cap 50

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Le dí la droga y él con miedo la tomó, seguimos platicando hasta que comenzó a hablar incoherencias, me acerqué más a él, esto sería divertido, podía ver sus nervios en su rostro, su cara se sonrojó e intentó acercarse también pero por alguna razón solo avanzó de lado. Lo hice volver a centrarse y puse su mano en mi muslo, esto se sentía incómodo pero tenía algo más en mente, después esto valdría la pena, yo me aseguraría de que lo hiciera.

- Alejandro, yo... ¿Puedo?-
No sabía a qué se refería, ¿Quería un beso?, ¿Un abrazo?, ¿Ir directo a la acción?.

- Sí, está bien-
Él se inclinó hacia mi y con sus manos frías acomodó mi rostro, sus labios tocaron los míos y trató de meter su lengua pero no podía, era divertido verlo tratando y fallando. En un punto se detuvo y prácticamente pidió que yo tomara la iniciativa, obviamente no lo hice y él entonces suplicó. Eso me dió pena ajena, Dios, me da tanto "Cringe" como dice Ellen.

- Deja de dar pena, Dios, que vergüenza-
Él agachó la cabeza y me abrazó, puso su cabeza en mi pecho y se quedó un rato oyendo mis latidos, parecía que incluso ronroneaba en cima mío.

Me aburrí y me lo quité de en cima, él me miró a los ojos y pude ver sus pupilas dilatadas. Lo besé y él puso sus manos al rededor mío, se aferró con fuerza casi apretándome, continúe hasta que el aire se nos fué, bueno, a mí, él pareció extrañado y decepcionado con esto.

- Sabes a tabaco -
Su boca tenía un muy mal sabor, ahora que lo pienso bien, él olía a bastante perfume, de seguro no se ha bañado, eso hacia aún más asqueroso todo esto, no haré nada sin protección.

Lo volví a besar y esta vez no me detuve hasta que él se dejó "Montar", yo estaba encima suyo y él con la mirada sorprendida no paraba de jadear por aire. Sus manos apretaron mis muslos, intentó mover sus caderas, sus movimientos eran torpes, debe estar realmente mal por la droga, él era bueno en este tipo de cosas, pero ahora parece un adolescente hormonal que está por perder la virginidad.

Aproveché mi posición de dominio y coloqué mis manos al rededor de su cuello, apreté con firmeza y odio, no lo soltaría hasta que yo quisiera y sé que él no me quitará de encima, no puede.

Sus ojos reflejaban miedo y su cara comenzó a ponerse roja, sus manos tomaron las mías pero no intentó quitarme, solo me sugetó, comezón a soltar ligeros quejidos y sus ojos comenzaron a llorar. Dios santo, es totalmente una niña, una niña maricona a la que le gustan los penes.
Lo solté y él comenzó a llorar intensamente, empecé a arrepentirme de esto, quizás ya deba irme, que vergüenza. Tomé mis cosas y él me sugetó del brazo, intentó pararse pero obviamente no pudo, cayó en el colchón nuevamente.

-¡No te vayas!-
Se veía tan patético, era algo divertido tenerlo así, después de tanto tiempo, creí que cambiaría, creí que sería algo diferente, pero no, solo es el mismo loco de siempre, un idiota que actúa como un perro y se arrastra por el suelo.

Fingí estar decidido en marcharme para que sufriera un rato más, después de rogarme, ofrecerme dinero y reprocharme todo lo que pasó sin mí al final volví a sentarme con él. Me abrazó y de nuevo puso su cabeza en mi pecho, decidí dejarlo ahí un rato, ya lo había jugado bastante.

- Quisiera meterte en una cajita y poder verte cuando quiera, sería tan feliz-

...

Desperté exaltado, había tenido un sueño húmedo, había pasado años, casi décadas desde que esto no ocurría. Me levanté de la cama y tomé mis cosas, hoy tenía trabajo, siendo honesto era más divertido estár afuera que en casa, en la tarde tal vez Sara Ly nos visitaría, eso hacía el día mucho mejor.
Estuve trabajando a los rayos del sol durante horas, entonces mi teléfono recibió una llamada, era Veni, no me molesté en regresarle la llamada, realmente no me importa.
Después de salir de casa de Michael las cosas se fueron en picada, no tengo conocimiento sobre cómo administrar dinero, ¿Cómo se supone que lo conseguiría metido en un maldito sótano?, el dinero que tenía se fué volando, caí en depresión después de todo, tuve que ir a terapia, un tiempo tomé medicamentos pero después de una sobredosis me los quitaron, no me llevaron a ningún centro psiquiátrico, mi papá por fortuna no lo permitió; intenté suicidarme dos veces y me contagié de gonorrea y sífilis, tuve un susto de embarazo con una vecina y gasté aún más dinero restableciendo mi identidad, legalmente me habían dado por muerto, tuve que poner las cosas en orden desde cero. Parecía que este infierno me perseguirá hasta la muerte.
Salí del trabajo a eso de las 7 de la tarde, estaba por irme a esperar el transporte público cuando una camioneta azúl se detuvo frente a mí, sentí miedo, sabía que uno de mis compañeros tenía problema con la mafia, ¿Pero que podría hacer yo para evitar que le hicieran algo? No, debo dejar de pensar en los peores escenarios siempre, tal vez solo quiera una dirección.
Un hombre me pidió que me acercara, tenía un mapa en las manos, adiviné, debe querer una indicación.

El ático. Yaoi Hard SadomasoquistaWhere stories live. Discover now