Capítulo 11: Era él

260 25 5
                                    

Maratón 2/4

Iris

Valeria y yo dimos un respingo en cuanto escuchamos una voz detrás de nosotras.

—¿Cómo? —me di la vuelta.

—Que me llamo Jota.

—Y, ¿qué nombre es ese? —se rio Valeria.

—Pues un nombre —espetó Jota mientras jugueteaba con el papel de la cerveza.

—Pero no es completo, ¿verdad? —comenté extrañada.

—¿Acaso conoces a alguien que se llame Jota, Iris? —pronunció mi nombre en un tono de voz que me irritó más de lo que debería.

—Eh... bueno, no... —musité.

—Pues eso, que es un apodo —apoyó sus codos en la barra.

—Oye, ¿siempre eres así de borde? —preguntó Valeria molesta.

—Solo con las que hacen que tire mi bandeja al suelo —me miró.

Aparté mis ojos de su cara poniendo una mueca de asco por lo insoportable que estaba siendo. Aunque bueno, un poco de culpa sí que tuve. Como no sabía dónde estaba la universidad, me puse el GPS nada más salir de mi casa e iba tan centrada en eso que ni siquiera me di cuenta de que Jota cargaba una bandeja llena de bebidas.

—Bueno, fue sin querer. Además, eso ya pasó hace días. Supéralo —solté mientras me giraba a la barra para pedir algo.

—Y luego el borde soy yo... —puso los ojos en blanco.

—Has empezado tú —hice una pausa para mirar a Valeria—. ¿Qué quieres, Val? Te invito por tu cumple.

—No, Iris, no hace falta —sonrió—. Gracias —acarició mi espalda.

—¿A mí no me invitas? —preguntó Jota apoyado en la barra.

—¿Es tu cumpleaños? —inquirí.

—Vaya —soltó una risa suave—, tienes respuesta para todo, Iris —ancló sus ojos en mí.

En realidad, casi siempre me costaba buscar las palabras adecuadas pero no sé por qué con Jota no. Me salían solas y apenas podía controlarlas.

—Entonces, ¿un chupito? —miré con malicia a mi amiga.

—Iris, no hace falt...

—Pero quiero —la interrumpí.

De repente, el camarero dejó dos chupitos de tequila encima de la barra haciendo que tanto Valeria como yo nos mirásemos extrañadas.

—Invito yo —Jota levantó el botellín.

—No hacía falta, ya iba a invitarla yo —bufé.

—Bueno, es su cumpleaños, ¿no?

—Gracias, Jota —dijo Val mientras asentía.

—De nada, cumpleañera —brindó con ella.

Miré a mi amiga mientras levantaba mi vasito, brindamos por nosotras y nos llevábamos el chupito a la boca. Tragué el líquido y puse cara de asco en cuanto noté la quemazón en mi garganta. El alcohol cayó en mi estómago haciendo ascender un calor intenso por mi esófago.

—Buag, está asqueroso —manifesté mientras Valeria daba arcadas.

—¿Demasiado fuerte para ti? —Jota soltó una risita.

—Ya lo había probado antes —solté borde.

Él se llevó el botellín a los labios y le pegó un trago sonriendo.

A través del arco IrisWhere stories live. Discover now