Cincuenta y Ocho

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—¿Qué harás con la prensa?—Preguntó la mujer con canas viendo directamente a su hija, que estaba viendo embobada a su pequeña. Levantó su mirada confundida.

—¿Qué prensa? ¿Qué haría con ella? ¿Se publicaron datos raros?

—No la viste estos meses, ¿Verdad?—Rosé negó, viendo preocupada a su alfa que la veía igual.—La prensa hace unos meses publicó unos rumores de citas tuyas con Lisa porque las vieron con Jisoo y Jennie, después, tu anillo, ¿qué harás?

—Ah, eso... Mamá, ¿Puedes salir? Las Manoban Park tenemos que tener una reunión.

La mujer sólo alzó sus hombros mientras se levantaba, dejaba unas flores por ahí, y se retiraba de la habitación. En cuanto se fue Rosé jaló de la camisa a la pelinegra para que se acercara a su rostro y comenzaran a susurrar.

—Ya arreglé lo del contrato, ambas partes estaban de acuerdo en casarse y tener dos hijas.

—Rosie, nosotras somos ambas partes, di que lo arreglaste.—La otra jaló más la camisa a su rostro, haciendo que su esposa la viera raro.—¿Qué más?

—Tendré que hacer público esto.

—¿Y? ¿Te avergüenza?

—Por favor Lisa, tengo a tus hijas, ¿Por qué me avergonzaría? Me preocupa porque yo quiero tener mi vida privada.

—¿Por qué la prensa te sigue tanto?1

—CEO de Park DOLL, ¿No recuerdas en qué trabaja tu esposa? Ellos están al pendiente de que se publiquen los datos y de mi, empresa importante de Corea, corazón, ¿Podrías traerme el computador que está en la maleta del bebé?

—¿Qué? ¿Vas a trabajar un día después de parir dos gemelas que pesaron más de 3 kilos?—La mujer alzó sus hombros, asintiendo.—No lo harás, no mientras yo esté aquí.

—Lisa, ¿Puedes retirarte? Dijiste que no mientras estés aquí, entonces, bye bye.—Agitó su mano, pero luego apuntó algo.—Antes de irte pásame la-

—No lo harás, no, aquí me quedaré.—Sujetó el gran sillón, y lo movió al lado de la camilla de su omega, que hizo un puchero. Sujetó su mano, y vio a la bebé.—¿Las puedes diferenciar?

—No lo sé, la enfermera me dijo que ésta es Alice.—Lisa rió, negando, y después vio a Rosé con su sonrisa.

—Me haces tan feliz, realmente feliz.—Mordió sus labios mientras la acariciaba, pero luego bostezó.—Por favor no te levantes ni trabajes, ¿Si?—Se estiró, y después de recostó en el sillón, cerrando sus ojos.—Estuve aquí toda la noche sin pegar el ojo.

—¿Por qué?

—Por si llegaba el fantasma jala pies que se aparece en los hospitales y te hacía algo a ti.—Se acercó para besar su frente, y después se volvió a sentar en su sillón.

Rosé sabía que fue una excusa infantil para decir que la estuvo cuidando toda la noche, así que hizo un puchero, se acercó, y acarició la mano de su alfa mientras la veía cerrar sus ojos.
En sus planes estaba el llamar a Samantha para que entrara y le pasara el computador, pero al ver a su alfa al borde de desmayarse por el suelo por cuidarla, sólo se tragó el nudo de su garganta. Carraspeó, su vista volvió a Alice, y comenzó a arrullarla, sonriendo.

—No puedo creer que de ese líquido ácido que genera tu madre hayas salido tú.

—No le dirás eso cuando tenga conciencia.—Escuchó la voz ronca y gruñona, y luego rió. Acercó más a Alice a ella.

—No puedo creer que seas una gotita de eso, en general, no puedo creer que esa cosa fea te haya engendrado.

Lisa sólo gruñó mientras cerraba sus ojos de nuevo y dormía.

***

Cuando Rosé ya iba a alcanzar su puntaje más alto siendo una piña saltando de nube en nube, un lloriqueo le levantó. Y después otro lloriqueo. Dos lloriqueos. Se levantó brincando de la cama mientras levantaba de manera brusca a su esposa.

—Lili, las niñas están llorando.—Una risita de la pelinegra, que apenas abrió un ojo vio a la omega asustada y preocupada. Rió, carcajeando.

—No necesitas decirlo porque ya sabes que es mi turno.—Se estiró, y caminó hasta la puerta, hasta que sintió una personita detrás de ella, temblando en su espalda.—Ve a-

—Quiero ver cómo las calmas, ¿Las cargas al mismo tiempo?—Lisa negó y sólo se apresuró a ir al cuarto de sus pequeñas para parar su llanto, y Rosé sólo se quedó parada en el marco de la puerta, viéndola.

La pelinegra sólo comenzó a jugar con ellas, que comenzaron a reír, y estaba en lo correcto. Rosé torció sus ojos cuando la vio levantar a los bebés al mismo tiempo y comenzó a arrullarlas, pero la imagen era totalmente tierna. Sonrió.

—Nunca pierdes la oportunidad para demostrar que eres toda una alfa.—Hizo un puchero mientras cruzaba sus brazos y veía el cuarto oscuro. Sólo vio cómo la mencionada sonreía.—¿Sabes qué fue lo que más me gustó de ti? Tu sonrisa, siempre lograba y logra calmarme, me alborotaba con sólo verla.

—A mi me gustó, mucho, pero realmente mucho tu actitud cuando estábamos juntas, después de ir a comprar los chuchulucos de mis chicas supe que en realidad tu actitud cuando estabas en celo es tu verdadera actitud, sólo que ponías una armadura muy dura para que nadie entrara, sólo en celo te volvías algo dócil.

—Cállate, no digas eso.—Se volteó, ocultando su sonrojo, y luego tapó su rostro.

—Me enamoró todo de ti, todos mis gustos se moldearon a ti.

—Lisa, cállate.—Cuando sintió un cuerpo detrás de ella y unos brazos en su cintura, se sonrojó más.—No me veas...

—Amor, ¿Cómo no querré ver a mi preciosa esposa?—Un beso en su cuello que la derritió por completo y volteó a verla, sus manos se dirigieron a la nuca contraria, y se acercó a besarla.

—Eres una idiota completamente enamorada de mi.—La otra asintió, sonriendo, y después se acercó para tener otro beso.

—Creo que es momento de volver a dormir antes de que nuestros angelitos de despierten otra vez.—Susurró, sujetó los muslos de su omega, la cargó y se dirigió a su cuarto, haciendo reír bajito a la otra.

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Se acerca el final, y solo quiero darles las gracias leer y apoyar esta historia 🥹💖🖤

Little Bunny || Chaelisa G!PWhere stories live. Discover now