capitulo 46

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Lo seguí, debo admitir que me sentía decepcionado de mi, estaba como pendejo siguiendo a un loco.
Lo miré entrar en una oficina, la persona que sea tiene un trabajo decente, eso me dió cierta envidia. Quería mirar de cerca, entré fingiendo querer una cita con un encargado, me sentí aún más ridículo cuando dentro noté que estaba en un consultorio psiquiátrico, entonces me dí cuenta, él loco psicópata ahora era yo, persiguiendo a Michael, como sí me importara lo que hiciera, como sí realmente fuera de mi incumbencia. Aproveché mi entrada para agendarme una cita, sabía que estaba mal mentalmente, yo personalmente me siento mal, la última vez me ayudó bastante, no concreté todas mis citas ni hice caso a las recomendaciones, pero aún así, creo que esto puede ayudarme.
Salí del local muy apenado, así que su cita era para una terapia, Dios, soy un imbécil, caminé un poco por el lugar y fuí a desayunar a un restaurante de pollo rostizado pequeño en la calle 5 de mayo, mi sorpresa fué grande cuándo un deforme monstruo se paró frente mío.

-¿Me estás siguiendo?- Mi cara se puso roja de vergüenza, me había descubierto, tragué grueso y fingí indiferencia, mordí mi comida y tomé un trago de mi jugo Boing.

- ¿Por qué lo dices?-

- Te miré, me seguiste hasta la clínica, sí quieres un cita solo debías decírmelo, te la agendaría con mi psicóloga, es una muy buena mujer, su perspectiva es feminista y a favor de la comunidad, la escogí para estar un poco más en contexto de la situación- al oir sus palabras me atraganté, él pocas veces habla de mujeres de forma positiva.

Dejé de lado mi comida y traté de poner mi mejor cara, ni siquiera yo sabía que era lo que yo sentía, no eran celos, ¿O si?, No creo, debe haber una explicación para esto, una explicación psicológica, siento que esto tiene un trasfondo más obscuro.

- Como dijiste que salias con alguien quería asegurarme de que no le mataras, con eso de que la última persona con quién saliste te la comiste, frente a mi- Ya ni siquiera me acordaba de ese hecho, ¿Cómo había pasado?, Ya no lo recuerdo, yo no lo recuerdo.

Él y yo platicamos por varias horas, no teníamos mucho en común, pero aún así, había temas que se necesitaban tocar, no puedo estarles huyendo toda la vida, en algún momento tendrían que ponerse sobre la mesa.

-¿Y harás algo al respecto?- él preguntó.

- No, de todas formas, aunque te denuncie, nunca hacen nada, en cierta forma también fué mi culpa, no debí ir como sí nada ocurriera sabiendo que tú estabas ahí.- eso era verdad, entiendo que mi derecho a ser libre está presente, pero debo ser conciente de él.

- Yo, lo siento, yo, realmente no estoy bien. Aunque creo que eso tú ya lo sabes. Estoy medio loquito, mi cerebro no percibe bien las cosas, yo, en verdad, lo lamento- sus disculpas realmente no arreglaban nada, pero era de cierta forma, bueno escucharlas.

- ¿Qué harás ahora?, Digo, nunca estuviste tanto tiempo trabajando de manera regular, además, un niño es una responsabilidad muy grande- esto es nuevo incluso para mí, el mundo exterior luce tan diferente a cuando yo era adolescente.

- Realmente no tengo muchas ideas de que hacer, pero vamos, soy un hombre de ya 30 años casi, debo madurar- ¡30 años!

Cuando todo esto empezó yo acababa de cumplir 16, Dios, tanto tiempo, ya tengo 23, ni siquiera soy un adolescente, ya soy un adulto, ¿Cuánto tiempo él me quitó?, ¿Cuánto tiempo desperdicié?, Madre mía.

Ni siquiera sabía que fecha era, ¿Eso importa?, Todos mis días son iguales.

Miré él reloj de mi muñeca, eran ya casi las tres, debía volver a casa, miré a Michael, él parecía preocupado también, a pesar de estar máquillado sus ojeras se miraban, su cara tiene muchas líneas de expresión, él tiempo le ha hecho de todo, se ve más o menos díez años mayor, Dios, líbrame de verme así.

El ático. Yaoi Hard SadomasoquistaWhere stories live. Discover now