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ALISON

—Espere a que la llame Alison —me dijo el señor Min volteando su rostro hacia atrás.

Yo puse mi cuerpo derecho porque todavía me encontraba de puntillas mirando a Jungkook tras su hombro, no me lo creía. Los ojos de mi jefe estaban tan cerca de los míos que me dieron escalofríos. Me eché hacia atrás muy deprisa. Su mirada me tenía en una encrucijada constante. Era una atracción pasmosa, pero de una forma que me daba miedo.

¡Mierda! Todo se había estropeado de repente, me había encontrado, ¿Cómo lo había conseguido? O tal vez no estaba aquí por mí, tal vez había otro trasfondo en todo ésto y buscaba otra cosa.

Me iba a volver loca. No quería verlo.

Yoongi me dió la espalda y entró a su despacho, después cerró la puerta con fuerza.

Yo estaba tan nerviosa que no sabía que hacer, solo me senté en mi silla frente a mi escritorio que estaba allí mismo.

No tenía cabeza para nada, ¿Qué haría ahora? No permitiría a Jungkook volver a estar a mi alrededor. ¿Y Taehyung? ¡Dios mío! Que no se enterase de donde me encontraba también, no podría lidiar con los dos a la vez sería muy agotador.

Pasó una hora y nadie abría la puerta. ¿Les hacía café? Podría entrar con esa escusa y saber lo que estaba pasando.

!No! A mi jefe no le gustaban las interrupciones cuando estaba reunido, no podía entrar hasta que me llamara.

Otra hora pasó por el reloj y mis nervios se crispaban sin remedio más y más, iba a colapsar sino salían de una vez por todas.

—¿Qué miras tan absorta? ¿Es la misma puerta de siempre, no? —era Jackson que se sentó en mi mesa.

—No es nada —me giré deprisa y cogí unos papeles que había en mi mesa, me puse a leerlos.

—Espera, lo leerás todo mejor si le das la vuelta —se reía mientras movía uno de los folios escritos.

Toqué mi cara desesperada.

—Me voy a volver loca —dije mientras me desplomaba en el escritorio.

—¿Qué te hizo el cretino de nuestro jefe?

—Nada, no es eso, y no preguntes más —lo miré y me tocó la mejilla.

—Sabes que somos amigos, aprovecha que eres la única chica a la que nunca rondaría para acostarme con ella —me sonreía—. Te respeto y lo sabes, jamás pondría en peligro nuestra amistad por tener contenta a mi gran...

—¡Callate anda! No lo digas —le advertí con la mirada, siempre era el mismo idiota con sus guarradas.

Empezó a reír y me dió un beso en la mejilla.

En eso estábamos cuando se abrió la puerta. Los dos salieron y se quedaron mirándonos con los ojos abiertos.

Nos pusimos de pie de repente.

—¿Ahora trabajas como secretaria junto a Alison?, No lo sabía —dijo Yoongi seco a Jackson.

—No señor Min, solo es que vine...

—Ve a tu mesa, tendrás que poner en orden los documentos que tienes que entregarme, ¿No es así? —no lo dejó terminar de hablar.

Jungkook me miraba fijamente y yo también a él. Estaba muy guapo con su pelo largo. Se lo dejó crecer en el tiempo que no nos habíamos visto.

—Eso haré señor —dijo Jackson nervioso—. Adiós a todos —salió pitando.

Allí nos quedamos los tres.

—Adiós señor Jeon, ya le diré algo sobre su propuesta —le dió la mano al otro que quitó su mirada de mí.

—Espero pronto noticias de usted señor Min.

¿Que era tanta formalidad de su parte? ¿Ahora era el mismo hombre de negocios que conocí en el pasado? ¿Siempre estaría enredada en lo mismo?

Se fue sin despedirse de mí, me dolió pero tal vez como pensé al principio era otra cosa y no vino por mí. Solo fue coincidencia. Me dejó claro que no quería saber nada de lo que tuvimos. Y no lo habría, no tenía que preocuparse.

—Alison.

—Sí señor —me giré porque me había quedado mirando como se iba Jungkook. Esos andares que tenía volvían una tarada a cualquiera.

—Ten todo arreglado para las reuniones.

—Así lo haré, no tiene que preocuparse.

Se veía cansado. Volvió a su despacho.

Todo el día transcurrió normal, todo siguió su cauce como siempre y la hora de irme a casa llegó por fin. Tenía ganas de contarle a Megan en el embrollo que estaba metida.

Me puse a recoger mis cosas y el jefe salió, se paró ante mí.

—¿Quiere que la lleve Alison?

—¿Cómo dice?

Jamás en el año y medio que llevaba con él me había mostrado esa faceta de querer que fuera a casa en su coche. ¿Qué le ocurría de pronto?

—¡No! No...no se preocupe señor —ni loca me iría con él. Me daba escalofríos.

—Está bien hasta mañana —salió andando, era un hombre muy guapo y de buen cuerpo, eso había que admitirlo.

Yo suspiré y dejé de mirarlo, cogí mi bolso. Fui al ascensor y me metí en él.

Se cerraron las puertas. Bajaba y yo miraba los números pasar.

De pronto todo se paró al igual que en la mañana.

—!Ah!...¡No! ¡Por favor! ¡No puede estar pasando de nuevo! —me puse de cuclillas y me tapé la cabeza.

Fue aún peor porque la luz se apagó.

¿Donde le dió el señor Min? Me levanté temblando y le di golpes sin control a los botones sin conseguir ningún efecto.

¡Mierda!

De pronto un golpe fuerte se sintió en la parte de arriba del ascensor y una compuerta se abrió. Miré asustada.

—!Dame la mano! —era Jungkook.

Se la di y me alzó sin problema. Salí al exterior donde todo estaba oscuro, aún más que en el interior porque allí al menos estaba la luz de emergencia.

—¿Estás bien? —me preguntó.

—Sí, si...no te preocupes.

Respiró aliviado y yo también hice lo mismo.

Me cogió de la cintura y me pegó a su cuerpo. Estaba viviendo lo mismo otra vez, no podía estar pasando. Tenía ganas de llorar por la impotencia que sentía.

Subimos volando.

En un santiamén estábamos en la azotea del edificio. Me soltó y se separó.

—Hola Alison....

—Hola Alison

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MI MATE ES UN VAMPIRO (Saga VAMPIRE JUNGKOOK) BELIELWhere stories live. Discover now