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Dalila POV'S


Kat no puede contener la emoción cuando baja del coche junto a Alexandro y a mi. La rubia se posiciona a mi lado y sonríe tan abiertamente que me endulza el corazón. Ruedo los ojos divertida, muy parecido me sentía yo la primera vez que vine al lujoso hotel.

Resulta que al explicarle a Kat el evento al que asistiría, a penas si pudo ocultar las enormes ganas que tenía de asistir. Hizo todo a su alcance para no chillar de euforia mientras le comentaba el plan para la noche, las mejillas rojas y los ojos grandes como también muy brillantes en expectación. Kat es mi familia, y me resultó cruel dejarla fuera. Así que le pregunté al hombre Armani si ella se nos podía unir, a lo que no presentó queja alguna, e incluso aseguró que su chófer también estaría disponible para Kat de ser necesario.

—El lugar es enorme—Murmura. Los claros ojos de Kat observando hacia todos lados.

—Lo sé—Susurro de vuelta, ciertamente entretenida.

Los tres entregamos nuestros abrigos, no hubo otro alternativa más que traer un tapado conmigo cuando el clima neoyorquino se puso demasiado frío y algo ventoso.

Un instante después la mano de Alexandro viaja a mi espalda baja, donde se siente cálida y reconfortante al dar con su dedo pulgar suaves y delicados círculos sobre la piel descubierta. Lo busco con la mirada, me dedica una lenta sonrisa de costado.

—Por aquí—Hace un vago gesto de cabeza.

Frunzo el ceño al notar que no nos dirigimos en la dirección al Casino. Le dedico una mirada a Kat, para encontrarla acomodándose el cabello y los aretes. Me río bajo—¿El evento será en un salón diferente al de la otra vez?

Alexandro asiente—El plan de Andrea es dar una nueva fiesta en cada salón del Hotel—Frunce el ceño—En total son tres—El tono de su voz se vuelve algo gruñona—En verdad quiere hacerme sufrir.

Suelto una risa—Sólo está feliz de haber cerrado el negocio aquí—Me mira de refilón, todavía con la línea casi imperceptible de su frente marcada—Puede festejar—Me encojo de hombros.

Bufa—Es excéntrica, nada más—Aunque se muestra fastidiado, la mirada juguetona y cargada de cariño delata que en realidad quizás no le moleste tanto como lo parece.

Los tres continuamos con nuestro camino seguido de una gran cantidad de personas más. El pasillo es largo como ancho, las alfombras bajo nuestros pies de un bonito color, algunas siluetas dibujadas sumándole cierto protagonismo al tejido. En cuánto al resto; de tonalidades doradas, candelabros enormes y decoración distinguida,  imperiosa y airosa te hacen saber que estas en la cúspide de la élite de Manhattan.

Al igual que la noche de Casino, una mujer nos espera en la puerta. La lista en sus manos, el cabello recogido en un pulcro moño y el uniforme perfectamente alisado. Todo el personal en general tiene una apariencia impecable, notorio resultado a la dedicación que Andrea y su gente ponen en el hotel.

Una vez damos nuestros nombres, y Alexandro le recuerda a la administrativa que se ha sumado un acompañante más, nos permiten la entrada.

La palabra que podría definir a la perfección el evento es; Excéntrico. Porque jamás en mi vida había visto una gran torre de copas de champagne en mi vida, música en vivo y malditos contorsionistas esparcidos por todo el lugar. Haciendo sus piruetas ya sea en las telas que cuelgan de los techos o en el suelo entre la gente. Los aplausos se hacen oir, las risas y la clara diversión palpable flotando en el aire.

—¿Ésto lo organizó tú hermana?—Kat alza las cejas muy sorprendida cuando le pregunta a Alexandro.

El italiano asiente—Con un par de manos extra, por supuesto, pero estoy seguro de que la planeación estuvo absolutamente bajo su mando—Algo de orgullo en su voz.

Esclava del PecadoWhere stories live. Discover now