𝐂𝐎𝐍𝐒𝐄𝐐𝐔𝐄𝐍𝐂𝐄𝐒 | Park Sunghoon ✓

❅ 32. Pronto

Capítulo 32.

Yi-jin conducía en silencio, mientras Ilanis se encontraba sentada en el asiento del copiloto, observando a través de la ventanilla sintiéndose abatida y en un constante conflicto con sí misma. Sentía que en ese momento no podía confiar en nadie, ¿es que acaso todo el mundo lo sabía menos ella? ¿Por eso Jeongin se había mantenido demasiado empeñado en alejarla de él? Tal vez ahora lo entendía.

—¿Tú también lo sabías? —preguntó al aire, sin darle una sola mirada al entrenador, quien soltó un suspiro solamente confirmándole lo que quería saber.

—El compromiso era algo que se veía venir, siempre fue así —respondió, en voz baja, intentando buscar las mejores palabras para explicarlo—... Conozco a mis chicos, Ilanis. Créeme, ninguno tenía la intención de lastimarte y por eso no dijeron una sola palabra, mentir no fue la manera más correcta pero... Tú entiendes lo que intento decir. Sunghoon siempre ha tenido problemas, desde niño ha sido egocéntrico y mimado, y al mismo tiempo, siempre fue un chico triste; La muerte de un amigo cercano le afectó aún más últimamente, así que créeme, el tema del compromiso es lo menos importante en este momento.

¿Entonces Sunghoon era la víctima y ella era una ególatra por sentirse traicionada? Como una tonta.

—¿Por qué siento que intentas hacerme sentir culpable?

—No es así, solo estoy diciéndote de una vez por todas lo que tú no sabes o que jamás pudiste notar. Sunghoon te lastimó, lo sé. Se por todas las cosas que has pasado y todo lo que te trajo hasta aquí... Pero de la misma manera que tú estás rota, él también lo está. Y creo que jamás te diste cuenta de ello. No estoy justificando a nadie, solamente creo que ninguno de los dos fue realmente sincero con sus sentimientos... Y tal vez por eso lo que sea que había entre ustedes, terminó demasiado rápido.

El silencio reino en el resto del trayecto, y fue de esa manera hasta que nuevamente llegaron al edificio. Ilanis bajó del auto sin decir una palabra o despedirse, tan solo azoto de manera no intencional la puerta y se encaminó hasta el interior, dirigiéndose a su dormitorio. En su cabeza, había muchas cosas que asimilar... Y en ese momento lo único que podía hacer, era llorar. Su pecho dolía, su cabeza daba vueltas, tenía nauseas y se sentía como la persona más estúpida de todas.

Ahora más que nunca, se sentía como una intrusa. Porque lo era. Sunghoon y Minyeong tenían sus vidas resueltas, un futuro prometedor y ella solo había llegado a arruinar todo eso.

Permaneció sentada ahí, en el suelo de uno de los pasillos que nadie transitaba, donde ella y Jeongin solían esconderse a media noche, escuchando música y comiendo bocadillos por horas, tratando de contener sus risas para que nadie pudiese saber que estaban ahí. ¿Era normal la manera en la que su pecho dolía en ese momento? ¿O era su corazón el que dolía?

El chico se dejó caer a su lado, en silencio, mientras una distancia considerable los separaba y el silencio incómodo, ese que se había vuelto muy habitual entre ambos, nuevamente reinaba en el ambiente. Tal vez, las cosas entre ellos no eran las mejores. No habían cruzado palabras desde hace tiempo, pero Jeongin sabía lo mucho que esa situación le dolía. Tal vez había actuado de una manera demasiado inmadura, creyendo que la chica era algo de su propiedad cuando en realidad, su única intención era protegerla de exactamente todo eso.