❅ 29. Suficiente

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Capítulo 29.

Las miradas que recaían en ella en ese momento, tal vez se debían al chico que caminaba a su lado

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Las miradas que recaían en ella en ese momento, tal vez se debían al chico que caminaba a su lado. A pesar de que ni siquiera estaban tomando sus manos, y que Jay no estaba teniendo ningún tipo de gesto amoroso con ella en público, sentía que todo el mundo la juzgaba simplemente por estar a su lado. Había insistido en que podía llevar su mochila por su propia cuenta, pero Jay siempre terminaba cargándola en su lugar. No le parecía molesto, pues era un gesto que a él mismo le gustaba tener, era tierno. Pero, al parecer, a las demás personas no les parecía de la misma manera. Más de una vez había escuchado en los pasillos a sus compañeros hablar pestes de ella, mayormente, la criticaban e insultaban por haber mantenido una relación cercana con Jay después de que su relación con Sunghoon terminó.

Si, ambos estaban saliendo, seguían conociéndose y después de que le contó al chico su pequeño secreto... Jay simplemente había decidido permanecer a su lado sin importarle nada más que estar con ella. Ilanis aún seguía tratando de aclarar sus sentimientos, tan solo habían pasado dos semanas, no podía amar a alguien en dos semanas, pero aún así, seguía tratando de descifrar lo que realmente sentía por Park Jongseong.

Le gustaba, de eso estaba completamente segura.

—¿Cómo te sientes? —preguntó el chico, una vez que ambos estuvieron arriba de su auto, mientras se disponía a abrochar el cinturón de seguridad de la chica y encender en vehículo— Mañana es la competencia... ¿Realmente te sientes bien con eso?

Es verdad. En realidad, estaba muy nerviosa, era la primera vez que patinaría con el equipo... Y también presentaría su rutina con Sunghoon. A decir verdad, las cosas entre ambos estaban completamente arruinadas. Y aveces, solo aveces, realmente se sentía mal por notar que el chico estaba pasándola mal mientras que ella trataba de sobrellevar la situación con alguien más.

—El entrenador nos dio el día libre —cambio de tema—. Es mi primer día libre en dos semanas, y estaba pensando que realmente me gustaría estar contigo hoy.

Jay le dio una sonrisa brillante, mientras tomaba su mano y la miraba de esa manera en la que lo había hecho desde el primer día: con amor.

—Hagamos algo hoy, entonces —asintió, entusiasmado.

—Tengamos una cita... Una real. No hemos tenido una cita formalmente, Park Jongseong.

—¿Estás invitándome a salir? —preguntó divertido. Ilanis sonrió, mientras inconscientemente depositaba un corto y fugaz beso en los labios del chico, tomándolo por sorpresa.

No, no habían vuelto a besarse desde aquel día en la pista. Y realmente en ese momento, le había nacido hacer eso. Aveces hacía cosas sin estar realmente consciente de ello, como aferrarse a su brazo cuando caminaban por la calle, peinar su cabello cuando el chico estaba distraído, abrazarlo desprevenida mente y decirle lo mucho que le gustaba el lunar de su cuello. Sentía que todas esas pequeñas cosas no se comparaban a lo que él hacía por ella, porque Jay realmente era capaz de cruzar toda la ciudad en busca de un ramo de flores para ella o simplemente sacrificar sus horas de sueño mientras ambos permanecían hablando hasta altas horas de la noche por llamada.

Ilanis tal vez había pensando que aquel beso le había incomodado, pues Jay tardó un par de minutos en realmente reaccionar y asimilar lo que había sucedido. Pero en cambio, simplemente volvió a besarla de la misma manera. De una manera corta, fugaz y reconfortante, en una simple acción de juntar sus labios y sentirlos contra los suyos.

A Jay no le avergonzaba estar con ella... Y aveces realmente no sabía cómo actuar al respecto.

—Tengamos una cita, entonces.

