capitulo 64

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—¡Trataré de marcarte en cuanto pueda!

Aquel hombre me dió una sonrisa bastante coqueta, acarició mi cabeza y salió del baño, fuí tras él pero guardando mi distancia, se sentó en la mesa y miró a Michael a los ojos, no pude por qué hablaban, solo noté como ambos volteaba a verme.
Me senté en la mesa y traté de actuar normal, no quería que Michael ni siquiera sospechara lo que estaba pasando.

—Entonces, ustedes dos son...

Aquel hombre rubio y atractivo preguntó mirándonos fijamente, volteé a ver a Michael que ni siquiera se inmutó mientras tomaba vino.

—No, no somos nada, él solo es mi empleado, pero disfruto mucho de su compañía, es divertido.

En el aire se sentía un poco de tensión, pero se entendía, eran competidores, era como ver dos perros de pelea ladrando se uno al otro con el bosal puesto.

—Te entiendo totalmente, con tan solo verlo se me hace un tipo muy agradable; debe de ser genial tener su compañía todo el día.

Aquel hombre se inclinó hacia mí y con una sonrisa en su rostro me guiñó el ojo, volteé a ver a Michael para comprobar que lo que habia visto era real pero él solo se concentró en darle un trago a su bebida, me estaba comenzando a poner nervioso, no tengo idea de que es lo que pasa pero es demaciado raro.

Después de dos horas más por fin salimos de ahí, quería irme a casa pero ellos parecían tener otros planes, Michael condujo tras el tipo al rededor de media hora y llegamos al centro de la ciudad, nos estacionamos en una esquina y bajamos juntos a dar una vuelta. Me sentía fuera de lugar, incluso Michael aún con sus partes faltantes y múltiples cirugías se veía mejor que yo, mi cara con patas de gallo, manchas en la piel y muchos otros defectos más me hacían ver mucho más viejo que estos dos hombres a pesar de que era al revés.
Ellos hablan en inglés, a duras penas podía entenderlos, había partes en las que ni siquiera me esforzaba, simplemente sabía que no sabría de que hablaban. Después de hablar un rato más ambos hombres se detuvieron en una banca, me senté en una orilla pero Michael me forzó a ponerme en el medio, no entendía nada de lo que hablaban pero no podía hacer más, esperé pacientemente a que charlaran mientras analizaba todo lo que me rodeaba, los enormes edificios se miraban imponentes, me sentía tan pequeño, soy tan pequeño, siempre supe que yo no era importante, al menos no tanto como otras personas mucho más poderosas que yo.
Mientras ellos hablaban noté a alguien a lo lejos, alguien conocido, alguien familiar; él notó que lo miraba, en cuanto descubrió quien era yo su sonrisa desapareció, Jairo, aquel Bartender que había tenido una relación con Michael se encontraba frente a mí, usaba ropa y bolsos de marca pero eso no era lo que más resaltaba en él, un hombre a su lado, bastante mayor que él le tomaba el brazo, su cara se miraba tranquila, le dijo algo que hizo que Jairo volviera a sus asuntos, fueron unos pequeños segundos los que lo miré, pero no pude evitar fantacias un poco sobre como debía ser su vida, estar junto a un hombre que ama, debe ser una bendición...
¿Un hombre?, ¿un hombre al que amas?, mi cabeza ¡Dios, ¿en qué estoy pensando?!, el aburrimiento debe de estarme derritiendo el cerebro.
Michael se levantó del asiento y yo junto con él, su compañero tardó un poco en incorporarse, pero en cuanto estuvo de pié fuimos directo al auto de Michael, en esta ocasión yo me senté en los asientos de atrás, ellos estaban muy ocupados conversando, tanto que parecía que yo ni siquiera estaba, supongo que era lo mejor, ni siquiera entendía lo que decían.
Michael se detuvo frente a un lujoso auto y el invitado se bajó para quitar el seguro, se dió la vuelta, se despidió de Michael y antes de marcharse se despidió de mí, pidió mi mano y la besó, no era nada grosero pero vamos, no soy una mujer, no me sentí para nada cómodo con eso. Al marcharse Michael me pidió pasarme al asiento del copiloto, yo obedecí, me senté a su lado y él comenzó a hacerme preguntas.
—¿Qué te parece ese tipo?, es guapo, ¿No? —no esperaba esa actitud de su parte, vamos, es un celoso, tóxico, manipulador y obsesivo, jamás creí oírlo decirme esto de otro hombre.

El ático. Yaoi Hard SadomasoquistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora