Era la época dorada de los negocios Internacionales en Corea del Sur, su mejor versión donde grandes empresarios viajaban y conocían nuevas culturas y formas de vida. Sim embargo, todo aquello llevaba molestia y angustia a los Alfistas empoderados...
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TaeHyung apretó con fuerza el brazo de su Alfa, un gesto que trataba de hacer controlar sus instintos y su raciocinio humano que básicamente le pedía proteger y a la vez llorar por el cachorro. Jimin fue más directo, dando un paso hacia delante para tratar de alcanzar al infante y fallando en cuento este dio un paso atrás lejos de él.
Para ninguno de los adultos pasó desapercibido el cierto temor que brilló en sus ojos. Ante ellos estaba una versión más pequeña de lo que fue JungKook los primeros dos días en su casa.
-Déjame a mí. -Murmuró TaeHyung dando una caricia a la nuca con cabello rubios rozando en ella. -Tal vez tu aroma de Alfa puro lo pongo más nervioso. -Jimin asintió y se hizo a un lado, dejando así, que TaeHyung se colocara de cuclillas ante el menor a cierta distancia. -YeonJun, pequeño, ¿por qué no entras en casa un momento? -El pequeño hizo una mueca y conecto su mirar con el bello señor Omega que desprendía un aroma muy dulce y reconfortante; en su mente infantil pensó que así debía oler su mamá si ella le dejara acercarse.
-Sí, ¿has desayunado? -Preguntó Jimin, realmente no queriendo interferir pero siendo imposible para él no querer mostrar su preocupación. -¿Quieres comer algo? -El niño se agarró con fuerza a las cuerdas de su mochila y miró el suelo retraído.
-Kookie Hyung dice que no confíe en desconocidos. -Habló bajo, haciendo pucheros y derritiendo el corazón del castaño.
-Pero nosotros somos amigos de Kookie, él vive aquí con nosotros. -Trató TaeHyung, desde cerca podía ver qué esos hematomas en su cuello eran de días pasados. Tal vez tres o cuatro días ya.
-¿Dónde está Kookie Hyung? -Cuestionó en cambio el cachorro de Alfa. -¿Aquí viven los señores Park? -Jimin, viendo que había bajado ligeramente la guardia, se dejó caer también de cuclillas para que el menor no se sintiera intimidado por su postura ante él.
-Yo soy el señor Park y él mi marido. -Señaló a TaeHyung quién le sonrió amplio al menor haciéndolo sonrojar. -Kookie se ha ido a comprar al mercado.
-A Hyung le gusta ir a comprar al mercado. -Asintió, creyendo poco a poco en ellos, solo por esa afirmación.
-Entonces, ¿pasas y lo esperamos desayunando? -Preguntó TaeHyung extendiéndole su mano, sin dejar de sonreír, el cachorro la tomó levemente. Solo sus deditos rodeando con fuerza dos de los del mayor.
-Sí, llevo dos días sin desayunar porque Tae Hyung no me hace el desayuno. -Dijo siguiendo los pasos de los mayores hacia el interior de la gran casa, observando embelesado lo blanca, brillante y bonita que era.
-¿Y mamá? -TaeHyung lo condujo hasta la mesa del salón, ofreciéndole asiendo en la silla que esos últimos días ocupaba JungKook. -¿Mamá o papá no te preparan el desayuno?
