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—Di lo querías, haz lo que quieras, pero nada va a cambiar el hecho de que soy la madre de tu hija y tu esposa —se acerco a él —Que no se te olvide.

Aemond camino lejos de ella y salió del castillo quien sabe a donde. Las horas pasaban y Alyssa no reaccionaba. El maestre salio de la habitación y Daella se levantó del suelo.

—¿ Qué sucede esta todo bien?

—No es común que una niña sana como la princesa se desmaye de esa manera. Esto se debe a que no ha comido bien en las últimas semanas. Parece que se alimentaba con agua, nada más.

Daella bajo la cabeza un tanto incomoda y Aemond la miro.

—No lo puedo creer —poso los dedos en su barbilla para que lo mirara —Todo esto es tu...

Daella le giro el rostro de la cachetada que le dio.

—Puedo permitir todo menos que me culpes de esto.

Le paso por un lado y se adentro a la habitación de Alyssa. La pequeña estaba dormida y esta se acerco para dejar un beso en su mejilla.

Se sentía culpable por que la pequeña había dejado de comer por ella y su tristeza también la arrastro a ella.

—La princesa debe tener una alimentación especial — el maestre la miro —Usted también, sus dolores deben ser tratados rápidamente.

—Cuando mi hija esté mejor, prometo que lo llamare.

El maestre hizo una reverencia y salió de aquel lugar. Aemond entro y se sento en la silla frente a la cama sin decir ni una palabra. Daella habia mandado a preparar todo lo que debía comer Alyssa y un rato más tarde las Doncellas llegaron con aquella comida.

— A aly no le gusta el brócoli — Mencionó Aemond viendo la crema.

—Lo dices como si no la conociera —Daella lo miro —Ya lo sé, pero eso fue lo que dijo el maestre.

Cuando Alyssa despertó, Daella la tomó y la llevó hasta la mesa.

—Vamos a comer —dejo un beso en su mejilla —Y no dirás que no.

—No tengo hambre — se froto los ojos.

Daella miro la comida y tomo una cucharada de aquella crema y después tomó un pedazo de fruta. Aunque no quisiera, lo hacía por la bebé.

—Mira, esta delicioso. No hay excusa para que no comas.

—Solo algunas cosas.

—Solo algunas cosas —repitió su madre.

Aly había comido un poco de todo y tenía un mejor color, pero debía seguir con su recuperación.

Aemond había salido con Vhagar y Daella se había quedado con ella. Afortunadamente Alyssa no menciono nada sobre el tema y Daella agradecía aquello. Cuando Alyssa se quedó dormida volvió a su habitación y Aemond le paso por un lado sin decir nada.

No quería hablar, si lo hacían se lastimarian más. El principe estaba tenso por lo del bebé y lo de Cregan lo molestaba aún más. Quería hablar con ella y ayudarla a salir de aquella profunda tristeza, pero no quería que reaccionará mal.

Daella volvió a su cama y se sento mientras sostenía su vientre, le dolía muchísimo, pero no quería molestar más. Respiro profundo para evitar aquel dolor que la estaba consumiendo y llamó a sus Doncellas para tomar un baño de agua caliente, tal vez eso lograría calmar su dolor.

Se relajo unos segundos y cerró sus ojos soltando su cabello para mojarlo. Sintió algo entre sus piernas y frunció el ceño cuando vio sangre. Se levantó cuando vio que el agua comenzaba a teñirse de rojo y llamó a su Doncella para que llamara a él maestre. Evito gritar por el dolor para no molestar a Aemond, pero se estaba consumiendo poco a poco.

SANGRE DEL DRAGON ( Aemond Targaryen )Where stories live. Discover now