SANGRE DEL DRAGON ( Aemond Targaryen )

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Los gemidos y jadeos eran imposibles de controlar. Le encantaba cuando Aemond se enojaba y la tomaba de aquella manera. Aunque le dolía el agarre en su cuello y cabello la excitacion podía más que la parte racional de su cabeza.

—¡Dioses!—murmuro el hombre apoyando la frente en la curva de su espalda—Prométeme que no me matarás si te embarazo otra vez porque ahora mismo se me antoja muchísimo.

—Puedo perdonarte—susurro acomodándose en el escritorio—Siempre y cuando me lleves al límite. Ahora muevete.

—Que sexy es la princesa de Roca dragón—murmuro el príncipe dejando besos en la mejilla de su esposa—Hel, debemos irnos más tardar al anochecer.

—Buen día, esposo—susurro abrazándolo—No te molestes conmigo, pero quisiera esperar por mi hermano y Daella. Están pasando un momento difícil y se que aman a ese lugar más que a nada.

—Ahí crecimos—susurro—Siempre estaba enojada porque Daemon no la dejaba escaparse a Antigua para ver a Aemond, pero solía cantar y bailar con mamá frente a la mesa pintada y jugaba con Joffrey y Aegon.

—Quiero eso para nuestra familia—susurro acariciando su cabello—Ojalá el trono pudiera estar ahí.

—Desembarco no será tan malo cuando mi hermana lo destroze y mi madre lo arregle—beso su frente—Será lo que quieres para nuestros hijos.

—He tomado una decisión—Rhaenyra susurro en medio de aquellos dos hombres—Conquistaremos Dorne y Francell y Elarys serán ejecutados públicamente por ofender a un miembro de la familia real. Sin mencionar que intentaron a Aly.

—Nuestro ejército no está en optimas condiciones—Harwin la miro.

—Después de la locura que hizo Daella, Lannister nos apoyara sin pensarlo. Nuestro hijos comandan el ejército Velaryon y tenemos a nuestros propios guerreros como el comandante de la guardia real, por ejemplo.

—Tendrás que enviar a Daella porque no dejará que lo mandes a la guerra sin ella.

—No enviare a mi hija a la guerra—miro a Daemon—Yo iré con Syrax.

—Nyra, ni pensarlo—Harwin miro a Daemon—Jace, no está preparado para algo como eso...

—Ha estado preparándose desde el segundo en el que lo sostuve por primera vez entre mis brazos. Confío en mi hijo más que nada y se que esta preparado.

—Nosotros también confiamos en nuestro hijo.

—No parece—se levantó—Iré a prepararme para despedirme de Alicent y llevare flores a la lápida de Laena.

—Voy a seguir diciendo que no es necesario que te vayas—tomó su mano—Aquí esta toda tu familia y si Daemon te molesta...

—Sabes que yo también amo molestarlo y más cuando se trata de nuestros nietos, pero ya no hay nada que me impida regresar a mi hogar. Mi esposo ha fallecido, mis hijos se van y yo volveré a Antigua junto a mi hermano y mis sobrinos.

—Enviaré a Egg contigo en cuanto Baela se recupere del parto—sonrío —La compañía de las gemelas y Gaemon te hará bien.

—Gracias Nyra.

—Nos vemos pronto.

Rhaenyra se dedico a ver como partía una de sus amigas y rápidamente camino al jardín. Llevaba aquel ramo de flores que acostumbraba a llevar siempre que iba a ver aquella lápida que había mandado a construir en honor a su gran amiga y compañera de aventuras. Se sento en el suelo y sonrío.