Capítulo 39~La realidad de los Betas

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Maratón pre final 4/7

TaeHyung sonrió viajando en los recuerdos

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TaeHyung sonrió viajando en los recuerdos. La primera vez que había visto a Jimin en su casa parecía haber ocurrido años atrás, esa amarga sensación de saber que era su destinado y aún así odiarlo sin conocerlo solo por tener que casarse a la fuerza con él. Sin embargo, ahora lo veía y sentía a su lobo más calmado que nunca, su corazón latir al ritmo de una melodía y su cuerpo siempre buscaba si contacto.

Kim era consciente de que ambos habían cambiado, madurado, en ese caso año completo que llevaban juntos. Él ya no era tan caprichoso, tampoco estaba a la defensiva ni era irónico. Seguía defendiendo sus principios, pidiendo cariños de más y queriendo obtener todo cuando y cuanto quería; son embargo podía ser paciente y, por la luna, se sentía valorado y comprendido por algo más que su belleza innata. Jimin también había cambiado, dejando de lado esa actitud fría y distante, demasiado correcta y escalofriante, que le habían enseñado y obligado a adoptar toda su vida. Jimin seguía siendo un Alfa imponente y con ese aura dura y filosa al ser un Alfa puro que pertenecía a una familia de bien; pero era cálido, risueño, lindo y cariñoso en la intimidad.

TaeHyung era el bebé de su Alfa dentro de las paredes de su casa y Jimin era la bolita de amor que el Omega necesitaba en su vida.

Y todo aquello, que todo estuviera en su lugar y que hubiera llegado a ese punto perfecto, era gracias a la persona que suspiraba a su lado y se dejaba caer sobre la cama rendido. Giró a ver a su Beta y JungKook, tumbado, lo miró de vuelta sonriendo tan adorable como siempre. Con lentitud se acercó para acariciar su mejilla marcada, besando finalmente en el oído de este sordo. JungKook rio por el contacto.

-¿Sigues teniendo pesadillas? -Preguntó analizando sus ojos descansados y brillantes.

-Solo despierto. -Confesó, perdido en las facciones de su Omega.

-No crees... -Inició con voz suave, pidiéndole que se pusiera en pie y comenzando a atar su largo cabello en una coleta alta a la par que después colocó sus ganchitos. Esa goma del pelo que Jimin le dio en sus primeros días y ese gancho que el Alfa gastó como sustento de su corbata en su boda y le había regalo Hyun seguía con él como un amuleto de la suerte después de tanto caos. -Hobi Hyung dice que tal vez deberías hablarlo. -Siguió sacando dos mechones de la coleta para que enmarcaran su fino rostro. -No te quiero forzar cariño, pero creo que realmente sería bueno que soltaras todo. -JungKook miraba sus finos labios moverse mientras hablaba. -Sabemos lo que pasó, pero a ninguno nos has contado como te sentiste o exactamente como fueron las cosas.

JungKook suspiró, estirando sus brazos hasta rodear por completo la estrecha cintura del mayor y pegarlo a él. TaeHyung reposó su cabeza en su pecho cada día más musculoso y sintió a sus bebés moverse en su vientre ante la cercanía con uno de sus papás y su aroma.

-Echo de menos escribir. -Murmuró tras un largo silencio en el que tan solo se abrazaron.

-¿Quieres ir al despacho? -Preguntó besando su cuello, donde estaba la marca de los colmillos de Jimin.

-Pero Minnie Hyung... -Trató de rebatir inútilmente cuando el Omega lo interrumpió.

-A Jimin que le den. -JungKook sonreía cuando lo encaró al romper el abrazo y ponerse en pie tendiéndole una de sus manos. -Bueno, él nos da a nosotros, pero sabes lo que quiero decir. -La carcajada de JungKook hizo eco en el pasillo de la mansión cuando ambos salieron del cuarto de manos entrelazadas.

-Eres un descarado. -Lo pegó a su costado, rodeando sus hombros y el Omega abrazando su cintura.

-Tengo las hormonas a más no poder. -Se defendió el mayor, sus cuerpos dando tumbos por el abrazo compartido. -Necesito ser follado urgentemente.

-¡Tae! -Le regañó asegurándose al ver sobre su hombro que ambos estaban solos en el pasillo.

