capitulo 54

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Michael había traído una cena a la casa, todo el día fué incómodo y podía sentir la tensión en el aire, sabía que él lo había hecho a propósito, no había forma en que solo por ser buena persona Michael hubiera traído a esta gente. Yo le debía muchos favores a Ellen, antes amaba eso, saber que estábamos unidos en una amistad tan fuerte podría hacer cosas por él y él por mí, pero este día su presencia me parecía molesta, bueno, no la de él, su marido era quien me sacaba canas verdes. Durante todo el día Alan tiraba indirectas y no se despegaba del lado de su marido. Su hija era educada pero su voz chillona era irritante, todo el día jugó con el pequeño Alejandro, él parecía feliz, pero yo no estaba contento, si era hija de un actor porno yo no sabía que mañas tenía, Ellen me cae muy bien, sin embargo, hay cosas de su ideología que yo no tolero, así que el hecho de que su hija esté jugando con mi sobrino no me tenía del todo contento, yo no sé que le ha enseñado a esa mujercita.
—No creí volver a ver a Michael y Alejandro en la misma mesa. —Alan habló mientras se servía un trozo de carne —pero bueno, los pequeños siempre son primero, a veces uno tiene que hacer sacrificios duros por los hijos.
Odiaba escuchar a ese hombre hablar, se comportaba como si él hubiera sacrificado mucho, todos sabían que Ellen era quien había pagado las consecuencias de otras personas y que si no fuera por él esa niña estaría en la basura, pero Alan se hecha a flores y se jactaba de haber hecho todas esas hazañas.
Al terminar la cena Ellen nos contó como le había ido en el tiempo en el que no nos pudimos ver, no prestaba mucha atención a sus palabras, estaba más concentrado en ver con quién hablaba Michael por el celular, durante toda la cena no se despegó de su aparato, quería pensar que era por negocios pero estoy seguro que hablar de seguros y ventas no te saca risas frente a la pantalla. Me sentía extraño, me sentía tonto y también raro, no debería tener esta clase de sentimientos hacia Michael, él no era nada para mí y tal como él dijo en la carta, yo había sido quien así lo decidió, no podía arrepentirme de las cosas que yo mismo provoqué, soy un hombre, no un marica.
Estábamos en mi sala platicando algunas cositas de la vida, cosas que no me importan mucho en realidad pero era mejor que simplemente estar en un silencio incómodo, hablando de incomodidades, Alan a veces tiraba indirectas estúpidas e infantiles, en una de esas no pude soportar y exploté.
-¿Podrías dejar de hablar como un adolescente y actuar como un maldito adulto?, Todo el día has dicho estupideces, estás en mi casa y aún así no te dignas a comportarte bien.
El silencio se apoderó de la habitación, solo se escuchó un "Lo siento" que venía del susodicho, Ellen se miraba notoriamente avergonzado y entonces yo también comencé a sentirme culpable por lo que había hecho. Estaba por disculparme cuando Michael comenzó a reírse desenfrenadamente, Alejandro hijo se molestó y pidió a su padre que guardara la compostura, este día era de los peores que he tenido en mi vida.
Después de algún tiempo Ellen y Alan volvieron a su casa, el menor estaba muy avergonzado, se disculpó cientos de veces antes de marcharse, pero en realidad era yo quién debía disculparse, si me hubiera quedado callado esto nunca jamás hubiera pasado.
Era de madrugada cuando Michael decidió que era hora de irse, tomó a Alejandro y estaba por marcharse cuando le llamaron al teléfono, él de inmediato le pidió al niño quedarse en la casa en lo que hablaba con quién sea que le llamaba. Me acerqué lo más que pude a Michael y me escondí detrás de unas cortinas, él hablaba con alguien de una manera un tanto sugestiva, lo oía reír al teléfono y decir chistes de adultos. De tan solo oír lo que hablaban me daban ganas de vomitar, sentía amarga la boca, mi vista se agitó y mi cabeza se calentó, decidí que era mejor alejarme de ahí, quería escuchar lo que hablaba pero lo que me hacía sentir me hacía más mal que bien. Alejandro miró esto y se me acercó mientras me pedía que me agachara a su altura.
