❅ 04. Diferente

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Capítulo 04.

Sunghoon no se había tomado muy en serio lo de que la chica era muy puntual, por lo que se sintió demasiado estúpido cuando llegó a la pista y ella ya se encontraba ahí dando vueltas por el lugar acompañada de Minyeong

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Sunghoon no se había tomado muy en serio lo de que la chica era muy puntual, por lo que se sintió demasiado estúpido cuando llegó a la pista y ella ya se encontraba ahí dando vueltas por el lugar acompañada de Minyeong. Ambas se reían y parecían estar teniendo una buena conversación la una con la otra; En los cuatro años que tenía de conocer a Minyeong, jamás la había visto sonreír y reír tanto. ¿Qué efecto tenía Ilanis en todas las personas que lo rodeaban? Inconscientemente, se había hecho un corte en el dedo índice mientras limpiaba la cuchilla de uno de sus patines. Maldijo por lo bajo y tan solo se llevó el dedo a la boca succionando el líquido rojo. No era la primera vez que eso le sucedía, en realidad, era algo muy normal... Pero en ese momento, toda su atención estaba puesta en ella. Y eso le revolvía el estómago.

Cuando termino de ponerse los patines, Jeongin y Yunjeon se unieron a sus compañeras. Todos parecían estar teniendo un buen momento, a excepción de él. Los conocía a todos desde hace mucho tiempo, ¿por qué no conversaban y se reían con él de esa manera? ¿Qué tenía ella de especial?

—Alíniense —Yi-jin entró a la pista, con su bitácora debajo de la axila y las manos detrás de su espalda. Los cinco adolescentes se formaron en una línea recta frente a él, mientras hacían una reverencia—. Bien, chicos... Hoy practicaremos saltos y vueltas. Después de lo que sucedió en el último torneo —disimuladamente, su mirada había descansado en Sunghoon—... Necesito que practiquemos eso.

Todos asintieron ante la indicación.

—Ilanis.

La chica dio un paso al frente, mientras asentía.

—Al ser hoy tu primer entrenamiento oficial, quiero ver de qué estás hecha —la chica sonrió a labios cerrados, mientras se sujetaba el cabello en una coleta. Yi-jin y los demás se alejaron hacia la orilla, dejándole a la chica un mejor perímetro del centro del lugar.

Sunghoon estaba cruzado de brazos, un tanto escéptico sobre lo que estaba a punto de ver.

A simple vista —y como ya lo había mencionado antes—, Ilanis no tenía la apariencia de una patinadora artística. Las proporciones de su cuerpo eran voluminosas, y podía suponer que su peso estaba arriba del habitual. Si se ponía a comparar a Minyeong y Aerin al lado de Ilanis, ambas eran... Diferentes. No, en realidad, ella era la diferente.

Ella era la que no encajaba.

Cuando el cuerpo de la chica comenzó a moverse por el hielo Sunghoon se mordió el interior de la mejilla vigilando detenidamente cada uno de sus movimientos. Era flexible, debía aceptarlo. En sus movimientos había precisión, mucha técnica y un toque de elegancia. Definitivamente los saltos eran algo que manejaba a la perfección y sobre todo, no tenía miedo a ver a todo el mundo a su alrededor, porque en ningún momento bajo la mirada hacia sus pies. No le sorprendería saber si en un pasado práctico ballet, porque definitivamente, era una bailarina de ballet con patines.

Sabía que debía tragarse el orgullo, y por lo menos en su cabeza, aceptar que era buena en lo que hacía. Porque realmente lo era. Y las personas que en ese momento los acompañaban, también lo sabían.

Sunghoon notó en Yi-jin una mirada que jamás antes había percibido por su parte. Su expresión transmitía sorpresa, pero en sus ojos había un destello de ¿orgullo? O como si hubiera acertado con algo antes. El chico sabía que Ilanis había logrado captar de lleno la atención de su entrenador, y que sin duda alguna... Ilanis podría ser capaz de quitarle su lugar y su estrellato en aquel equipo.

Después de tanto tiempo... Por fin había una sola persona que podría ser capaz de opacar al príncipe del hielo.

—¡Estuviste increíble en el entrenamiento! —halagó Jeongin, mientras la chica abría la puerta del dormitorio y ambos dejaban sus zapatos en la entrada— El entrenador Yi-jin estaba sorprendido y encantado, ¡todos lo estábamos! Incluso el tonto de S...

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—¡Estuviste increíble en el entrenamiento! —halagó Jeongin, mientras la chica abría la puerta del dormitorio y ambos dejaban sus zapatos en la entrada— El entrenador Yi-jin estaba sorprendido y encantado, ¡todos lo estábamos! Incluso el tonto de Sunghoon no pudo esconder su expresión de sorpresa.

La chica negó con una risa. Le parecía muy descabellado todo lo que su amigo decía, realmente no creía estar a la altura de sus compañeros. Ellos eran profesionales, y ella era solamente una chica que competía por hobbie.

—Realmente no es para tanto...

—¿Qué no es para tanto? ¡Eres increíble, Ilanis! Mis seis años de carrera no se comparan a lo que tú hiciste en diez minutos.

Bueno, en eso definitivamente estaba exagerando.

Ilanis le resto importancia, por lo que solamente tomó su pijama y entró al baño a darse una ducha, dejando a su amigo hablar por teléfono con su madre. Sus músculos se relajaron una vez que el agua caliente tocó su cuerpo, y comenzaba a masajear su cabeza con la espuma de su shampoo.

Había sido un día importante... Y uno muy bueno.
Su primer día en una nueva escuela y su primer entrenamiento oficial con el equipo. Un equipo nacional. En ese momento realmente se preguntaba si estaba soñando. Estaba emocionada.

Después de haber tomado un corto y relajado baño, se dispuso a cepillar su cabello y después, hacer su tarea. Todo mientras su amigo repetía su misma rutina. Su compañera, Minyeong, la había invitado a almorzar en la escuela el día siguiente y aunque fuese algo tonto, Ilanis se sentía emocionada por ello. Jamás había sido de tener demasiados amigos... Y bueno, los que tenía realmente siempre solían meterla en problemas, y el estar rodeada de otras personas y un ambiente tan diferente al que estaba acostumbrada, la hacía sentir extraña.

—Oye Lanis... ¿Si has estado durmiendo bien, verdad? —preguntó Jeongin, de repente. Provocando que la chica quitara la atención de su libro de texto y se girara a ver a su amigo.

—Sí, ¿por qué? ¿Sucede algo? —respondió preocupada.

—No no, es que bueno... Tengo el sueño un poco ligero... Y aveces roncas —se rasco la nuca, algo incómodo, provocando que las mejillas de la chica se encendieran. Ni siquiera sabía que roncaba—. ¡Pero no te preocupes! Realmente no me molesta.

Ilanis asintió, aún avergonzada. Mientras ambos continuaban haciendo sus deberes.

A las once en punto, Jeongin fue el primero en acostarse a dormir, mientras ella se dedicaba a acomodar las cosas de su mochila y preparar su uniforme. Soltó un bostezo, cansada, para después imitar la misma acción de su amigo.

Lo único que pasaba por su cabeza en ese momento, era que, por primera vez después de mucho tiempo... Su vida comenzaba a tener sentido.

Después de mucho tiempo... Se sentía viva.

𝐂𝐎𝐍𝐒𝐄𝐐𝐔𝐄𝐍𝐂𝐄𝐒 | Park Sunghoon ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora