Capítulo 56: El cumple de Iris

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Hi, hi! Tengo otra canción por aquí. Aparece en mitad del capítulo más o menos. 

Os la dejo para que la escuchéis, cantéis o bailéis con Jaime e Iris. 

Style - Taylor Swift

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Jota

Hoy llegaba Iris y quería darle una sorpresa: recogerla en la estación. Tenía tantas ganas de verla que había venido veinte minutos antes de que llegará su autobús.

Anduve con las manos metidas en los bolsillos mientras dejaba a mis espaldas, abrazos de bienvenida, promesas de reencuentro y lágrimas de despedida.

Un sinfín de autobuses llegaban y otros se marchaban.

A veces me preguntaba cosas como: ¿A dónde irán? ¿De dónde vendrán? ¿Volverán a verse? ¿Se reencontrarán? ¿Es un adiós para siempre? Y entonces era consciente de la suerte que tenía. Iba a verla de nuevo para llevármela conmigo a donde ella quisiese. Porque cuando estaba con Iris el resto del mundo desaparecía y solo podía mirarla a ella. No había nadie más. Solo nosotros.

El sol ya se había escondido y hacía demasiado frío. Me encaminé hacia los paneles para saber el andén en el que pararía el autobús. El once. Recorrí el lugar de punta a punta hasta apoyarme en unas columnas muy altas.

Me escondí lo suficiente como para que ella no me viese.

Y entonces el transporte se paró y después de que varias personas bajasen por él, la vi. Imposible no hacerlo, brillaba con luz propia. Llevaba un jersey lila, unos pantalones vaqueros con una vuelta en el bajo, que me dejaban ver unos calcetines altos de diferentes colores, sus Vans azules con los cordones arrastrando y el pelo suelto.

Tenía la mochila de pines sobre un hombro y me fijé en que llevaba los cascos puestos, seguramente escuchando a Taylor Swift. Se inclinó hacia el maletero y atrapó su maleta para después echar a andar.

Salí de la columna y caminé tras de ella sin que se diese cuenta. Me acerqué un poco más a Iris y cuando estuve a su altura le di dos toquecitos en el hombro. Ella bajó sus cascos hasta que descansaron en su cuello y giró sobre sí misma con el ceño fruncido.

—Perdone, ¿ha pedido un coche para llevarla a casa? —levanté las llaves con media sonrisa.

Entreabrió la boca perpleja y cuando fue consciente de que estaba allí, se lanzó a mis brazos y me abrazó con fuerza. Se sujetó de mis hombros mientras yo la levantaba y comenzó a darme besitos en la mejilla. Y qué suerte que era yo el que los recibía.

—Feliz cumpleaños, Iris —susurré en su oído.

Apretó sus brazos a mi alrededor aún más y se separó incrédula para mirarme porque no se creía que estuviese con ella. Volvió a estrecharme de nuevo y solté una risa entre dientes al ver que no era capaz de procesarlo.

—¿Qué haces aquí? —sorbió la nariz.

—Darle una sorpresa a mi novia.

Sus ojos se rasgaron por la sonrisa e inclinó su cabeza para que nuestros labios se rozaran. La bajé poco a poco de mí para llevar mis manos a sus mejillas y profundizar el beso. La había echado tanto de menos que me daba igual pasarnos las horas aquí el uno enfrente del otro porque era lo único que quería hacer.

Se separó cuando el beso estaba durando más de lo normal y me apresuré a darle otro mientras sonreía contra mis labios.

—¿Vamos? —extendí mi mano para que la atrapara.

A través del arco Irisحيث تعيش القصص. اكتشف الآن