-Él está saliendo con una mujer muy fea, va a decir que es su amiga pero no, además de la otra está ella y un muchacho flaco y chaparro, no tiene muy buenos gustos.
Me sentí avergonzado ante sus afirmaciones, ¿Era tan evidente que estaba celoso?, me costaba admitirlo pero era una realidad, pero eso no era lo importante, lo que realmente era incómodo era que el niño lo había notado, él, un "werquillo". Me sentí apenado y fingí no estár muy interesado en esa información, sin embargo, dentro de mí había algo que ardía, estaba saliendo con más gente y actuando como si yo no existiera y fuera un estorbo, me trataba como una sirvienta más, después de todo lo que había hecho conmigo ahora yo era una molestia, ¿en serio?, ¿tan sínico era?, él siempre había sido una mierda de persona, eso ya lo sabía, sin embargo nunca creí que podía llegar a tanto.
Michael colgó y fué por Alejandrito, el niño me miró a la cara como esperando alguna intervención de mi parte pero yo no tenía nada que decir, no había nada que yo pudiera hacer de todas formas. Cuando se fueron mi padre y mi hermana suspiraron aliviados, todos estábamos felices de que esa incómoda cena haya terminado, supongo que era lo mejor, no había nada que justificara el por qué se hizo, no había ninguna razón especial más allá del hecho de que Michael trajera a esos "invitados" a la casa.
Estaba por irme a dormir cuando Michael volvió a la casa, tocó a la puerta y pidió tener una charla conmigo, era de madrugada y claramente eso nos alarmaba, mi padre pidió que me quedara y Andrea trató de conseguir la mayor cantidad de información posible de lo que él planeaba hacer, a pesar de todas las señales de alarma decidí ir, algo dentro de mí lo pedía. Me subí a su carro y con un poco de miedo abroché mi cinturón de seguridad, no quería hacerlo pero era sabido que él manejaba rápido aunque si intenta atacarme se me hará más difícil defenderme. Manejó por al rededor de treinta minutos sin dirigirme una sola palabra, llegamos a una cabaña en las orillas de la playa, se detuvo ahí y me pidió que me bajara, hice caso y lo seguí hacia el interior de la vivienda, pensé que me mostraría algo o hablaría del tema de la custodia de Alejandro, sin embargo, lo siguiente que dijo hizo que mi cara se volviera roja.
—¿Por qué estás tan interesado en mis relaciones?
El niño debió de haberle dicho, esa maldita arpía.
—Quiero saber a qué clase de personas llevas a la casa en la que está mi sobrino, conozco como puedes ser y no quiero que lo expongas a él a ese tipo de relaciones.
Traté de comportarme lo más serio posible para que no se diera cuenta de que en realidad me estaba cagando en cima.
—Claro, trata de poner excusas, creí que solo estabas comportando raro, pero no, ya entendí que es lo que quieres, así que te lo diré. Déjame en paz. Voy a cogerme a tantas personas yo quiera por qué tú ya no eres nadie para mí, solo eres el tío de mi hijo y nada más, fuiste tú quien decidió eso. Es más, ¡Tú ni siquiera querías formar parte de la vida del niño! No sé que mosca te picó ahora que ya hasta estás interesado en mí.
Yo no estaba interesado en él, es solo que ahora siento extraña la sensación de no ser perseguido por él, la libertad es algo sumamente pesado.
—¡Si yo no quería formar parte de su vida fué por la forma tan horrorosa en la que tú lo concebiste! Ese niño literalmente salió de una violación, ¡Violaste a mi hermana!
Estaba comenzando a enojarme, él es un maldito idiota sin empatía.
—¡Violación es cuando una de las partes no está de acuerdo, y tú, hubieras visto como ella me rogaba por una caricia!, no quería hacerlo pero no me dejó ir, tú bien sabes que ella fué primero, antes que tú estaba ella, solamente hice lo que me correspondía.
