capitulo 13

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Esperé ansiosamente, el reloj pronto daría las 3 y yo ni siquiera me había bañado, ¿De que serviría hacerlo?, No tengo semen en cima y nadie más me va a ver, esperé sentado en un sillón de la sala, desde que Michael compró ese reloj solo me pasó mirando la hora y oyendo el sonido de las manecillas, es tan relajante, ya sé que hora es, a qué hora vuelve Michael y a qué hora se va a trabajar, ahora, ahora espero la llegada de mi "solecito", estoy seguro que sí Michael me oye llamándolo así lo matará y a mí me espera una tortura psicológica muy fuerte , aún así no es como si eso me aterra, mi vida ya es una tortura psicológica, lo que me aterra es él... ¿Que será de mi sin él?. La hora llegó y por la puerta cruzaron dos figuras que reconocí inmediatamente, corrí a recibirlos, salté a los brazos de Michael, estaba tan agradecido con él por traérmelo de vuelta a pesar de todo lo que ya le había contado. Ellen me abrazó y tiernamente me dió un beso en la mejilla, me sentí tan extraño, solo ese rose me provocó una erección, parecía un maldito adolescente precos, pasamos a la casa y traté de calmarme. Discutimos de cosas triviales, de cómo era la vida de Ellen y lo mucho que la había afectado el video, se desahogó con nosotros y nos contó toda la verdad, el chico sólo había sido un desgraciado en su vida que aprovecho que se encontraba débil para abusar de él. Lo comprendo por completo, él jamás haría algo así con un hombre, él es la víctima. Michael en determinado momento sintió la necesidad de ir al baño y nos dejó solos en la mesa, justo después de que desapareciera de nuestra vista Ellen se aventó sobre mí, me dió un fuerte abrazo y casi siento que me quería besar, me miró a los ojos y me habló.
Te prometo que saldremos de aquí juntos, no te abandonaré con él nuevamente, siempre me tendrás a mi para apoyarte, siempre estaré aquí para tí —, su voz me daba tanto alivio, sus ojos, sus ojos eran hipnóticos, por Dios, amo a este chico. Cada quien se sentó en su silla y Michael volvió, hablamos toda la tarde hasta la hora de la cena, Michael preparó lasaña y pastel de frutas, entre risas comimos y podía sentir los ojos de Michael posados en mi, sentía la presión de su mirada, Ellen se comportó amable y más abierto conmigo, recuerdo el día que lo conocí, me arrepiento tanto de haberlo tratado como lo hice, no miré lo hermoso que era en ese entonces, estaba perdido como idiota siguiendo bragas y coqueteando con chicas como para verlo. La hora de dormir llegó, Ellen se quedó en la habitación de los juegos y yo dormí con Michael, mientras me metía a la cama Michael miraba todo alrededor, se miraba agitado, entonces se metió en la cama y me abrazó con fuerza, la presión era tan grande que algunos de mis huesos tronaron, se me hacía difícil respirar, necesitaba que él se detuviera pero no tenía el aire suficiente para hablar. Estaba comenzando entrar en pánico, mordí su brazo en defensa propia tratando de que me soltarás o aflojar un poco por lo menos, él soltó un gemido y me soltó, toma un enorme respiro, por un momento sentí que moría. Miré Michael esperando a que estuviera molestó o algo así, lo miré sonrojado, ¿Qué mierda pasa por su cerebro?, Sonrió y se abalanzó sobre mí, me besó bruscamente y me acercó a su cuerpo, el ambiente se ponía cada vez más cálido, su respiración agitada y el fuerte abrazo que me daba sólo empeoraba las cosas, de la nada sentí un fuerte dolor en mi cuello, abrí los ojos y miré como él cuál vampiro estaba pegado en mi cuello mordiéndome, sentía dolor y como algo comenzaba a brotar de mi. Lloré y lo empuje para que parase, no lo hizo, sólo me abrazó y me tiró en la cama junto a él, con sus manos acarició mi cabeza y su respiración agitada se calmó, poco a poco me calmé, a excepción del dolor me sentía bien y tranquilo, esta sensación ya la recordaba yo de antes, pero, ¿De dónde?.

"Estábamos en una mansión, me encontraba a punto de beber una taza de té, entonces miré como un peluche cayó al suelo y comenzó a convulsionar, dejé la tasa en la mesa y de inmediato grité - ¡no bebán el té!-, aún así era demasiado tarde, todos ya habían bebido.

El mordió mi labio y lo arrancó, poco a poco fue besando mi cuerpo hasta bajar a mi entrepierna, a pesar del dolor y la sangre me sentía tranquilo, él era feliz y no pretendía detener eso"

El ático. Yaoi Hard SadomasoquistaWhere stories live. Discover now