Epílogo

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Lisa usó su lengua para ejercer presión en el clítoris de su omega, que gimió ante el tacto y llevó sus manos a la cabellera de la otra, que comenzó a llevar sus labios para chupar el hinchado botón de la otra por no haber tenido tacto desde hace meses.

Puede que de vez en cuando aprovechaban sus tiempos solas para poder consolarse y darse placer mutuamente, pero por esos meses realmente no habían tenido ni tiempo ni fuerzas para, por lo menos, concederle un orgasmo a la omega.
Sabían que tener hijas no les iba a dejar energías al final del día, pero no esperaban tan así.

Rosé sólo agradeció a todas las entidades divinas que debería dejar de tomar supresores, y puede que tener a 'mami' sólo para ella con la excusa de 'estar realmente cansadas', y sus pensamientos fueron cortados por recordar que tenía a su esposa en sus piernas haciendo un maravilloso trabajo.
Gimió más fuerte cuando sintió dos dedos dentro de ella, acariciando sus paredes.

Normalmente Lisa era muy tierna y atenta, pero esa vez estaba siendo realmente agresiva. Metía sus dedos fuerte, empujaba dentro de ella, y succionaba su clítoris de forma brusca, haciéndola gemir cada vez más alto. La pelinegra realmente sabía lo que estaba haciendo, y era obvio. Seis años juntas, obviamente conocía cada rincón de su cuerpo y sabía qué hacer exactamente a la hora de tener intimidad.

Y sabía cómo lograrla prender con nuevas cosas porque ellas no se iban siempre con lo mismo porque sería aburrido y rutinario. Rosé sonrió cuando sintió ahora a su alfa mordisquear sus pezones mientras seguía metiendo sus dedos dentro de ella de esa forma agresiva que le estaba encantando.

Rosé sólo tragó saliva cuando la vio separarse de su cuerpo, sacar sus dedos de ella y llevar sus dedos a su boca, probándola de una forma erótica. Eso totalmente la prendió. Jaló su cuello para acercarla a su rostro.

—Ven aquí y fóllame como no lo había hecho hace tiempo.—El hoyuelo en la sonrisa de Lisa le indicó que ese fue el comentario perfecto para prenderla aún más. La pelinegra sólo bajó su pantalón, sólo dejando su ropa interior, dejando un notorio bulto. Sonrió.

—¿Quieres chuparlo o quieres que vaya directa?—Se dirigió a la marca que estaba en el hueco del hombro y cuello de Rosé, lamiéndola y mordisqueando el área. Después, se alejó, y comenzó a llenar de chupetones su cuello, bajando por sus clavículas, lamiendo su extensión, y después bajó.

Lisa casi ni le dio tiempo de hablar porque ya estaba casi todo su cuerpo lleno de pequeñas mordidas y hematomas, y después la pelinegra subió su mirada, esperando una respuesta.

—Siéntate, quiero montarte.—La alfa sólo cumplió las órdenes de la omega, apoyándose en sus manos, y la vio, alzando una ceja mientras la veía acercarse a su miembro para liberarlo. La imagen de Rosé al lado de su miembro le hizo endurecer, y después vio cómo había comenzado a chuparlo de manera rápida, como si realmente lo hubiera extrañado.

Lisa sólo llevó su mano a la cabeza de la otra, pero no la empujó. Sólo echó su cabeza atrás, suspiró, y después la vio acercarse a ella.

—Le haré justicia a mi apodo 'Ardillita'.—Besó sus labios, se acercó al cuerpo de la otra, y sólo elevó sus caderas. Con su mano guió el miembro de la otra en su entrada, la vio, sonriendo, y el sonido de una palmada resonó en toda la habitación.

Ambas gimieron.

—Extrañé tanto esto.—Sonrió viéndola, quitó un mechón de pelo que cayó en su rostro, y después cerró sus ojos, volviendo a sentir la sensación de sentirse llena.—Te amo, te amo tanto.

Lisa sólo sonrió, la besó, y después sostuvo la cadera de Rosé mientras sentía cómo ésta se movía, gemía, y comenzaba a dar pequeños saltitos mientras sostenía su nuca. La pelinegra había comenzado a mover sus caderas de forma circular, haciendo a la alfa gemir, y las sostuvo.

