capitulo 59: "El caníbal de Milwaukee"

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Había llegado a su casa, de alguna manera extraña me había parecido mejor idea llegar por agua en vez de los vuelos convencionales, no tenía una razón en específico, eso había hecho que tardará un poco más de lo esperado en llegar a Estados Unidos pero el hecho de poder pasarme por la cubierta, la piscina y el buffet habían hecho todo más ameno. Inexplicablemente mi estómago seguía lleno aún un día después de mi llegada.
No había nadie más que yo en la sala de aquella enorme vivienda, me levanté a buscar a mi sobrino para ponerme al tanto de su vida, con un poco de suerte me recibirá bien. Al abrir la habitación que yo suponía era suyo le topé con Michael acostado en una cama blanca leyendo algo, era obvio que él estaría aquí, sin embargo, verlo en persona había hecho que mis piernas se debilitaran y sintiera algo raro en mi estómago. Él me miró y se acercó, no retrocedí, sería grosero además de que no quería mostrar el miedo que le tenía.

-No está, fué a casa de una amiguita suya -, él tomó mi mano y la besó, acarició un poco el dorso y la sujetó con firmeza, esas pequeñas acciones me hicieron recordar con quién estaba hablando.

-Oh, no sabía, quería verlo desde que llegué, pero me alegro de que ya tenga amigos -, él asintió a mis palabras, soltó mi mano y se apartó un poco.

-Bueno, en lo que él regresa, ¿Quieres recorrer la casa?, Me gustaría mostrartela para que te familiaricen un poco -. Acepté su propuesta y lo seguí recorriendo un poco la estancia, rápidamente él me mostró una puerta en el suelo, estaba camuflada entre la madera que reemplazaba lo que sería la loseta en mi casa de México, me daba miedo pensar en qué podría estar ahí, conozco a este hombre lo suficiente como para hacerme una idea.

Bajé y pude ver un sótano lleno de cajas selladas y un foco a alumbraba con dificultad apenas el centro del cuarto, me recordaba a los cuartos de interrogatorio que algunas veces miré en las películas. Tragué saliva y me puse alerta, entonces Michael dijo el por qué me había llevado ahí con tanta prisa.

-¿Sabes? Dudé si traerte a la casa, eres una persona que no me agrada mucho, pero, si logras hacer esto conmigo creeme que te irá bien, tengo que ver si eres capaz de estar conmigo realmente -. Al oír eso sentí náuseas, yo sabía que venir aquí significaría una gran ayuda para mi familia, podría trabajar y ayudar en casa, Andrea trabaja allá y papá también pero sin estudios, ni familia que pueda ayudarnos y mi padre queriendo estar lo más deslindado posible de este asesino nos deja las cosas muy deficiles.

-¿Qué quieres que haga? -, Michael movió unas cajas que habían sido pegadas juntas pero que en realidad estaban vacías y pude ver a una chica atada de pies y manos en el suelo, no podía verle el rostro, su pelo rubio lo cubría por completo, su cuerpo delgado y pequeño me decía que era una adolescente pero sus grandes pechos y bello púbico me daba una respuesta contraria a mis suposiciones.

-Mo la conoces, realmente no importa quien es, pero me importa lo que tú hagas -. Michael se me acercó y me abrazó, besó mis labios y lamió mi mejilla hasta llegar a mis ojos, su lengua siguió hasta topar con mi ceja, sentí asco y un escalofrío ante está acción, entonces él me dejó libre antes de que yo intentara apartarlo.

-Toma, empieza por la garganta, mientras más rápido seas menos sufrirá -, Michael me dió un cuchillo y me forzó a tomarlo.

-Apresúrate, ella no ha comido en días, debe sentirse muy mal -, mi corazón se aceleró y mi respiración también, en un abrir y cerrar de ojo yo estaba sobre ella cortando su cuello y luchando por qué no se moviera. Podía escuchar el crujir de sus vértebras separarse y sus gritos ahogados por la cinta en su boca solo hacia las cosas más difíciles.

Cuando terminé me aparté inmediatamente y traté de ir lo más lejos posible pero Michael me tomó del brazo y me forzó a quedarme, tuve que observar como ese monstruo violaba el cuerpo y luego me forzó a besarle con la boca embarrada en sangre, sin más Michael me tiró al piso al lado de la chica y entonces habló.

El ático. Yaoi Hard SadomasoquistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora