MI MATE ES UN VAMPIRO (Saga VAMPIRE JUNGKOOK) BELIEL

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JUNGKOOK

Por un momento mi cuerpo y mi mente me pidieron ser Jungkook, más bien fueron los sentimientos los que provocaron que tuviera una mala corazonada y que todo dentro de mí cediera de nuevo a ese anhelo de parecer un mortal sin serlo del todo. Porque ahora el espacio-tiempo se habían alterado para mí, se suponía que Beliel sería un ser difícil de destruir y de manejar, pues todo se había movido de su lugar, mi parte humana existía y de ahí mis respuestas tan deseadas por años y años. Sentí el amor por Alison desde que era una niña pequeña, ya no había duda que era un sentir no un aroma que me atraía de ella, porque era distinto amor que olor. Sentí las ansias de que fuera mía porque mi corazón no estaba muerto sino aletargado por la sangre de mi mentor.

¿Qué ocurriría si ella me mordiera a mí? Si tuviera sus dientes atravesando mi piel? ¿Podría reactivar mi corazón? ¿Ese que estaba dormido pero vivo al fin y al cabo?

—¿Y ahora que se supone que tengo que hacer yo? —le pregunté al que seguía allí sonriendo por lo que me había contado.

—Pues no sé, eres uno de los grandes, te recibirá el consejo y junto a ellos decidirás cuando será la lucha, creo.

Eso es lo no me gustaba y me traía mala espina, luchar.

—¿Y contra quienes se supone que tengo que luchar? Contra los vampiros o contra los lobos.

Mi pregunta lo hizo callar y ponerse serio. Hasta él sopesó la controversia que me esperaba.

—Ellos por lo visto quieren una unión de las tres criaturas que representamos, pero no sabemos si estarán de acuerdo todos los clanes o todos los seres de los bandos —me miró Hoseok con condescendencia, sabía cuales eran mis pensamientos—. Ella estará de tu lado, eso creo que tú también lo sabes, ¿No?

Me reí un poco—. Ella es un títere de dos lobos, uno Omega y otro Alfa. Como ellos no estén de acuerdo con lo de que ella y yo lideremos los dos clanes más poderosos y dejemos al tercero, o sea el de los híbridos, vivir en paz al rededor de todo, nada será tan fácil como estás pensando en éste momento Hoseok. Y yo no quiero mandar a nadie que esté reprimido por haber perdido la guerra.

Se quedó callado y pensativo. Le di una causa con la que deliberar por un rato.

Yo miré la luna que estaba totalmente redonda y con franjas rojas atravesando su esfera.

Ella se había convertido en una Delta, y yo con una parte de alfa en mi interior teníamos la luna como nuestra guardiana, la que su influencia nos unía irremediablemente.

—¿Alison que hago? Si vuelvo no será fácil para tí y si me quedo no será fácil para mí...

ALISON

—¿Así vas a llegar como si no hubiera pasado nada?

—Soy él Alfa de la manada te guste o no Tae.

Estaban los lobos reunidos ante un gran fuego. Algunos dormían y otros habían ido por unos días a la ciudad. Intentaban llevar una vida paralela que hacía que tuvieran cubiertas todas las fases que nuestro cuerpo experimentaba. No era fácil pero se esforzaban por no sentirse encerrados en un mundo paralelo como era el de ser un animal enredado en un cuerpo humano.

—¡Eso a veces no basta! No porque seas el Alfa puedes entrar y salir cuando quieras olvidando tus obligaciones por querer revolcar...

Se estaba excediendo.

—¡No termines la palabra! —lo fulmine con la mirada.

Todos nos miraban y si cedía ante él no me harían caso. No me iban a obedecer como su primero, cómo la que velaba por nuestro conjunto.

Ya era difícil para ellos que una loba fuera el Alfa de la manada, eso no era lo esperado por ningún clan, así que si me dejaba aplastar por Taehyung estaría dejando mi mandato en su poder. Lo peor de todo ésto es que él mismo lo sabía.

El carácter comedido pero a la vez penetrante de Taehyung hacía que te sintieras pequeñita. Tenía un gran poder en los demás y lo sabía. Su mirada podría derretir el hielo y hacer arder un bosque entero en segundos.

—¡Si no quieres oírlo no te vayas tú con él! Es un...

—¡¡¡Taeeeeeeee!!! —cerré los puños y los ojos para gritar—. ¡Soy tú jefa y como no me respetes te echaré de aquí, serás desterrado y mandado lejos!

Respiré agitada sin abrir los ojos aún y me quedé en el mismo lugar que estaba.

Solo se escuchaba el crepitar del fuego, el nerviosismo se estaba apoderado de mí y tuve que pararlo mentalmente.

Cuando estaba algo más calmada abrí un solo ojo despacio temerosa de que me hiciera daño. Y allí estaba mirándome de frente con una actitud normal. Como si no hubiera dicho yo nada.

—No digas tonterías porque nunca me podrás echar —dijo en tono normal y seguro de sí mismo—. Éste es mi mundo y soy alguien que la luna puso en el lugar exacto, a tu lado pero tú solo quieres estar con el que se pasa el tratado por medio de sus apestosas bolas, ¿Quieres ser la primera loba que quede preñada de un ser así?

Abrí los ojos por las palabras que se había atrevido a decir y porque eso era imposible.

Me acerqué a él.... intimidante.

—Eres muy bello —sus pupilas se dilataron al escucharme susurrar, éramos los únicos que estábamos ahora en condición humana, los demás estaban transformados desde que llegué y así permanecían.

—¿A que viene ahora eso Alison? —por primera vez lo vi desconcertado.

—Porque lo eres Tae —su pelo revuelto oscuro, sus ojos que emanaban esa fuerza influyente, esa cara esculpida por dioses y esa atracción física que ejercía en cualquier ser que se acercara, lo corroboraba.

—¿Vamos a jugar a algo que no me has contado todavía? —ya empezó a ser el mismo idiota.

—No es un juego, es una realidad y por eso me reuso a pensar que alguien con tu aspecto sea un auténtico idiota egocéntrico y un machista engreído —no le gustó lo que le decía.

—¿Machista yo? Creo que viviste demasiado entre humanos.

—Y tú te la pasas aquí encerrado más de lo debido...¡Madura de una vez hombre!

Enarcó las cejas.

—Que lo único que quieres es verme retroceder y que todos ellos... —los señalé a los que nos seguían mirando—...no respeten a su superior y aunque no te guste soy una loba, y te puede joder mucho hasta el punto de que lo que tienes entre las piernas se quede pequeñito pequeñito, pero o dejas esa ridícula creencia que tienes o tendré que pelear contigo para dejarte claro quién manda aquí —señale con mi dedo el suelo que pisabamos, lo hice con energía.

Lo malo de todo ésto es que yo no sabía pelear y además me temblaban las piernas en éste momento. Pero yo en mi papel, con mi mirada penetrante haciendo ambiente de matón de barrio.

—Yo nunca dije que no quiero que mandes, lo que ocurre es que yo quiero hacerlo contigo....¿Tan difícil es entender eso Alison?...