-Hagamos una cosa. -Murmuró ignorándolo. -Yo te acompaño a la biblioteca para que leas o escribas y recibo el castigo de Jimin. -JungKook asintió, de hecho ya estaban entrando al despacho y el aroma de los libros y de su Alfa en demasía le hicieron sonreír y sabía que aceptaría lo que fuera pro quedarse allí aunque fueran unos minutos. -Tú, a cambio, lo convences de tener sexo suave. -TaeHyung se colocó frente a él, aplastando sus propias mejillas y haciendo pucheros como técnica de convencimiento. -Por fis.

-Está bien. -Concedió ante su caprichoso Omega. TaeHyung sonrió y se alejó de él para sentarse en su propio escritorio y comenzar a sacar sus pinturas y el pequeño lienzo en el que estaba trabajando esas últimas semanas.

-Tú también eres un pervertido y no lo quieres aceptar. -Le sacó la lengua cuando JungKook tomó asiento en su escritorio y observó sus anotaciones, su libros y su máquina de escribir.

-¿Qué estás pintando? -Preguntó curioso, sus manos temblando ante la alegría de saber que iban a volver a marcar esos pedales de la máquina de escribir.

-No te lo voy a decir hasta que no termines tu libro. -El Beta levantó una de sus cejas con curiosidad. -Será una sorpresa.

-Te odio. -TaeHyung rio alto y claro antes de mandarle besos exagerados y sonoros con sus manos. JungKook negó sonriente con su cabeza y bajó de nuevo su vista a su escritorio.

Si manuscrito, encuadernado y esperando ser más llenado, estaba ahí esperando por él. Su pluma con la tinta seca después de tantos meses sin ser gastada. Sus anotaciones en pequeños trozos de papel dispersos por su mesa creando la imagen de desastre que solo, en realidad, él comprendía. Su máquina de escribir con una folio en blanco esperando ser llenado.

Cerró sus ojos con fuerza cuando los ojos de su padre, del rojo rubí, aparecieron ante él. Si JungKook se dejaba perder, se dejaba ser, podía ver a su padre y hermanos ahí donde mirara. De hecho, en ese instante, Jeon Jaebum estaba de pie al otro lado de su escritorio viéndolo con esa sonrisa cínica característica suya. JungKook parpadeó, devolviéndole la sornisa al fantasma de su padre que no abandonaba su mente y abriendo su libreto en la primera página. Su primera anotación: "Los Betas son fuertes" la había creído cuando TaeHyung se lo dijo, pero la verdadera vez que lo supo y fue consciente de ello fue cuando tenía tres años.

Tal vez era el momento de escribir la cruda realidad y explicar sus razones.

"La realidad de los Betas:

Habrán escritos, leyendas o historias que hablen de lo que los Betas hemos sufrido toda la vida. Se hablará de los experimentos sucios y denigrandes, de los maltratos y asesinatos legales o ignorados. ¿Pero habrá alguna historia contada por un superviviente? No lo creo.

Hay una verdad muy real: la historia es escrita por los ganadores. Mi verdad, la de los Betas, será escrita por un Beta que no pretende nada más que expulsar sus demonios, borrar sus miedos y eliminar sus pesadillas.

Yo, J.JK, nací en una casa con cuatro hermanos mayores Alfas, un padre Alfa y una madre Omega. Tuve dos hermanos pequeños también Alfas y estos fueron obligados a odiarme. Desde mi nacimiento, desde el minuto uno, aunque sea imposible, yo tengo la sensación de recordar a mis padres y hermanos mayores llamarme: lobo defectuoso.

Aquí, en estas páginas, voy a contaros mi vida y los momentos en que descubrí lo maravilloso y bendecido que es el humano que porta a un lobo Beta en su interior.

Capítulo 1~No sirves para nada; yo era quien criaba a mis hermanos y quién mantenía mi hogar.

Fue cuando tenía tres años que mi primer hermano menor nació. Mi padre quiso abandonarlo en el portal de una familia adinerada para en el futuro sacar beneficio de ello, al yo oponerme recibí mi primera paliza y el primer desagradable "no sirves para nada"..."

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Nota: puntito si estás orgulloso de Kookie .

Descubriendo el Trabajo de un Beta ~ VKookMin ~ JungKook, JiMin y TaeHyungWhere stories live. Discover now