❅ 01. Patética

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Capítulo 01.

—Bien

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—Bien. La rutina aquí es muy sencilla. A las seis debes estar despierta, el comedor abre a las siete y el desayuno es a las siete con quince, a las ocho debes estar vestida y a las ocho treinta comienza el entrenamiento. A las once puedes regresar al dormitorio, darte una ducha y hacer tus tareas escolares, a las dos es el almuerzo y tenemos dos horas libres desde las cuatro a las seis, a esa hora abren de nuevo la pista y regresamos al entrenamiento hasta las ocho. Después de las nueve treinta ya no se pueden salir de los dormitorios y tienes que dormir mínimo antes de las once. ¿Tienes alguna duda?

La chica pestañeó un par de veces, mientras asentía algo confundida por la manera tan rápida en la que el chico había dicho todo eso. El que se había presentado como Yang Jeongin le dio una sonrisa animada, y después le ayudó a llevar su equipaje hasta el dormitorio. Ambos eran compañeros: de equipo y de habitación.

Jeongin hablaba demasiado, realmente demasiado. Cuando el entrenador Yi-jin los presentó el chico le había contado la mitad de su vida y como había entrado al equipo, después, comenzó a hablar sobre un gato llamado Lino y que su color favorito era el azul. Ilanis no quería ser grosera, así que lo mejor que pudo hacer fue escucharlo en todo momento y asentir cada vez que le preguntaba algo. Le había causado un poco de gracia cuando abrió la puerta, pues se había apresurado a entrar para esconder la ropa que estaba tirada en el suelo de la habitación debajo de la cama y arreglar rápidamente sus sábanas.

—Una disculpa, he vivido aquí yo solo desde hace casi dos años... —explicó, avergonzado— Pero ya comenzaré a hacer la limpieza más seguido.

Le agradaba. Era muy tierno.

Ilanis negó con una risa, mientras dejaba la maleta sobre la cama vacía al otro lado de la habitación y comenzaba a desempacar. Tenía un escritorio y un armario de ese mismo lado, lo único que compartirían era el baño, pero Jeongin se había ofrecido a tomar la ducha en la habitación de otro compañero para no incomodarle. Al final solamente acordaron imponer horarios para cada quien, ella no quería abusar de su confianza y aún así, agradecía que fuera tan atento.

—¿Y desde cuando patinas? —preguntó el chico, sentado en la orilla de su cama mientras la veía acomodar su ropa en el armario y sus pertenencias en el escritorio.

—No hace mucho realmente. Cinco años... O tal vez cuatro —respondió, algo dudosa.

—Oh, tal vez por eso no había escuchado hablar de ti antes... ¿No estabas en el equipo de tu país?

Sabía que no lo preguntaba de mala manera, era imposible que sus intenciones fuesen otras cuando tenía un rostro de que era la persona más despistada del mundo y que los ojos se le escondían cuando sonreía.

Jeongin no era un peligro.

—No, no lo estaba... Estuve a punto, pero... —sus palabras quedaron al aire, buscando alguna excusa— Me lesione.

Mentira. Mentira. Mentira. Se repitió a sí misma una y otra vez. Jeongin hizo una mueca de horror, sabía lo perjudicante que era lesionarse en un deporte como ese... No le gustaba ni imaginárselo.

—¡Eso debió ser horrible! Wow —realmente estaba sorprendido—... Entonces ni siquiera podría imaginar cómo se siente Sunghoon ahora mismo —murmuró eso último para sí mismo, aunque Ilanis pudo escucharlo perfectamente.

No preguntó por ello porque honestamente, no le interesaba y tampoco le correspondía.

—¿Y desde cuando sabes coreano? Lo hablas muy bien como para ser extranjera —le halagaba que dijera eso.

—Mi padre es Coreano-estadounidense, a pesar de que no practicamos las tradiciones y culturas del país me enseñó a hablar el idioma desde que era niña.

Ambos siguieron conversando de algo diferente, el chico le había preguntado sobre su familia y amigos, Ilanis le respondió muy gustosa... Claro, evitando ciertos temas. Le enorgullecía y le hacía feliz hablar de sus padres, aunque ellos realmente no le apoyaran del todo en su sueño. Su padre, más que nadie.

