Era la época dorada de los negocios Internacionales en Corea del Sur, su mejor versión donde grandes empresarios viajaban y conocían nuevas culturas y formas de vida. Sim embargo, todo aquello llevaba molestia y angustia a los Alfistas empoderados...
Oops! Bu görüntü içerik kurallarımıza uymuyor. Yayımlamaya devam etmek için görüntüyü kaldırmayı ya da başka bir görüntü yüklemeyi deneyin.
Jimin mantuvo a JungKook sobre su regazo, regalando caricias que eran devueltas con anhelo y cariño por le menor. Pequeños besos en la mandíbula marcada del Alfa, sonrisas y ligeras mordidas juguetonas en el lóbulo de la oreja del Beta. Manos cálidas llenas de anillos fríos paseándose por la cadera del menor y dedos largos y finos jugando a abotonar y desabotonar los primeros botones de la camisa de Jimin. Todo mientras el ocaso hacía su presencia y dejaba a la luna reinar gloriosa en el cielo despejado y estrellado.
Un repentino golpe sordo resonó en la mansión, ambos se vieron a los ojos entre confusos y asustados antes de que el llanto infantil, pero de voz adulta, fuera lo que oyeran. JungKook fue el primero en salir corriendo de nuevo hacia si cuarto, Jimin lo alcanzó tomando su mano y tirando de él para que fuera más rápido.
Al entrar a su cuarto a oscuras, prendiendo la luz tenue, buscaron q TaeHyung sobre la cama pero lo encontraron tirado en el suelo mientras lloraba desconsolado.
-Tae. -Murmuró JungKook dando un par de pasos hacia él preocupado. El castaño se asustó más, siendo débil y un cachorro de lobo en su esplendor, corrió a gatas de forma desastrosa hasta una de las esquinas del cuarto para sentarse abrazando sus rodillas y esconder su rostro entre sus piernas y pecho.
-Lo asustas así cariño. -Habló suave y ligero Jimin alcanzando a su Beta. -Es la primera vez que su lobo está con nosotros de forma tan sumisa y desprotegido.
-¿Y qué hacemos? -Preguntó tomando el brazo del mayor, sujetándose a él como ancla a la salvación y consuelo.
Jimin, sin embargo, no dijo ninguna palabra. O al menos no hacia él. Con pasos lentos, terminando por dejarse caer de rodillas, gateó hasta estar cerca del Omega.
-Omega. -Le llamó, dejando que su propio lobo Alfa se mostrara en sus iris cambiados al rubí más brillante y oscuro propio de un Alfa puro. TaeHyung elevó la vista viendo entre sus dedos que cubrían sus ojitos llorosos y asustados.
Jimin ladeó su cabeza, dejando mostrar su sumisión y confianza en el Omega al exponer su marca de aroma. TaeHyung destapó su rostro y olfateó de forma exagerada pero adorable el aire. Sus ojitos azules perlados centellearon antes de gatear los tres pasos que le separaban del rubio para subirse a su regazo y buscar refugio y protección en su gran cuerpo musculoso.
-Kookie. -Llamó Jimin al menor, este lo había estado observando todo con atención y con el corazón cálido. -Ven. -Extendió una de sus manos hacia él, JungKook se agachó y gateó de igual modo que lo había hecho su Alfa. -Tae, es Kookie. -Le habló al Omega, que se negó a ver al pelinegro al girar el rostro y cerrar con fuerza sus ojos. -Amor. -Llamó ahora de nuevo al menor. -Muéstrale a tu lobo.
JungKook apretó sus finos labios entre ellos mismos. Jimin se lo había dicho, debía confiar en su lobo. Él siempre lo había hecho, hasta cuando le decía que no se resistiera ante los golpes de su padre y hermanos para evitar un mal mayor. Así que cerró sus ojos con calma, respirando profundo y conectando con el espirito animal en su interior para dejarle que fuera él mismo el que tomara las siguientes acciones.
