Veintiseis

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-Hay comida en la cafetería.

-Sólo hay club sándwich y hamburguesas, yo quiero pollo frito.

-Pollo frito...-Relamió sus labios, y se apoyó en la puerta, viendo a su hermana atenta.-¿Quién lo va a traer?

-Una amiga.-Krystal no era de hacer muchas amigas. Ella era callada y reservada, llegando a ser tímida, así que Lisa se preguntó cuál amiga era, hasta que vio llegar a su omega, y sonrió inconsciente, pero la sonrisa se borró al saber que ella estaba ahí, en su hora de descanso.

-¿Qué hace Rosie aquí?-Habló entre dientes, llamando la atención de la mayor.

-Rosé unnie y yo somos amigas, no creas que ella viene por ti.-Vio a la mayor repartir bolsas de comida a su hermana, y se sintió ignorada al no haber recibido ni un solo beso de su omega.

Se le acercó, abrazándola por los hombros, y luego besó su mejilla. Vio un gesto enojado en el hermoso rostro de la otra.

-Estoy levemente enojada contigo.-La ceja alzada de su alfa le indicó que no sabía de lo que hablaba, y después la volteó a ver.-Krystal dijo que no me querías aquí.

-Porque no quiero ser un estorbo para ti, siento que te he estado estorbando en el trabajo y sabes que tú eres una mujer de negocios.- Estaban teniendo un momento romántico, pero el hecho de que su hermana menor estuviera a su lado con las mejillas llenas de pollo frito y que estuvieran en un hospital, por alguna razón hizo que no fuera tanto.

-Lalisa Manoban, por más de dos meses tú y yo solo tuvimos que aguantar sesiones por el teléfono y no vernos, apenas antier tuvimos una cita, ¿Crees que yo no quiero verte por el trabajo? ¡Entre tú y el trabajo, el trabajo es un estorbo!

-Rosie...-Relamió sus labios y vio a la rubia con su ceño fruncido y un leve puchero.

Cuando Rosé estaba enojada hacía pucheros de forma automática, ni ella se daba cuenta de esos pucheros que Lisa siempre quería besar. Sonrió de nuevo, viendo el hermoso rostro de su omega.

-¿Qué tienes que decir en tu defensa?

-Que estoy enamorada de ti, Roseanne.

-¡Awwww, vivan las novias!-Krystal habló con la boca llena, haciendo reír a las otras dos. La rubia mordió sus labios al mismo tiempo que llevaba a Lisa a otro lugar donde su hermana no escuchara la conversación.

-¿Cuándo me lo pedirás de verdad?-Lisa sabía que ese no era el momento indicado. No en la sala de un hospital. La mujer que tenía enfrente suyo jamás debería esperar menos de algo o alguien.

-Me gusta el factor sorpresa.

-Define tu factor sorpresa.

-Cualquier lugar que no sea en un funeral, en un hotel, un hospital y un baño.-Rosé frunció su ceño.

-Cualquier lugar sería romántico contigo...

-Pero tú no lo merecerías, puede que hasta estar en un motel de media estrella contigo sea la mejor de las experiencias, pero no lo merecerías.

-Me gusta ésta Lisa romántica.-Rosé llevó sus manos a los hombros de la más alta, haciéndola sonreír.

-Hoy me tengo que quedar para que Krystal pueda descansar, ¿Mañana podemos tener una cita romántica en mi departamento? Cocino un delicioso spaghetti.

-¿Esta es la segunda cita, Lili?

-Sí, lo es.

-He oído que en la segunda cita se puede hacer todo lo que no se pudo en la primera.-Un beso, haciendo a Lisa relamer sus labios, y volvió a besarla.-¿Y sabes qué no hicimos en nuestra primera cita?

-¿Qué?-Una risa pícara, esperando algo más, pero la sonrisa inocente de la mayor le mostró que no era lo que estaba pensando.

-No hablamos sobre lo que nos gusta o disgusta.

-Podemos hacer eso en la segunda cita.-Otro beso, y luego sintió cómo la lengua de la mayor se aventuraba en su boca, sorprendiéndola.

-Tampoco hicimos el amor.

-Pero tú y yo-

-Hacer el amor es diferente que solo tener sexo, ¿sabes?-Otro beso, y Lisa lo aceptó, sosteniendo la cintura de su omega con fuerza.-Quiero hacer el amor contigo.

-Perdón por encontrar esto divertido, pero no es común escucharlo en una sala de hospital.-Cuando sintió que su comentario incomodó a Rosé, ella se encargó de hacerle saber que no fue así cuando escuchó su carcajada en toda la sala, recibiendo varios shusheos.

-Dios, tienes tanta razón.-Una sonrisa con dientes por parte de la mayor, haciéndola lucir tierna ante la menor. Apoyó su cabeza en su pecho, y suspiró.-Jamás me había sentido así con alguien que no sea de mi familia.

-¿Cómo?

-Cómoda, protegida, así de amada.-Los latidos de su corazón retumbaban en su cabeza porque el comentario de Rosé le había alegrado. Estaba feliz. Suspiró, abrazando más fuerte a su omega.-Puedo escuchar latir tu corazón, y Lili, yo me siento igual.

Las manos de la rubia se dirigieron sutilmente a las manos de Lisa, que estaban en su cintura, y las llevó a su pecho, para que pudiera sentir latir su corazón. Latía a la misma velocidad que el de la menor.

-Y lo mejor de todo es que me gusta sentirme así.-Y un sonrojo se instaló en el rostro de la menor, y su rostro sorprendido fue algo que le avisó de que no esperaba sus palabras.

-A mi también me gusta sentirme así, Rosie.

Gritó internamente al escuchar el apodo cariñoso por parte de la menor, y sonrió, sonrió tan fuerte que sentía el ardor en sus mejillas, pero no le importó. Era feliz en ese momento y se dio cuenta de algo.

Era feliz desde que había conocido a Lisa, y tal vez pensó eso por un buen rato.

Little Bunny || Chaelisa G!PWhere stories live. Discover now