Ese maldito imbécil hacia que mis tripas se revolvieran, me hizo mierda y media y ahora decía que Andrea iba primero, me trató como quiso, me tomó como quiso, tengo marcas por todo el cuerpo y aún así dice que hay alguien antes de mí. Era una mierda de persona, siempre lo ha sido.
—¡Puta madre Michael!, tú me hiciste mierda y ahora dices que no soy tan importante, ¡me rogabas de rodillas por qué te diera un beso! Eras una vergüenza cuando estabas conmigo, no sé por qué ahora te haces el digno.
Michael me miró directamente a los ojos y comenzó a caminar hacia mí de forma intimidante, yo traté de alejarme caminando de reversa sin embargo no importa que tan rápido fuera, él tiene piernas largas y es más alto que yo, él siempre irá más rápido.
—Bien, si tan mierda soy ¿Entonces por qué ahora quieres ir a todos lados conmigo? Toma una maldita decisión, me tienes arto de tus señales mixtas, ya basta. Te llevé a Ellen para que fueras tras él como antes, ¿O me vas a decir que ya no te gusta después de todo lo que me hiciste pasar con él?
No tenía nada que decir, no tenía ninguna excusa razonable que darle, me tenía atrapado, no tengo como defenderme.
—Bien, te dejaré en paz, ya no iré tras de tí y ya no volveré a tratar de unirme a tí y a ese mocoso, no, ya no me gusta Ellen y perdón por todo lo que te hice pasar con él. Espero que estés bien después de esta plática, me voy.
Estaba por irme cuando Michael me tomó del brazo, me asusté y volteé a verle la cara rápido, estaba molesto pero no podía decir más allá de eso.
—Ven conmigo, tenemos que hablar, pensé que está charla sería suficiente, pero no, hay más cosas que quiero hablar contigo, está cabaña es mía pero no siento que sea lo suficientemente segura y privada, mejor vamos a mi casa, los sirvientes están ahí todavía, haré que te den algo de comer y preparen la librería, en cuanto comencemos a hablar se irán, te prometo total privacidad pero necesito hablar contigo de forma sería.
Sentí como el color de la piel se me fué, quería llevarme a su casa y se veía realmente molesto, tenía algo de miedo de lo que pudiera hacer pero algo dentro de mí quiso ir tras él, tendría que tener cuidado pero no creo que intente arruinar la tranquilidad que ha tenido hasta ahora, además, su hijo está en la casa, no creo que quiera perder toda la relación que ha logrado con él en todo este tiempo.
—Bien, iré contigo, además, aquí hace algo de frío.
Subimos a su auto, a pesar de que no era mío me dolía entrar con arena a un auto tan lujoso y caro, pero él insistió, así que subí a pesar de lo sucio que pudiera quedar. Cuando los dos estuvimos arriba él encendió la calefacción y ésta vez sí entabló una conversación conmigo.
—Perdón por traerte tan noche, es que en serio debemos arreglar algunos asuntos, no podemos seguir comportándonos cómo adolecentes, menos en frente del niño, ya somos adultos, tenemos casi 40 años.
Eso último me ofendió.
—¿Tenemos?, Tienes, te recuerdo que yo era menor de edad cuando tú tenías más de 20.
Él se molestó por un momento pero parece que luego recordó.
—Es verdad, yo soy mayor que tú, perdón por olvidar esa clase de detalles, hace tiempo, mucho tiempo que no te veía.
—No te preocupes, además, yo me veo aún más desgastado que tú, hace años que no puedo dormir bien.
Platicamos de cosas triviales hasta que llegamos a una casa enorme en medio de unos cerros, ha pesar de la altura todo estaba limpio y cercado, me recordaba a esas historias que luego contaba mi abuelo, de cuando se peleó con el diablo en el cerro o cuando miró un nahual mientras arreaba vacas, ahora era mi turno, tenía que entrar a la casa del diablo.

El ático. Yaoi Hard SadomasoquistaWhere stories live. Discover now