Sostuvo sus muslos, se recostó un poco, y ella misma comenzó a dar las estocadas, elevando sus caderas y comenzando a dar golpes en las paredes que Rosé que sólo podía apoyarse en los hombros de la alfa, gemir continuamente y pedir cada vez por más.

La pelinegra sonrió, sintiendo la humedad de Rosé, el olor a cerezas inundar la habitación y su olor a chocolate abrazar el de Rosé, que gemía de manera desenfrenada y rogaba por más, viéndola directamente. Lisa comenzó a sentir el sudor caer en sus cuerpos y generar una leve capa de brillo, y sonrió.

Cómo pudo levantó a su esposa y la tuvo debajo de ella, hizo que entrelazara sus piernas en su cintura, y después se dirigió al cuello de la otra, justo en la mordida, y cuando sintió que la otra estaba a segundos de tener su orgasmo, ella la mordió de nuevo, haciéndola gemir y gritar al mismo tiempo.

Lisa con sólo escuchar los gemidos de su omega ya estaba estimulada, así que después de varias estocadas, la llenó de su esencia, gimiendo, y volviendo a morder el cuello de la otra, que la abrazó más fuerte contra su cuerpo.
La menor la abrazó, besó la reciente herida, y después se acercó a besar la mejilla de la otra repetidas veces, llevándose un salado sabor por algunas recientes lágrimas del dolor de la mordida.

—¿Todo bien?—Preguntó saliendo de la otra, mirando el hilo de su líquido blanco salir de la entrada de su omega, y después se acostó a su lado, viéndola asentir.

—Lili, gracias por llegar a mi vida.

—En tu celo te pones demasiado sentimental.—Dijo riendo, volviendo a apartar varios mechones del cabello de Rosé que caían en su frente.

—Ah, eso fue maravilloso.—Llevó sus brazos a su frente, respirando con dificultad, y después la volteó a ver.—Vuelve a metérmelo.

—A tus órdenes.—Y sin la necesidad de otras palabras, Lisa ya estaba entre las piernas de su esposa, riendo por la reciente palabra utilizada, y la escuchó gemir cuando entró por completo.

Una mano en su nuca, llevándose cabellos entre dedos, y después Rosé sonrió.

—Eres mi vida, Lili, me haces la persona más feliz del mundo con sólo respirar.—Y Lisa sonrió, porque sabía que Rosé era siempre de pocas palabras y algunas veces odiaba ser cursi, así que sólo rió, la besó, y sintió que comenzó a lagrimear.—¿Estás llorando?

—Es-es sólo que no acostumbras decir estas cosas lindas.—Sonó su nariz, riendo, y limpió sus lágrimas mientras la pelinegra sólo la veía, confundida.

—Literalmente llevamos 5 años casadas y sigues llorando porque te digo algo romántico.—Y Lisa sólo ocultó su rostro con sus manos mientras la omega se apoyaba en sus codos y subía a su rostro.—¿Dónde fue la Lisa en celo que literalmente no paraba de mover sus caderas aunque no estuviera dentro de mi?

Lisa sólo volvió a sonar su nariz, dispuesta a jugar.

—¿Y dónde está la Rosé en celo que gemía como pequeña perra en celo?—Y sólo entrecerró sus ojos, pellizcó su mejilla, y la vio.

—Oh, amor, va a volver a aparecer.—Y la alfa rió, negó, y se acercó a besarla.

—Te amo mucho, Rosie.

Y la omega aceptó el beso, sonriendo.

—Yo igual, sólo que empieza a mover esas caderas porque empieza a doler el celo.—Rieron, se vieron por un buen rato, hasta que la pelinegra volvió a hablar.—De verdad Lili, duele, haz las maravillas qué haces, ahora.

—No necesitas decirlo dos veces.—Y se besaron, Rosé recibiendo una estocada que la hizo gemir alto y aferrarse a los hombros desnudos de su alfa mientras gemía.

Mientras, Lisa soltaba palabras de amor en su oído mientras finalizaba sus estocadas.

Y eran promesas de amor que durarían para siempre.

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Llegamos al final... muchas gracias por leer y apoyar esta historia, espero que la disfrutaran 💖🖤

También quiero pedirles que voten en mis historias, se los agradecería mucho ❤️

Little Bunny || Chaelisa G!PWaar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu