SANGRE DEL DRAGON ( Aemond Targaryen )

23

Daella sonrío al ver a Aemond profundamente dormido y dejo varios besos por su rostro, este se removió y la jalo para que se recostara nuevamente en su pecho.

Era de noche y una tormenta azotaba Rocadragon, Rhea se había instalado ahí por órdenes del rey y cumpliría si eso la mantenía tranquila, ya había sufrido mucho en el embarazo y estaba mejor ahí que en su hogar. Daemon entro a la habitación y esta rodo los ojos.

—¿ Qué haces aquí? Creí que no querías saber nada de mi y de mi hijo.

—Dime la verdad, Rhea ¿ Ese es mi hijo ? —la mujer le planto una cachetada en todo el rostro —Digo, nos acostamos una sola vez y fue por una mala decisión.

La mujer salió de la habitación para ir a la fosa.

—¿ A donde vas ? — pregunto el peliblanco persiguiendola.

— A buscar un huevo de dragón para que veas que si es tu hijo, porque muy a tu pesar Daemon Targaryen, mi hijo lleva la sangre del dragón y tendrá uno como todos los malditos Targaryen.

—Cuida tus palabras.

—Lo digo por ti, no por los demás — aclaró y se detuvo en seco cuando vio al dragón rojo frente a ella.

— No te acerques, te odia al igual que yo ¿ Qué te parece si te convierto en su cena ? Nadie sabrá la verdad y tu y ese niño  desaparecerán por cuestiones de la vida.

—¡ Maldita sea la hora en que me case contigo ! —se adentro al castillo —No te amo y créeme que tampoco quiero estar aquí, pero no voy a permitir que te metas con mi hijo.

Daemon suspiro  ignorandola.

Rhea lo ignoraba todo el tiempo, pero era imposible no pelear con él, gritos discusiones y peleas era todo lo que atormentaba a Rhea y más cuando Daemon la provocaba.

—¿ Qué es eso ? — el platinado entro a la habitación y se dio cuenta de que estaba escribiendo una carta.

—¿ Te importa? Pensé que no querías saber nada de y de mi hija y aquí estas jodiendo.

—No me importa, pero ahora mismo ni el sexo me divierte y no tengo nada mejor que hacer que molestarte.

—Es una carta para tu hermano, el rey — murmuro y Daemon la miro a los ojos —Le expresó mi deseo de que venga mi sobrino.

—Déjame verla, yo soy su heredero.

—Su heredera es Rhaenyra, no un Canalla como tú.

—Al casarme con Rhaenyra seré el rey consorte.

—Tu hermano no confía en ti, mucho menos confiara el bienestar de su hija. Además ¿ Te conformas con tan poco? No es el Daemon Targaryen que yo conozco.