Era la época dorada de los negocios Internacionales en Corea del Sur, su mejor versión donde grandes empresarios viajaban y conocían nuevas culturas y formas de vida. Sim embargo, todo aquello llevaba molestia y angustia a los Alfistas empoderados...
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Aquella noche, tras lo ocurrido con los señores Park, las pesadillas parecieron volver a cobrar vida. Tal vez fue el simple hecho de recordar de manera indirecta esas veces en las que la mano de un Alfa mayor e imponente se levantó hacia ellos, pero los hermanos Jeon no volvieron a estar cómodos por separado en toda la tarde.
Sin embargo, los dos más menores fueron a su cuarto a dormir y el mayor junto a sus destinados para hacerlo. TaeHyung debió encogerse sobre el pecho de JungKook para hacerle sentir fuerte e independiente, capaz de proteger a alguien. Y Jimin debió hacer todo lo contrario al arropar al Beta para hacerlo sentir protegido y seguro. Todo bajo el manto de la ignorancia para no hacer a JungKook entrar en una nueva crisis que ellos notaban en sus siempre brillantes ojitos apagados.
Sería mitad de noche, capaz llevarían dos o tres horas durmiendo, cuando el chirriar de las bisagras de la puerta de su cuarto hizo a TaeHyung despertar. Abrió sus ojos, de mirada desenfocada, y observó a YeonJun en su tierno pijama de nubes blancas jugar con el bajo de la camiseta de este conjunto.
-Junnie. -Le llamó captando su atención, el cachorro hizo un gran puchero y se acercó corriendo hacia el Omega. TaeHyung lo recibió, acomodándose boca arriba en la cama y llevando el ligero cuerpo infantil sobre su pecho para cubrirlo con las mantas y arroparlo entre sus brazos. -¿Qué pasa pequeño?
-Pesadillas. -Murmuró en su cuello, inhalando si esencia materna natural y ronroneando de gusto. -Papá venía a llevarse a Kookie y a Tae de mi lado...
-Shhh. -Siseó alternando caricias entre su pequeña espalda y su cabello suave azabache. -Eso no va a pasar, Jimin nos va a cuidar.
-¿Tú también? -Preguntó inocente el menor, el Omega miró a sus destinados de soslayo viéndolos dormir plácidamente abrazados mientras JungKook era la cucharita pequeña y Jimin la grande. -Yo soy un Omega puro, ¿sabes que significa eso? -YeonJun negó aún escondido en su cuello, una pequeña humedad cayendo en la canela piel del mayor. -Significa que tengo demasiado amor para dar y necesario recibir mucho. -Besó su frente buscando su nariz y limpiando de los moquitos con una sonrisa amplia y dulce. -También significa que tengo un corazón grandísimo y preparado para cuidar de muchos cachorros.
Un destello único, ese que solo había podido ver en su Beta cuando era feliz, brilló en los ojos de YeonJun. Con una sonrisa tímida limpió el mismo sus mejillas y miró fijo los ojos oscuros del mayor.
-¿Usted podría ser mi nuevo papi Omega? -TaeHyung mordió con fuerza su labio inferior, su corazón convirtiendo su sangre en un líquido espeso que obstruía su fluidez y su lobo aullando alegre e ilusionado con la idea. Así que asintió, viendo como YeonJun cerraba sus ojitos y caía de nuevo a su pecho y cuello buscando calidez y soporte para dormirse al instante. Su propio cuerpo relajado con el instinto paternal recién despierto en su ser animal y su alma humana.
