párpados con fuerza estaba de nuevo en la realidad. El frío duelo gris de cemento y esas grandes paredes con el barandal a una altura descomunal. Ese brillo de nuevo captó su atención, ya no entraba la luz solar por las ventanas, sin embargo había un farolillo con una cándida vela en su interior junto a él.
-Me estaba muriendo de miedo al pensar que habías muerto, llevó casi media hora tratando de despertarte. -Esas voz, aún si era dulce, ahogada y grave le hizo alzar la mirada.
La hermana de SeokJin.
-¿Estás bien? -Preguntó jadeando por el dolor en su rostro al mover su quijada, incapaz aún de levantarse de esa manta en el suelo. -¿Te han hecho algo? -Los ojos de la pelinegra se llenaron de lágrimas mientras negaba con su cabeza.
-¿Aún si estás así, lo primero que haces es preguntar por mí? -Preguntó, realmente no esperando respuesta. -Eres increíble Jeon JungKook, una persona maravillosa. -El Beta volvió a pestañear. Su ojo derecho veía perfectamente a pesar de la poca iluminación. Sin embargo, su ojo izquierdo, el dañado por el último latigazo de su padre con su cinturón, veía borroso y dañado, como con tintes rojos y quemaba el simple hecho de tenerlo abierto.
Y sí, quería gritar y llorar de dolor, porque todo su cuerpo estaba encogido y contraído por los golpes, mas estaba tan agotado por los mismos que no podía hacerlo. Se movió ligero cuando la pelinegra acercó un paño mojado en agua tibia en un cubo que portaba en su mano a su rostro. El simple movimiento propio y la caricia del paño en su oído y sien le hizo marearse y perder su punto de anclaje unos segundos.
-No toques ahí. -Pidió como pudo desorientado. La chica le obedeció y siguió limpiando su espalda y torso a través de los jirones de su camisa que tanto adoraba. -¿Está muy mal? -La Omega no sabía si se refería a su ojo, su oído, su cabeza, su mejilla, su cuerpo o todo en general. -Mi rostro, mi oído, mi ojo. -Explico como pudo en murmullos, si voz sonando lejana sin saber si era del cansancio o el eco del lugar.
