Descubriendo el Trabajo de un Beta ~ VKookMin ~ JungKook, JiMin y TaeHyung

Capítulo 5~Los Betan son:

Varios días después, escasos tres de su boda, TaeHyung entraba a mitad de mañana a la cocina de su nueva casa. Sus ojitos alegres buscando a alguien en particular.

-¡Ahí estás! -Gritó alertando a todos, JungKook elevó su vista asustado. Literalmente el pequeño Beta esperaba un regaño, pero ver la sonrisa brillante del Omega le hizo relajarse parcialmente. -Te estaba buscando.

-¿Qué necesita señorito Kim? -Preguntó poniéndose en pie y ofreciéndole una reverencia.

En esos pequeños días se había podido adaptar a su nueva rutina. Se levantaba temprano, menos que cuando estaba en su casa, y limpiaba los cuartos de sus amos. Después trapeaba la casa, algunos días lavaba las cortinas, otros los baños, otros la terraza del jardín, el salón a fondo y volvía a empezar. Tenía tareas ligeras como ir al mercado o poner lavadoras, ayudar a SeokJin en la cocina o a NamJoon en la organización y decoración de la casa. 

Kim SeokJin, un Omega de mediana edad, cocinero desde su uso de razón en la mansión de los Park. Hijo de la anterior cocinera y muy cercano a Jimin por su edad similar y su preocupación en la dieta del Alfa puro. Ese Omega había conseguido, con su aura alegre y sonrisa permanente, crear cierto cariño en JungKook.

Kim NamJoon, el Omega que era un simple sirviente en casa de los Kim y pasó a ser el cuidador por exclusiva de Kim TaeHyung. Un hombre amoroso y torpe, que se ganó el aprecio con JungKook en pocas horas al siempre ofrecerle una mano y una sonrisa. 

Aún siendo desconfiado, por sus raíces, JungKook estaba cayendo en los encantos de los habitantes de esa peculiar casa por la gentileza de su trato y habla; porque era único ser tratado con respeto por un adulto.

-Jimin está ocupado en su despacho. -Explicó TaeHyung haciendo una mueca. -Y hace muy buen día así que necito tu ayuda para sacar mis cosas para pintar al jardín. -JungKook asintió siguiendo al mayor cuando comenzó a moverse por toda la casa. 

TaeHyung cargaba el gran lienzo en blanco, JungKook con todo lo demás. El Omega se colocó bajo la sombra del árbol más frondoso de su patio que era rodeado por matorrales de frondosa hierva y analizó al Beta que iba unos pasos más rezagado que él. Era sorprendente como podía cargar, con su pequeño cuerpo, una silla, el caballete y la caja con pinturas y pinceles. 

JungKook suspiró al dejarlo todo junto al mayor y alzó su vista hacia él como bien le había ordenado su amo Park, mechones de su cabello se salieron de la coleta y resopló para apartarlos de su rostro. Sus mejillas enrojeciéndose ante la repentina cercanía del Omega.

-Eres más fuerte de lo que pensaba. -Murmuró, arrebatando la dejada coleta para comenzar a hacerla más fuerte y afianzada en su cabello azabache. -Yo soy un Omega puro y soy más fuerte que el resto, sin embargo no puedo con todas estas cosas. -Sonrió, el corazón del menor se aceleró analizando como los ojos castaños brillaban por la sonrisa cuadrada en su rostro. -¿Todos los Betas sois así de fuertes? -Fue inocente, pero no pudo evitar asustar a JungKook, cuando tocó sus hombros sobre la ropa. -Perdón.

-No se disculpe. -Negó rápidamente haciendo una reverencia. TaeHyung lamio sus labios ante el silencio. -No sé si todos los Betas señorito Kim.

-No me digas así. -Susurró ligeramente encandilado. -Dime TaeHyung. -El menor volvió a negar y mechones de cuenta nueva salieron de su coleta. -Al menos cuando estemos a solas, en confianza. ¿Sí JungKook?

Su nombre, el que tantas veces escuchaba en fritos o con insultos acompañados. Estaba siendo dicho de forma dulce y halagada. Asintió débilmente.

-Sí, TaeHyung. -El lobo Omega ronroneó, meneando su cola y bailando en círculos a atraparla dentro del pecho de TaeHyung. Tomando una profunda bocanada de aire se obligó a dar vuelta y poner se pintar.