cap 51

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  —¡Alejandro, por favor, deja de jugar y ve a hacer algo de provecho, empaca tus cosas, arreglar lo que te llevarás!—, no me gustaba alzarle la voz, pero él nunca obedece a menos que lo haga.

  —¡Tampoco es como que yo pueda hacer mucho! —Alejandro salió molesto del cuarto y fué a pasear al perro, me siento mal de gritarle, sé que no es enteramente su culpa ese comportamiento, debe estár harto de todo lo que le hice y le hago pasar.

Mi niño ya es un adolescente, se ve joven y adorable, pero su temperamento no lo es, es agresivo y desobediente, no lo eduqué cómo debía, no estuve cuando me necesitaba, eso lo sé y no tiene idea de cómo me arrepiento, pero no podemos seguir así.
Alejandro Rios, el Alejandro adulto, cómo le quieran llamar, no responde mis cartas solicitando vernos, quiero una reunión tío y sobrino, el pequeño lo recuerda, sabe quién es, el amor que le tiene se ha vuelto platónico, su ausencia llevo a el niño a idealizar una vida con su madre y él dentro. No pueden seguir sus sillas vacías en su cumpleaños, se me han acabado las escusas del porque Alejandro no viene.

   —Señor, su vuelo a México será la próxima semana, creo que sería bueno que nos haga una lista con los objetos que quiere en su maleta —la criada me sacó de mis pensamientos, era hora de poner manos a la obra.











Estaba tranquilo tomando una caguama con mis compañeros de trabajo, era mi día de descanso, se sentía bien tomar algo frío después de estar al sol por horas, era refrescante. Después de un rato de desestresarme tomé el transporte público y regresé a casa, moría de hambre, decidí no comer en el trabajo para poder comprar la bebida, no había sido la mejor idea pero sí la más divertida. Llegué a mi casa y fui directo a tomar un baño, por alguna razón nadie estaba aquí, no pensé nada malo hasta pasada media hora nadie había llegado todavía me asomé por la ventana y no los miré alrededor, que extraño.

   —Entiendo lo que dice pero no es razón para que usted se lleve a mi hijo —. Escuché a mi papá hablar con alguien mientras entraba a la casa una hora después de mi llegada, Andrea solo gritaba cosas que no entendía y lloraba.
   —¿Pasa algo? —, salí un poco asustado pero solo eran ellos dos y un desconocido taxista.
   —Entiendo que puede ser muy fuerte pero no es mi culpa, yo solo estoy haciendo mi trabajo —, papá volteó a verme y me gritó que me fuera mi habitación, Andrea se acercó a mí, me tomo del brazo y me metió.
   —¡Alejandro tienes que explicarme!, ¿volviste a ver a Michael después de lo del bebé? —, negué obviamente, no iba a contarle la verdad y decepcionarla, ni a ella ni a nadie.
   —Entonces, ¿Porqué el niño quiere verte? —, tanto escándalo solo por eso, si el niño quiere verme no es culpa mía, no haré nada al respecto, no es mi hijo ni mi responsabilidad, en todo caso tendría que verla a ella.
   —Tal vez a quién quiere ver es a tí pero ni siquiera ha de saber quién es su madre y ese loco debe haberle metido cosas en la cabeza—. Andrea parecía querer llorar, entiendo su dolor todo lo que debe estar pasando, después de que ese maldito loco la engañó debe ser difícil vivir normalmente.
   —Alejandro, ¿Cómo te sientes al respecto de esto?, ¿irías a verlo?, ¿sientes que puedes volver a ver a Michael a la cara? —. Me siento de muchas formas, convencido no es una de ellas, definitivamente no lo haría, en este tiempo qué he estado solo he sentido muchas cosas diferentes, me he dado cuenta de abusos que antes no noté, situaciones que en contextos diferentes eran terribles y de traumas que no creí tener, sin embargo, también comencé a empatizar un poco con Michael, tengo una mezcla de sensaciones extrañas, como una ensalada de emociones en las que el aderezo del tiempo a dado más sabor...

Había pasado un tiempo desde que el enviado de Michael fué a buscarme, llegó la feria del pueblo y los festejos al santo de la iglesia local estaban iniciando, la alegría del pueblo se escuchaba, las fiestas eran grandes y los cuetes sonaban toda la noche, los niños tan adorables iban y venían de la feria, Andrea quería ir y a decir verdad, yo también.

El ático. Yaoi Hard SadomasoquistaOù les histoires vivent. Découvrez maintenant