Veintidos

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Rosé hizo una mueca extraña al ver la espalda de Lisa con varios chupetones en su cuello y rasguños, marcas que hizo con sus uñas. Se acercó sigilosamente a ella, y acarició esas marcas. La pelinegra volteó a verla, sonriendo, y su cuello estaba igual o más marcado, lleno de marcas de dientes, y varios rasguños. Elevó sus cejas en señal de arrepentimiento.

-¿Qué?-Otro beso, sujetando su cintura.

-Te marqué mucho, perdón.-Lisa logró agacharse hasta llegar a su cuello, y dejó un chupetón, haciendo gemir a Rosé.

-Ya estamos a mano.

La mayor la atrajo para volver a darle otro beso, arreglando la camisa que se acaba de poner. Rosé le sonrió, viendo su cuello.

-¿Vas al hospital?-La pelinegra asintió.-Vamos a mi casa para poder darte una camisa de cuello de tortuga, amor.

-Amor, amor, amor.-Sonrisa torpe, y otro beso. La pelinegra asintió, dando otro beso. Tal vez tenía algo con los besos.-Oh, no, ¿Estás muy ocupada? Tienes mucho trabajo...

-Puedo pedirle a mi asistente que me pase las llamadas a mi teléfono, hoy es miércoles, los miércoles no hay muchas cosas que hacer.- La menor suspiró.

-Me gustas.

Rosé abrió sus ojos, nerviosa evitó mirar a Lisa, y comenzó a caminar por toda su oficina, haciendo reír a la menor. La alcanzó, sujetando sus manos y volvió a besarla.

-Dijiste que nos conozcamos.-Rosé aceptó el beso, entre piquito y piquito habló.-Tú igual me gustas a mi, Lisa.

-Tengamos una cita.

-¿Dónde?

-En el hospital, hay una cafetería lujosa ahí, ¡¿Sabias que hay Club Sándwich?! ¡En el otro hospital apenas y había galletas!-Rosé sujetó sus mejillas, y la volvió a besar. Le encantaba besar a Lisa, tal vez por eso estaba besándola tan seguido.

-Vamos a casa a ocultarnos estas cosas y luego vamos a comer al hospital, ¿Si?-La pelinegra asintió, sonriendo, y entrelazó sus manos, saliendo de la oficina.

-¿Qué quieres comer? No he comido el Club Sándwich, pero también hay hamburguesas, hay de todo ahí, ayer fui a comprar algo para Krystal pero, no sabíamos qué comprar, ¡Hay tantas cosas! Más que en el restaurante.

Pulgares acariciando el dorso de su mano, y Rosé la miraba y escuchaba atenta, sostenía su bolso y solo se concentraba en el rostro sorprendido de la menor mientras le explicaba el menú, aunque ella ya lo hubiera visto. Todo sonaba nuevo de Lisa.

Rosé de verdad sentía ese enamoramiento con la menor, y se sentía agradecida de que ella también lo estuviera. Su estómago se alborotaba con cada toque de la castaña, cada acción suya, palabra, de todo. Sentía que estaba en la luna, haciéndola sentir algo mal por sentirse así tan rápido, pero recordaba que la castaña se sentía igual, sentían las mismas cosas, y debían darse una oportunidad.
Debían conocerse mejor, y eso iban a hacer, o estaban haciendo.

Escuchar en todo el camino las anécdotas de Lisa, su fanatismo por EXO, cuando le contó que un día había caído de 15 escaleras y solo se le cayó un diente. Le gustaba escuchar.

-¿Y qué me dices de ti?- Rosé aflojó su cuello de tortuga, pensando en algo interesante sobre ella.

-Mi mamá saltó de un paracaídas mientras estaba embarazada de mi.-La pelinegra solo rió, y se acercó, depositando un beso en su mejilla.

-Ahora cuéntame algo de ti.

La mayor se removió en su asiento, moviendo sus pulgares en el volante.

-Me gusta comer mantequilla de maní sola, puedo pasar horas sentada en mi sala solo comiendo mantequilla de maní, solo eso, ¿Sabes?-Lisa solo la miraba a los ojos, incitándola a que le cuente más.-Me gustan los gatos, solo los gatos, no otro animal, me gusta ver videos de restauraciones y limpieza para relajarme, y me gusta cocinar.-Llegaron al hospital, Lisa sólo estaba pegada a ella, sonriendo.

No esperaron encontrar a Krystal en la cafetería, pero ella las saludó. Sus ojeras desaparecieron, y se veía más juvenil. La mayor alzó sus labios en una sonrisa.

-¡Krystal!

-Hola, Rosie.-Un beso en su mejilla, y la rubia la abrazó, acariciando su espalda.-¿Lili fue a darse su sa-lu-di-to?

Labios abultados, simulando besos y manos abrazando su cuerpo, sonrojando a ambas.

-Nah, fui a recogerla para venir a comer, la extraño, es mi novia.

-En efecto, fuiste a re-cogerla, Rosé está cojeando y tú tienes varios chupetones en el cuello.-Una risa, y después volteó a ver a la pelinegra.-Lamento el lenguaje vulgar, Rosie, pero el chiste funcionaba aquí.

-Lo entiendo, pero.- Rostro que fue al pecho de la menor, ocultando su gran sonrojo, y ambas Manoban rieron, haciendo reír a la otra.-Supongo que Samantha mejoró, ¿No es así?

-Sí, mejoró, el hospital está dando esperanzas de que no volverá a decaer, estoy... feliz, relajada, como no he estado en años.-Krystal la volvió a abrazar, agradecida con la mayor.-Gracias, Rosé.

Se separó, dijo que iba con Samantha, y las otras dos aprovecharon para tener su cita.

Little Bunny || Chaelisa G!PWhere stories live. Discover now