Cuando terminó de instalarse en su lado del dormitorio, Jeongin le informo que debían presentarse en la pista en veinte minutos. El chico fue el primero en entrar a vestirse al baño, por lo que ella aprovechó e hizo lo mismo rápidamente, antes de que saliera. Una vez listos, ambos salieron del dormitorio con sus patines en mano. El chico le daba un recorrido por el lugar mientras se dirigían a la pista, mostrándole las diversas partes de todo el edificio.

El estómago de Ilanis dio un vuelco cuando observó todo a su alrededor, la pista era más enorme que cualquier otra en la que había patinado antes. Todo ahí era tan diferente... Incluso las gradas y los cristales a las orillas. Yi-jin se hizo presente en el lugar, acompañado de dos personas más. Cuando Ilanis terminó de ponerse los patines, siguió a Jeongin hasta el interior.

Incluso sentía que el hielo era diferente.

—Muy bien... —sus compañeros se alinearon, mientras el entrenador le indicaba que se posicionará a su lado— Quiero que le den la bienvenida a nuestra nueva integrante, McRae Ilanis. Ella ha venido desde Estados Unidos a patinar en nuestro equipo, así que espero que le den una cálida bienvenida y le enseñen nuestro trabajo en equipo.

Los tres aplaudieron, mientras Ilanis hacía una reverencia ante sus compañeros. El entrenador le indicó que ya podía unirse a la formación y la chica se posicionó en medio de Jeongin y un chico que aún no conocía, pero este le sonrió amablemente.

—Bien. Como saben, el torneo estatal se acerca y con el descanso de Sung...— Yi-jin se vio obligado a callar cuando un chico entró apresuradamente, abriendo de par en par las puertas del lugar y entrando a la pista con demasiado apuro.

Los mechones de su cabello blanquecino se pegaban en su frente y con el dorso de su muñeca se limpió la pequeña capa de sudor que había en esta. Era alto, muy alto, pues sus piernas eran largas y le sacaba un par de centímetros al entrenador. Su vestimenta era sencilla, pero muy fina. Llevaba unos pantalones negros y una chaqueta gris. Su rostro estaba serio, y podía decir que se miraba cansado gracias a las ojeras bajo sus ojos.

Ilanis jamás había visto a un chico tan lindo como él.

—Lamento mucho el retraso, entrenador —habló por primera vez, mientras se inclinaba para hacer una reverencia y se posicionaba al lado de Jeongin.

Que linda voz.

—¿Qué haces aquí, Sunghoon? El doctor dijo que debías guardar reposo mínimo tres semanas más, y ni siquiera haz dormido bien, ¿no es así? —preguntó, refiriéndose a sus ojeras.

¿Sunghoon? Entonces ese era el chico que estaba lesionado...

—Me siento muy bien, señor. En serio, no quería perderme el entrenamiento... No puedo perdérmelo.

Yi-jin lo miro con pena, sabía el peso que el chico cargaba en los hombros y la presión social que recaía en él.

—Hoy no habrá entrenamiento —respondió el hombre—, solo quería presentarles a nuestra nueva integrante.

Sunghoon frunció el ceño confundido, hasta que posó su mirada en la cabellera castaña de Ilanis, quien lo veía de una manera tan hipnotizante y expectante por el porte tan pulcro y elegante que tenía. El chico tenso su mandíbula, mientras ponía los ojos en blanco y se dedicaba a volver a mirar al frente.

Sunghoon pensaba que aquella chica no podía parecerle más patética.

—Escuché que en tu equipo solías patinar en pareja, ¿o me equivoco? —Ilanis asintió ante las palabras de Yi-ji.

—Si, señor. Durante dos años.

Yi-ji sonrió, mientras entornaba su mirada entre ambos adolescentes.

—Esto será interesante...

𝐂𝐎𝐍𝐒𝐄𝐐𝐔𝐄𝐍𝐂𝐄𝐒 | Park Sunghoon ✓Where stories live. Discover now