16

1.8K 132 26
                                    

Querido ' Emond.

Te escribo esta carta por que soy demasiado cobarde para decirte lo que siento en persona.

Hace diez años me sentía muy triste viviendo en Pentos, pero cuando mi padre decidió que estaría bien en la Fortaleza Roja, fui la niña más feliz, sin saber que mi verdadera felicidad estaba dentro de ella. Ese pequeño niño de pelo plateado que no me quitaba la mirada de encima y fingió que tenía tierra en la cara para acariciar mi mejilla. Me sentí tan feliz en ese momento y supe que sería muy feliz a tu lado y así fue hasta que las circunstancias nos obligaron a separarnos. Aún así nunca te olvide y jamás deje de amarte, por que realmente lo hago, Aemond Targaryen.

Te amo porque contigo puedo ser yo misma, puedo contarte mis miedos e inseguridades sin que me juzgues. Te amo porque contigo descubrí que el amor si existe y que puede destruir y sanar al mismo tiempo. Te amo por que a pesar de que te lastime y tu a mi, seguías luchando por que estuviéramos juntos. Te amo por todo eso y más.

Me gustaría estar contigo de alguna u otra forma. Eres mi vida, el aire que respiro y mucho más.

Esa niña terca y obstinada te ama con cada parte de su ser y esta mujer que ahora mismo escribe esta carta. También te ama y te amara hasta su último respiro.

D.T

Aemond leía la carta una y otra vez sintiendo que el ritmo de su corazón se aceleraba. El también la amaba, pero tampoco podía decírselo en persona. Le costaba mucho admitir que tenía una debilidad por ella y que estaba enamorado.

■♤■

La noche era algo hostil para muchos de los habitantes de la Fortaleza Roja. Aegon se había ido a su habitación y dejo a Daella sumergida en el alcohol.

Aemond tomo su capa y corrió el mueble verde que estaba en una de las paredes. Se adentro a los pasadizos y una sonrisa surgió cuando recordó la vez que casi dejó a Daella sin mano. Aunque su mano se había recuperado, la rubia tenía problemas para mover su dedo anular y casi siempre lo tenía entumecido. Empujó la pared y se adentro a la habitación que estaba sumergida en la luz de las velas. Rápidamente se acerco a Daella al verla tirada en el suelo, pensó que le habia pasado algo.

-¿ Estas bien ? - la tomó entre sus brazos - ¿ Qué ha sucedido ?

-'Emond- murmuro con una sonrisa triste -Seguro debes pensar que soy una patética por la carta que escribí.

Aemond le quito los zapatos y la dejo en las almohadas.

-Debes dormir, haz bebido demasiado.

-Es lo que hago para que no sea tan horrible - dejo un beso en su mejilla -Me gustaría montarte, pero me vas a decir que no porque estoy borracha.

Aemond asintió.

-Quédate conmigo, al menos por esta noche déjame sentir que por fin estas aquí y que jamas vas a irte. Aunque sea mentira.

SANGRE DEL DRAGON ( Aemond Targaryen )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora