Cuarenta y cuatro

648 69 0
                                    


—Por fin veo la basura donde pertenece.—Escupió seca la pelinegra mientras veía al hombre mirarla, suplicando piedad. Ella sólo sonrió, viendo al guardia, después, viendo a la escoria que tiene como padre.

—Li.li... ayu-

—Veamos tu historial para recordar si mereces mi ayuda, a los quince años nos abandonaste, siendo llamado Señor Cigarros, a los 18 volviste sólo para llevarme a un prostíbulo para 'quitarme la virginidad' , te volviste a ir, volviste a mis 26 años para pedirme alojamiento y dinero, para robarme todo, absolutamente todo, ¿Crees que sigo queriendo ayudarte.

—Lalisa Manoban, escucha a tu padre.—Su barbilla tembló, haciendo a Lisa sonreír. Puede que en el fondo, muy en el fondo, quería ayudarlo sólo para tener su aprobación como padre, la aprobación de una figura masculina que nunca tuvo, pero ella misma negó. No lo volvería a ayudar.

—Dejaste de serlo hace 11 años.

—Por-por favor... Lisa, necesito que-

La pelinegra negó repetidas veces.—Dije que no, sólo quiero ver cómo te pudres.—Sonrió, y apartó las manos de la mesa en cuanto su padre intentó sujetarla.—Marco, jamás fuiste un hombre en tu vida.

—Escúchame.

—Ninguna palabra que salga de tu boca me importa.

—¿Ni saber que tienes una hermana?

—¡Felicidades! Recordaste a Krystal, tu premio son amargos años infernales en la cárcel.—El hombre la detuvo, negando.

—Media hermana, otra.—Y la mujer llevó sus manos a su rostro, suspirando.—Vive en esta ciudad, creo, Mi... Mi...

—¿Quieres que tome bien que tengo una media hermana cual no supe nada por 26 años? Eres increíble, Marco, ni te sabes su nombre.—Llevó su mano a su boca, movió su pie repetidas veces, y suspiró. Marco tenía razón, todo lo malo de la vida le pasaba a ella. Comenzó a morder sus labios mientras veía al hombre confundido pensar.

—Minnie Manoban, tiene 17 años.—Relamió sus labios, confundida.

—¿Tan pequeña? ¿Sigue funcionando todo ahí abajo?—El hombre la vio serio, y la pelinegra rió ante su broma.—¿Cómo pasó?

—¿Cómo se hacen los bebés, Lisa?

—Voy a tener uno, idiota.—Lo señaló, pero luego lo vio.—¿Vive con su madre?

—Vive con su abuela materna, por la calle ****, creo, hace años que no la veo.—Vio al suelo, moviendo su pie repetidas veces.

—De seguro hace quince.

—Hace dos.—Admitió, y Lisa sintió cómo su garganta comenzó a arder. Veía a la otra chica con regularidad y a ellas, a ellas no. Tragó saliva de manera fuerte, sintió su corazón latir en su boca, e hizo una mueca. Sólo lo volvió a mirar.

—¿Qué quieres que haga con esa información?

—Ser su hermana mayor.

—¿Tú crees que yo quiero... no la conozco, jamás lo hice, mi única conexión con ella es que ambas salimos de tu pene, ¿Qué quieres que haga?

—No lo sé, Lisa, creí que querías saber esto ahora que nuestras vidas apestan.

—Sólo la tuya apesta, yo estoy en la mejor fase de mi vida.—Sentenció, viéndolo directo.—Me voy, gracias por la información, no la necesito.

—Dale una familia a ella, es lo único que pi-pido.—Elevó sus manos esposadas en señal de suplica, y la castaña sólo se quedó parada. Tragó saliva, cerró sus ojos, y apretó sus puños.—Si tú la co-conoces podrás ser su única familia, ella es igual que tú, su madre murió, nadie más que su abuela la reclamó, yo huí, tienen más en común que lo que piensas.

—No me vengas con que ahora eres un padre comprensivo con ella.—Rió seca, lo vio de pies a cabeza, e hizo un gesto de asco.—Ten una buena vida, Marco.

***

—Hey...—Lisa se preguntó que hacía dentro de la tina pero en cuanto se dio cuenta de que su mente estaba vagando en lo que le dijo su padre, supo. Se había perdido todo el día pensando en eso, tanto, que no recordaba nada de lo que había hecho. Su burbuja sólo explotó, y volteó a ver a su omega apoyada en la puerta de una manera tímida.—Llamé a Sorn porque vi que te estabas ahogando, intenté sacarte pero no pude, y me dijo que era algo normal que hacías cuando entrabas en trance, dice que eres rara.

—Gracias por no llamar a la ambulancia.

—Estuve a dos segundos de eso pero todavía vi que abriste los ojos y me negaste.—Rió, divertida, y se acercó para acariciar su mejilla.—¿Crees que hay espacio para otras dos personitas?

—Ven aquí.—Como pudo sólo se quitó la bata que cubría su cuerpo desnudo, y antes de que reaccionara, Lisa ya estaba tirándola a la bañera con cuidado, sosteniendo su cintura y besándola. Rosé rió, de nuevo, al sentir los cálidos labios de su alfa en su hombro.

—¿Todo bien? Estás muy rara desde que volviste de con tu padre.

—Es sólo que, él me dijo varias cosas.—Rosé como pudo volteó a verla, acunó su mejilla, y la acarició, diciendo con ese gesto tierno que si quería, podía contarle.—Dijo que tenía una media hermana, yo, tengo una media hermana, se llama Minnie

—¿Media hermana? ¿Y el qué quiere que hagas?—Hizo un mohín que decía 'lo mismo pensé yo', ese tierno mohín fue besado por la otra, y la vio.—¿Te gustaría conocerla?

—Tiene 17 años, tomando en cuenta que me abandonó hace 11 años, quiere decir que tenía otra familia mientras estaba casado con mi mamá.—Suspiró, llevó su cabeza atrás, y se quejó repetidas veces mientras Rosé sólo la veía apenada.—Mi vida apesta.

—Es joven... ¿Sabes dónde vive?

—Me dijo la dirección y el número de casa, hasta el color, también me dijo que su madre murió, no tiene familia, es una mini me*.

—Tú puedes ser su familia.—Jugó con sus dedos mientras veía al frente y se recostaba en el pecho de alfa, hizo un puchero que no fue visto.—Digo, tal vez el 'tal palo tal astilla' esté presente en tu mente pero recordando que tú no eres como tu padre... tal vez ella es igual, es tan pequeña y tal vez deseosa de una familia, ¿No crees que... un día de estos conozcas a tu mini me?

Lisa rió al escuchar la graciosa palabra salir de los labios de su novia, y después besó su cabeza, riendo todavía.

—Me gustaría conocer a mi mini me, ¿Sabes? Tengo curiosidad de saber cómo es, qué estudia, ¿Crees que ella sepa de mi existencia?

—No lo creo, ¿Tu papá dijo que le contó?

—No, sólo me dijo que no la veía hace dos años... su edad favorita para abandonar gente es 15 años, tiene algo con el número 15.—Rosé rió, sujetando su mano y besándola, y después elevó su cabeza para voltear a verla.

—¿No te gustaría buscarla?

Little Bunny || Chaelisa G!PWhere stories live. Discover now