Le gustaba cuando las noches se volvían frías y caminar por las transitadas calles, se volvía algo reconfortante

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Le gustaba cuando las noches se volvían frías y caminar por las transitadas calles, se volvía algo reconfortante. El simple hecho de caminar entre todas esas personas, quienes ni siquiera se tomaban la tarea de verle o prestarle atención, le hacia sentir bien. Porque nuevamente era una extraña... Y ninguna de esas personas iba a juzgarla sin conocerla realmente. Era la primera vez que Jay tomaba su mano mientras caminaban juntos, era la primera vez que ella lo permitía y era la primera vez que caminaban en un silencio demasiado reconfortante.

Jay le había comprado tres ramos de flores diferentes desde que habían terminado su cena en aquel restaurante en el centro de la ciudad. Definitivamente era la primera vez que Ilanis visitaba un lugar tan elegante en Seúl.

—Creo que realmente no era necesario comprar tantas flores... —arrugó la nariz, mientras ella cargaba un ramo y Jay el otro par.

—Claro que era necesario. Los mereces, y aparte... Las flores son igual de bonitas que tú.

Pensé que ya había superado lo de sonrojarme con cada cosa que hace y dice, pensó para sí misma, mientras sentía el calor de sus mejillas.

Su caminata se detuvo en el Río Han, mientras apreciaban las luces, la comodidad de la noche y la compañía. Jay la abrazó por la espalda, mientras enredaba sus brazos alrededor de su cuerpo manteniéndola cerca de él, brindándole calor. Ilanis se recargó en su pecho, mientras sentía la respiración del chico a su lado. Podría acostumbrarse a estar su vida entera de esa manera. Podría pasar su vida entera a su lado... Pero de alguna manera, seguía pensando que eso no era realmente lo que les esperaba.

Aveces deseaba que esta vez no estuviera equivocándose con la persona a la que estaba brindándole su confianza y poniendo todos sus sentimientos, otras simplemente no podía quitar de su cabeza la idea de que Jay podría encontrarse con alguien mejor. Otras simplemente sentía una inmensa tranquilidad en su pecho, porque por primera vez, había alguien que realmente la quería por lo que era y no veía como una mancha de por vida el pasado que le perseguía. Porque Jay había llorado tanto después de que ella le contó la verdad, mientras escondía su rostro en el cuello del chico y dejaba que por primera vez en tanto tiempo, le hiciera saber que nada había sido realmente su culpa.

Jay hizo todo lo que Sunghoon jamás hizo.
Y no podía evitar sentirse terrible por eso. ¿Por qué Park Sunghoon había tenido que terminar de arruinarla por completo?

—Se que no soy lo que quieres, Ilanis... Creo que siempre lo supe —el aliento cálido de Jay golpeaba su mejilla, mientras ella no podía evitar el que sus ojos se cristalizaran y se aferrara a los brazos del chico, sin realmente desear que la soltara—, pero aún así, te juro que estoy haciendo lo posible para que tus sentimientos realmente me escojan a mí.

—Yo te quiero...

—Lo sé, linda... Pero ambos sabemos que aún no te sientes segura de esto. Si, tal vez nos apresuramos un poco, saliste de una relación y tal vez estoy presionándote demasiado para entrar en otra.

—Eso no es verdad. No estás presionándome en nada, yo te quiero, Park Jongseong. ¿Qué es lo que realmente te preocupa?

No ser suficiente para que te quedes a mi lado.

Y por primera vez en mucho tiempo, el silencio que los acompañaba era incómodo y doloroso. Ambos lo sintieron, ambos lo sabían, pero aún así... Siguieron aferrándose fuertemente el uno al otro.

Ambos merecían ser felices.

Ambos merecían estar juntos.

𝐂𝐎𝐍𝐒𝐄𝐐𝐔𝐄𝐍𝐂𝐄𝐒 | Park Sunghoon ✓Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora