SANGRE DEL DRAGON ( Aemond Targaryen )

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Lucerys miraba el fuego con atención deseando que este lo envolviera con sus llamas y lo hiciera escapar de la realidad que de un momento a otro lo golpeaba. El no quería ser el señor de las Mareas, una vez se lo había dicho a su abuelo, por que aquello significaba que todos estarían muertos y no soportaba perder a alguien de su familia.

—Luke —Rhaena apoyo una mano en su hombro —Es tu derecho, después será el de Laena.

—¿ Por qué no lo asumes tu, Rhae? Yo....

—Es tuyo, no mio. Piensa en el abuelo.

—Lo hago, pienso en ti, en Laena, en mi madre. Pienso en todos a cada segundo, no quiero perder a nadie más —se volteo y tomo el rostro de Rhaena entre sus manos —Si pierdo a alguien más, estaré perdido.

—No, Luke —se acerco a él y lo abrazo —La reina, tu madre y la abuela saben que estas hecho para esto. Además ella quiere hablar contigo.

Lucerys tomo su mano y se dejó guiar por ella hasta la habitación de su madre. Luke veía aquella imponente maqueta que un día había visto a su abuelo armar y que no había podido terminar.

—¿ Puedo terminarla? —miro a su madre que estaba en el umbral de la puerta y esta asintió.

—Puedes llevártela a Marcaderiva si quieres.

—Puedes darle el trono a Baela —se encogió de hombros —Yo no lo quiero.

—Luke, es tuyo. No de Rhaena ni de Baela, es tuyo.

—Madre es que no soy perfecto..... como tú.

Rhaenyra se echo a reír y tomo su rostro entre sus manos para dejar besos en todo su rostro.

—¿ Tú crees que yo era perfecta? —sonrío —No mi dulce chico, no era perfecta y poco a poco fui aprendiendo y si estoy aterrada. Planeo ser una buena reina, pero realmente no se si lo seré, pero te conozco y se que tu puedes hacer esto. ¿ Si? Además Daella me propuso ir contigo y pasar un tiempo allá. Para que te instales y te acostumbres a tu nuevo hogar, la compañía de tu hermana te hará bien.

—Es Daella mamá, le hace bien a todo el mundo —Rhaenyra asintió.

Daella acomodo las cosas de los trillizos por última vez. Afortunadamente Aemond había ido aceptado ir a Marcaderiva con la condición de que después volverían a Desembarco para partir a Rocadragon junto a Helaena y Jacearys. Rhaenyra acepto aquello, aquel lugar se había vuelto el hogar de esas siete personas que conformaban una hermosa familia. Deseo con todas sus fuerzas poder cambiar las cosas e irse a Rocadragon, pero debía cumplir con su deber de reina.

La boda de Harwin y Rhaenyra se haría en Desembarco con solo familia, algo muy sencillo. Seria una ceremonia Valirya en los jardines de la Fortaleza Roja.

—Te ves hermosa, madre —Daella sonrío cuando termino de colocar aquel adorno en su cabeza con cuidado —Es que en serio se morirán de amor cuanto te vean caminar hacia ellos.

—No exageres —sonrío y Daella tomo su mano para guiarla al espejo —Ay si estoy hermosa.

—Te lo dije—la puerta fue tocada y Daella abrió sonriéndole a Jacearys —Mira a tu madre Jace, se ve hermosa.

—Siempre ha sido hermosa —sonrío y le tendió el brazo para que lo tomara.

Helaena apareció detrás de ellos con un ramillo de flores y se lo dio a su hermana mayor. Se veía tan hermosa con aquella panza de cuatro lunas y medias.

—¿Se ha vuelto costumbre ocultar embarazos? —Rhaenyra miro a Helaena y esta se encogió de hombros.

—Yo no oculte el mío —Rhaena frunció el ceño.