Little Bunny || Chaelisa G!P

Cinco

sigue el smut g!p
sigue el lenguaje vulgar

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Lisa revisó el condón para después enrollarlo en toda su extensión, volviendo a ponerse dura al escuchar un gemido provenir de su omega.

—Date prisa—Rogó, y la pelinegra soltó una pequeña risita. Le gustaba escuchar como rogaba por ella el capítulo, se sentía poderosa, aunque no lo era. Rosé aunque fuera una omega sería superior en cada aspecto, y el primer aspecto es el dinero.

Vio cómo Rosé comenzó a mover sus caderas en busca de más, y ella volvió a recordar las palabras de la mayor.
Quería que fuera ruda, sería ruda.

Sujetó los brazos de la mayor e hizo que estos sirvieran de apoyo. Elevó sus caderas, haciéndole mostrar todo. Gimió cuando la menor le sujetó las caderas por su sensibilidad de la zona, pero gimió más fuerte cuando sintió que entró en ella por completo.

Rosé enterró su cara en la sabana cuando sintió las caderas de Lisa moverse. Eran fuertes, nada delicadas. Sus manos se aferraron a las sábanas al tiempo que también mordía esta para no soltar quejidos de dolor y de llanto. Sentía pena porque estaba en la pose que más odiaba, pero le gustaba. Las manos de la pelinegra buscaron las suyas, y Rosé intentó entrelazarlas, escuchó a Lisa gruñir en bajo y aumentar la fuerza de sus estocadas, haciéndola gemir cada vez más fuerte.

Cerró sus ojos e intentó imaginar algo más que no fuera que estaba sintiendo una cosa descomunal dentro de ella, e intentó no actuar más sumisa frente a Lisa, pero fue inevitable. Dio un suspiro y se separó de la sabana, hablando entrecortado por sus gemidos.

—Detente por favor.

—¿Te lastimé? ¿Lo estoy haciendo mal?—Habló preocupada, pero no salió. Rosé negó, volviendo a unir su cabeza por la pena de sus palabras.—¿Entonces?

—No te veo, y me da miedo no verte.—Entrelazó con más fuerza su mano con la de Lisa, y esta la veía con un poco de curiosidad. Salió de ella, y volvió a poner a Rosé como en la anterior pose.

—¿No crees que es algo aburrida esta pose?

—Mientras te vea todo estará bien.— Abrazó por los hombros a Lisa y volvió a sentir toda su extensión dentro de ella de una manera deliciosa, haciéndola cerrar sus ojos y abrir su boca para gemir, callándola besando a la menor.
Los besos no estaban prohibidos en su contrato, así que ella misma impulsó a tener uno.

Por su suerte la pelinegra no se apartó del beso, moviendo sus labios contra los de Rosé al mismo tiempo que movía sus caderas en un vaivén lento, complaciendo a la omega en cada movimiento y beso, haciendo que esta se separara del beso y diera un último gemido más fuerte.

Y Lisa se quedó con la duda de dónde estaba esa omega gruñona y mandona.

Siguió moviendo sus caderas logrando llegar hasta el punto dulce de la omega, sacándole un gemido fuerte y que se aferrara más a sus hombros, obligándola a besarla otra vez. Lisa bajó su mano hasta el clitoris de Rosé y comenzó a estimularlo rápidamente, logrando que esta gimiera en sus labios y que cada vez aumentara la fuerza en sus brazos.

Cada vez que la cadera de Lisa lograba una estocada Rosé soltaba un gemido y lograba entrelazar sus piernas en la cadera de Lisa, casi impidiéndole lograr las estocadas. Se quejó en un gruñido.

—No-no puedo moverme.—No hubo respuesta. Rosé gritó un gemido y acercó a Lisa a su cara, para poder decirle en un dulce hilo de voz.

—Por favor firma la renovación de contrato.

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