Estrategia para capturar esa escoria gong

Uh Oh, no soy el hijo biológico de mi papá. - Arco 3.13

Un hermoso corazón

Bai Xiaorui finalmente dejó de llorar mucho tiempo después. Sollozó y le dijo a Xie He: "Lo siento, te dejé verme hacer el ridículo".

Claramente, había querido consolar al otro. Al final, Xie estaba bien, y fue él quien lloró hasta convertirse en un desastre. Fue solo que cuando pensó en lo que Xie había sufrido todo este tiempo, se puso insoportablemente triste...

(Hayoo: admito que pensé que iba a ser arrogante pero es una masita en realidad TT)

Xie lo miró con calma, “Está bien. Gracias."

Gracias por hacerme saber que mis padres eran buenas personas. Aunque no me conocían, aunque murieron sin saber que tenían un hijo como yo, por lo menos sé que… si alguna vez nos hubiésemos conocido, definitivamente me habrían amado.

Me habrían querido tanto como te habían querido a ti.

Xie He se puso de pie, dándose la vuelta para irse. Bai Xiaorui de repente se acercó y agarró su mano. Él dijo: "¿Vas a volver a tu habitación?"

Xie He asintió en silencio.

Bai Xiaorui apretó los dientes. No quería que Xie He regresara. No quería que volviera a la habitación de Deng Jingwen... ¡no debería ser tratado con tanta crueldad!

Ser poseído sin piedad por la persona que una vez habías considerado su padre... ¿cuánta desesperación debe residir en su corazón mientras se quedaba solo en esa habitación? Debe ser por eso que su reacción hacia Bai Xiaorui había sido tan intensa...

Fue una pena que Bai Xiaorui no tuviera los medios para ayudarlo o incluso el coraje para luchar contra Deng Jingwen. Pero, al menos… podría quedarse con él, sacarlo a hacer cosas para distraerlo, ¿no?

Bai Xiaorui pensó en esto y dijo: "Vamos a divertirnos, ba".

Xie lo miró sin expresión. Él no respondió.

Bai Xiaorui volvió a hablar: “Hay un parque de diversiones. Mi papá solía llevarme allí todo el tiempo cuando era joven. ¿Qué tal si te llevo allí?"

Finalmente, un destello de luz apareció en los ojos de Xie He. Sin embargo, no expresó su opinión como si dudara.

Bai Xiaorui notó el parpadeo de anticipación y anhelo en los ojos de Xie He. Arrastró directamente a Xie He por el brazo hacia la puerta, sonriendo, “¡Ve conmigo, ba! ¡Te enmohecerás[1] si te pasas todo el día encerrado en casa!”.

([1]: Dejar de ser útil o actual; ponerse viejo o caer en desuso.)

Xie He fue arrastrado así. Si los dos jóvenes maestros querían salir, nadie se atrevía a detenerlos. Muy rápidamente, partieron con el chofer y los guardaespaldas.

Después de tantos años, ese parque de diversiones ya se había quedado obsoleto. Apenas estaba todavía en el negocio. Había algunas familias aquí y allá en el parque, y la mayoría eran solo personas que vivían en el vecindario y venían porque estaba cerca.

Bai Xiaorui, sin embargo, estaba de muy buen humor. Durante todo el camino, llevó a Xie He de la mano y dijo mientras caminaban: “Esa rueda de la fortuna era mi favorita cuando era joven. Siempre molestaba a papá hasta que no podía soportarlo más y me traía aquí. Jaja... por aquí, solía haber un vendedor de algodón de azúcar. Me gustaba mucho comerlo cuando era joven. Mamá siempre compraba un poco y nos esperaba aquí abajo... aquí... y allá...”.

Era un lugar tan pequeño, pero contenía tantos recuerdos.

Xie He estaba fascinado mientras escuchaba. Al final, sintió que él mismo había estado allí. Miró fijamente a Bai Xiaorui. De repente, sintió mucha envidia de él.