Capitulo 60 "El violador viste de Prada"

501 30 4
                                    

"El violador que viste de Prada", así es como me han puesto los medios después de años de todo lo que pasó, cometes un pequeño error y se acuerdan de él hasta el día de tu muerte, además, no creo que me describa bien, vamos, no soy un violador, todo es más complicado que una simple violación, sé que he hecho cosas malas pero no he sido solo victimario, también he sido víctima, no me dirá nadie que Alejandro no se ha estado aprovechando de mí, no me dirán que él no toma ventaja de mis sentimientos para conseguir cosas de mí, pero yo ya no soy el joven inexperto que antes fuí, ahora sé cómo hacer que poco a poco él solo caiga ante mí.
Jugando con las publicaciones amarillistas de la gente tomé mi billetera y me decidí comprarme un traje Prada, algo vistoso, algo que grite a los cuatro vientos "Soy el estereotipo de un homosexual adinerado" algo que haga que la gente se atragante con sus palabras y dejen la boca abierta. Me ofende un poco que hayan escogido la palabra "Violador" para definirme, vamos, he hecho cosas mucho más interesantes, aunque nadie nunca ha mencionado ninguno de los asesinatos que he cometido, supongo eso es bueno, eso demuestra que pude ocultar bien las evidencias, pero vamos, alguien debería reconocer mi buen trabajo.
Estaba por salir cuando Alejandro (el tío infantil) cruzó frente mío, estaba sonriendo, cargaba platos sucios y envolturas de dulces, lo ví tirar la basura y lavar, actuaba como si yo no estuviera aquí, se miraba tan tranquilo que me estaba matando.

  —¿Se están divirtiendo? —, Alejandro me miró de reojo y sin verme a la cara habló —Sí, a Alejandro también le gusta el tipo de videojuegos que me gustaban a mí cuando tenía su edad, ni para decir que no es Ríos, pierde incluso en los niveles en los que yo pierdo —. Me ponía feliz verlo feliz, aunque no puedo decir que el sentimiento es mutuo.
Salí de casa dispuesto a comprar mi conjunto Prada, tal vez deba comprar más de uno, tengo cosas Prada, pero solo accesorios, lentes, sandalias, algunos bolsos; nunca pensé en comprar un "Look" entero, vamos, que todo lo que uso es de mi marca o cosas más masculina como Louis Vuitton, aunque debo de admitir que me alaga un poco que me relacionen con marcas, me sorprende que nadie haya notado que Alejandro vive conmigo, aunque vamos, él ya no se vé como se veía en los años en los que éramos la sensación del momento, me gusta la paz que hay ahora, no hay cámaras ni reporteros entrometidos a los que debo de asustar, por fin tengo un poco de paz. Aunque estoy seguro que si supieras lo que está pasando ahora volverían a hacer revuelo, aunque no creo que reconozcan a este hombre aunque lo tuvieran en frente, a decir verdad, ya no es el chico que me gustaba, lo amo por qué es él, pero ahora es solo un resto borroso de lo que alguna vez fué, es evidente su trauma por el encierro y los años perdidos, tiene la mentalidad de un adolescente en el cuerpo de un adulto, tal vez por eso coincide tanto con mi hijo.
  Llegué a la tienda y de inmediato los trabajadores me atendieron, aunque podía notar que tomaban distancia, casi no había hombres a mi alrededor, eso me dió un poco de risa, vamos, no soy un perro que se le avienta al primer gato que le maulle. Miré una presiosa chaqueta, su color café claro resaltaría con los ojos de Alejandro (mi criado), por fortuna para mí tenían la misma en tallas pequeñas, mis dos muchachitos con la misma ropa, sumamente adorable. Recorriendo la tienda pude ver una gran variedad de trajes, muy bonitos pero ninguno mi estilo, estaba por irme con solo las chaquetas y unos zapatos. Cuando un atuendo azul rey me suplicó que lo llevara, combinaba perfectamente con unos zapatos que ya tenía en casa, se miraba elegante y a la vez casual, totalmente hermoso, perfecto para provocar al público y las cámaras, sentir sus ganas de comerme vivo cuando soy un mordisco muy grande para sus pequeñas bocas.
Llegué a casa y me recibió mi hijo con abrazos, le entregué la bolsa con lo suyo y casi me arrebata la otra de la mano —¡Oye, detente, está es de tu tío! —, su carita me mostró confusión y luego íra , —¿Para mi tío?, ¡Por amor de Dios, papi!, Él no sabe ni siquiera dónde está parado, no creo que pueda apreciar algo de alta costura —.  Escuchar sus palabras me dejaron en shock, no pude moverme un momento, sacudí la cabeza y pregunté al respecto —¡Alejandro, no hables así de tu tío!, ¿de dónde sacaste esa estupidez?, nunca te enseñé a faltarle al respeto —, Alejandro agachó su cabeza avergonzado y desvío la mirada, pude ver cómo su piel perdía el color y su boca se abría repentinamente —¿En serio creés eso de mí? Vaya, creí que estaba actuando bien —. Alejandro tío entró por la puerta, me miró a los ojos buscando respuesta y luego miró a mi hijo, —¡Tío, lo siento, lo dije sin pensar! —, aproveché la situación para hacer algo a mi favor, —Alejandro, tú no, hijo, le hablo a tu tío, tú vete a tu cuarto, necesito hablar con él en privado —, mi hijo corrió avergonzado a su habitación y dí un paso al frente. —Disculpa a mi bebé, sabes cómo son los adolescentes, pueden actuar sin pensar, lo que pasa es que en su escuela se enteraron que tú vives aquí y pues ya sabes, la gente te conoce obviamente, últimamente unos chicos le han hecho algo de burla por tu apellido, no es muy común de este lado, y cómo tú y yo somos solo amigos viviendo juntos, últimamente un chico le ha dicho que vive en un refugio ¡Pero no te preocupes! Te compré un traje, úsalo seguido, tal vez con buena ropa sus compañeros cambien —. Miré sus ojitos ver al suelo y llenarse de lágrimas, por un momento me sentí mal por él, es como un perrito adoptado al que regañan por primera vez, sin entender por qué lo que hacía en la calle ahora no puede hacerlo en casa —¿Por qué nunca me lo dijo? No quiero causarle problemas, de haberlo sabido me invento un nombre o algo, entiendo que tal vez no soy uno de esos "pipiris nice" pero yo lo amo, él es mi sobrino, no pensé que se sintiera así —. Miré la expresión de Alejandro reflejar tristeza y desesperación, lo tenía donde quería, debía aprovechar, —Mira, la verdad incluso yo he sentido tratos diferentes de los demás, vamos, que para ellos no es normal toparse con gente de tu... Tipo —, Alejandro se vio ofendido pero parecía entenderlo, me acerqué a él y extendí la bolsa, metí la mano y saqué el traje. —Bueno, creo que este es el momento justo para esto, te he comprado un traje, estaba pensando que tal vez puedas ponértelo y salir juntos a tomar alguna cena o algo. Que la gente vea que te das algunos lujos conmigo puede ser muy conveniente, obviamente si comienzan a verte por ahí lleno de cosas de marca y yendo a lugares caros conmigo poco a poco te podrás ir integrando. Mírame a mí, obviamente he hecho cosas un poco malas, mis apellidos no son muy resonados pero yo los hice resonar, yo mismo hice que todos me conocieran. Ahora te toca a tí, obviamente voy a ayudarte, vaya, quieras o no lo que te pase a tí me afecta a mí y a mi hijo —. Alejandro tomó el traje y lo miró atentamente, le ofrecí ayudarlo a vestirlo y él aceptó, me sentía en el cielo, él no sabía ni siquiera como abotonarse bien los gemelos, lo miré luchar torpemente por llegarme tan siquiera a los talones y fallando horriblemente, amaba ver qué muy en el fondo seguía siendo el chico torpe y mimado que dejé escapar aquel día.
Después de ponerme yo mismo mi traje fuí a hablar con mi hijo, él seguía sintiéndose culpable por lo que había dicho, lo senté a mi lado y comencé a hablar con él —¿Por qué dijiste eso?, nunca te había escuchado decir nada como eso —, Alejandro suspiró y me contó sus sentimientos —Es que, cuando estábamos en México, tú nunca lo trataste como lo haces ahora, me gustaba que le compraras cosas y hablaras con él, pero ahora, ahora lo tratas como a mi, ni siquiera a mi mamá la tratas así. Yo sé quién es y me hace sentir incómodo, sé lo que le hiciste y eso me hace sentir raro, me enoja que él te ella denunciado pero también que tú le hicieras eso. Sé que está mal que sea él quien me caiga mal pero viendo como lo tratas y todo lo que le das me hace enojar. Tú le compras todo, lo mantienes, le das dinero a su familia, incluso le pagas por no hacer nada más que fingir cuidarme, aún así él te denunció y no solo eso; sé que fué él quien quiso que tú y mamá se separaran... Tío Ellen me lo contó todo, luego mamá me lo dijo también, ella dice que él está mal de la cabeza, que siempre vuelve contigo y luego se enoja contigo y se va nuevamente. No sé cómo sentirme con él, no me da confianza, me gusta jugar con él, es como un amigo, me cae muy bien, pero no puedo verlo normal después de todo lo que me han dicho, se me hace tan hipócrita —. Me quedé pasmado un momento tras la declaración de mi hijo, me alegraba saber que lo tenía de mi lado, pero sus pensamientos hacia su tío no me agradaban para nada. Sí quiero que Alejandro por lo menos me tolere a su lado tendré que cambiar algunas cosas con mi hijo.

—Mira, Alejandro, tu tío ha pasado por mucho, no puedes culparlo por no comportarse como lo haríamos tú y yo, él no se crió con nosotros ni como nosotros, es como un perrito de la calle, la gente le pega y comienza a morder, ahora nosotros tenemos que hacer que este perrito deje de morder y siga órdenes, para eso ocupo tu ayuda. Sé que cuando estaba en México muchas veces actué mal, sé que amenacé con irnos demasiadas veces, pero creeme que ya no lo haré, ahora solo te pido que me ayudes a hacer que Alejandro esté de nuestro lado, tú no quieres que le compre cosas a él pero piensa esto, si logras hacer que él me acepte, tal vez, ahora tengas dos papás, dos son mejor que uno ¿No es así? — Su cara no estaba feliz como pensaba, se veía enojado de hecho — No me importa tener dos padres, lo que hagas con tu vida amorosa no me importa, lo que quiero es que pienses mejor las cosas. No es por ser malo, pero estoy seguro que él el costo de ese traje no lo sabe, ¡comprale clones!, cosas más baratas, cosas sencillas, algo que él si sepa usar, algo que si de nuevo vuelve a irse no nos duela dejar. Ví como tuviste que ayudarle a vestirse, entiendo que lo quieras y que quieras que se sienta parte de nosotros, pero un perro viejo no aprende nuevos trucos, deberías de mejor ir yendo de a poco, no creo que dándole cosas buenas de golpe él las aprecie. — Mi hijo tenía un punto, aún así, me parecía sumamente cruel como se expresa, debo confesar que me ha oído hablar de esa forma sobre otras personas, supongo que ahora es otro tema para tocar en terapia.

El ático. Yaoi Hard SadomasoquistaWhere stories live. Discover now