Era la época dorada de los negocios Internacionales en Corea del Sur, su mejor versión donde grandes empresarios viajaban y conocían nuevas culturas y formas de vida. Sim embargo, todo aquello llevaba molestia y angustia a los Alfistas empoderados...
CAPÍTULOS MÁS LARGOS DE LO NORMAL Y CON CONTENIDO SENSIBLE‼️‼️‼️ Os quiero y gracias por todo, espero que os gusten estos capítulos tanto como a mí escribirlos ❤️
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Un corazón roto no puede doler tanto, un corazón quebrado no puede hacerse sentir tu sangre helada, un corazón resquebrajado no puede hacerte respirar débil, un corazón apuñalado no puede hacer tener fiebre, un corazón convertido en polvo no puede hacerte perder la cabeza... Pero... ¿qué hay de un lazo quebrado, una unión resquebrajada, ese hilo invisible hecho polvo y la fe del amor apuñalada?
TaeHyung tenía la almohada de JungKook pegada a su pecho, su rostro enterrada en ella mientras portaba sobre su piel desnuda ese viejo mono vaquero que su Beta portaba el día que llegó a su casa y se había negado a tirar. Al otro lado de la almohada estaba Jimin, sosteniendo a su Omega con la escasa fragancia del Beta entre ambos en aquella almohada mientras lo cargaba como a un bebé por todo su habitación tratando de calmarlo lo suficientemente como para que durmiera.
Hoseok había llegada hacía escasos veinte minutos, pidiendo darle solo tés relajantes para que TaeHyung bajara sus nervios por su estado en espera de dos cachorros. Ahora el Alfa médico se hacía cargo del inocente YeonJun y el preocupado TaeHyun que a su vez era acogido por su Omega Beomgyu y Jennie que había llegado en cuando su cuñado le llamó. NamJoon, preocupado por el pequeño Beta que se había colado en su corazón, tenía una de sus manos entrelazadas con la de SeokJin y la otra con Hoseok cuando no corría para divertir al infante de la casa.
JungKook había desaparecido hacía ya más de 15 horas y la noche estaba cayendo como el claro aviso de que no volvería a casa para dormir con ellos como debería ser.
TaeHyung volvió a hipar en el cuello del rubio, parecía imposible pero durante horas las lágrimas no cesaban de su ser. Jimin lo apretó más haciendo que la almohada expulsara más aroma del Beta.
-Alfa. -Murmuró con voz ronca el Omega.
-Lo sé, mi vida. -Murmuró tragando duro. -Volverá, lo traeré a casa con nosotros; lo juro.
TaeHyung le habría creído, porque amaba a Jimin y confiaba en su palabra, si no hubiera sido por esa ráfaga como tsunami que les invadió a ambos de golpe.
JungKook seguía vivo.
Parados de golpe en medio de su habitación estuvieron un tiempo largo y tendido, experimentado en carne propia como una valentía admirable crecía en su Beta, como este aullaba y gruñía altanero, como el dolor ardía en él desde la piel hasta las entrañas. Para cuando el cuerpo de JungKook se desmayó rendido, Jimin apretaba tan fuerte a TaeHyung y este lloraba tan fuerte que alertó a los invitados en la segunda planta.
Hoseok subió acelerado las escaleras, entrando al cuarto sin avisar y siendo seguido por Jennie y NamJoon. SeokJin retuvo fuera a NamJoon cuando todos observaron la forma enloquecida en la que TaeHyung gruñía, aullaba y lloraba a gritos mientras pataleaba y perdía su razón. Su lobo estaba presente volviéndose un desquiciado.
