Era la época dorada de los negocios Internacionales en Corea del Sur, su mejor versión donde grandes empresarios viajaban y conocían nuevas culturas y formas de vida. Sim embargo, todo aquello llevaba molestia y angustia a los Alfistas empoderados...
Maratón pre final 7/7 Notita: lo narrado en cursiva son recuerdos
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NamJoon sonrió viendo de lejos como Jennie golpeaba con dulzura la nariz de JiSoo y esta se sonrojaba. Tan sencillo es el amor como asemeja, tan fácil como simplemente dejarse amar y expresar tu amor. Tan sencillo para la gente joven y sin compromisos que no fueran él. Porque NamJoon estaba roto y él lo sabía. NamJoon era un Omega manchado y sucio que nadie podría querer jamás a su lado.
O al menos eso pensó desde que quedó embarazado de TaeHyung hasta hacía unos meses atrás cuando ocurrió el desastre.
NamJoon escuchó a su hijo llorar relajado y tranquilo, aquello le causó el mismo sentimiento a él. JungKook saldría de esta y volvería a casa con ellos. La puerta del cuarto donde estaba su hijo y su yerno Alfa se abrió mostrando de nuevo a las enfermeras y a Hoseok salir de allí. Las jóvenes se marcharon ofreciendo una reverencia y el médico se quedó plantado ante él observándolo con escrutinio.
-Parece que todo ha terminado al fin, ¿no? -Preguntó el Alfa meriendo sus manos en los bolsillos de su larga bata.
-Eso parece. -Murmuró obligándose a apartar la mirada.
-Para ti también. -NamJoon lo miró desconcertado. -Ya no hace falta que cuides de tu hijo como si fuera un cachorro.
-Tae siempre va a ser mi cachorro y siempre me va a necesitar. -Respondió molesto, Hoseok rio y se acercó más a él.
-Tienes razón. -Asintió alzando su vista al menor. -Pero él ahora ya es un adulto que tiene un Alfa que le proteja y a un Beta que le cuide; ahora él debe ser quien cuide de sus cachorros. ¿Entiendes lo que quiero decir? -El Omega apretó sus labios hasta volverlos blancos, sus ojos clavados en los del Alfa con magnetismo. -NamJoon, ¿eres consciente de lo afortunados que somos por encontrarnos?
-¿Lo somos? -Rebatió pestañeando rápido. -¿Lo eres tú? -Cuestionó dejando las lágrimas caer al fin. -Hoseok, soy un Omega sucio, pobre y con un hijo. ¿Cómo puedes decir que eres afortunado? -El rostro siempre sonriente y brillante del médico se contrajo en una mueca molesta y adoptó un tono rojo por la furia.
-¿Cómo puedes tratar de escoger mis sentimientos? -El Omega pegó un brinco por lo dura que fue si reacción no esperada. -Entiende esto NamJoon; mi lobo y yo, como humano, estamos orgullosos y nos sentimos afortunados porque nuestro Omega destinado es un hombre valiente, fuerte, lindo, bello, adorable, serio e inteligente, trabajador y un padre excelente. -Con gentileza, tras cada halago dado, fue acortando la distancia entre ambos hasta llegar a sustentar sus hombros.
-¿De verdad? -Preguntó achicando su cuerpo, Hoseok se puso de puntillas para alcanzar sus labios. Solo un roce que se daba con cada palabra dicha por el Alfa.
-Démonos una oportunidad. -NamJoon asintió rozando sus belfos con los de su destinado. -¿Sí? -La respuesta más sincera y claro vino de parte de un beso robado.