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ALISON

No sabía lo difícil que era llegar al lugar de meditación al que fue jungkook a veces para descansar y encontrarse a sí mismo. Estaba tan alto que llegué hasta a sobrepasar las nubes. Ese momento se sintió bonito, y lo disfruté mucho.

El camino que seguí por un día entero se había terminado, ya podía ver las edificaciones de piedra que se extendían por la llanura.

—¡Dios del cielo! —me sequé el sudor de la frente y quité una pequeña rama que se me había enredado en el pelo. Estaba tan sucia que cuando me vieran creerían que buscaba asilo o protección porque me perseguían unas horribles almas en pena, o tal vez que me había topado con un enorme tornado que me engulló en Transilvania y me escupió aquí en la cumbre de las montañas.

Llevaba seis días de duro camino, estaba muy cansada y solo pensaba en llegar cuanto antes a donde, tal vez, me darían una respuesta lo suficientemente veraz como para que él volviese a mirarme otra vez del mismo modo que siempre hacía.

Deseaba tanto que eso ocurriera que se me contrajo el pecho. Tenía que dejar de creer que donde estuviera lo estaba pasando mal. Le había creado en mi mente mi diminuto pero enorme a la vez mundo infantil, todo para que mientras llegaba se sintiera protegido. Ese mundo es el que me ayudó a salir adelante cuando mis peores infiernos no me dejaban ni respirar. Seguro que estaba con Jimin, tenía que estar ahí poniendo cara rara  y de gruñón aunque después sé que le gustará entablar conversación con él.

Con mi hermoso Jimin, mi ser de luz y mi parte de fantasía dorada y azul.

Ojalá pudiera estar allí también y sentir como la mano de jungkook toca mi mejilla un poquito antes de querer besarme, ese era uno de mis momentos preferidos. O cuando juntaba las cejas para decirme lo irresponsable que era, que me guiara por éste mundo que me había tocado vivir y que volviera a ser mi lugar seguro, ese que jamás nadie podría ocupar jamás excepto él.

—¡No voy a llorar! —grité con todas mis fuerzas mirando al cielo grisáceo, me cogí el pecho al venirme un dolor infernal que atravesó mi corazón queriéndolo partir por la mitad—. Beliel es el primero en la sucesión vampírica —dije sollozando ya con las rodillas en el suelo al dejarme caer con mi cabeza hacia abajo— es el Alfa y el mate de Alison, la humana y loba que está infinitamente enamorada —mi voz salió quebrada y me agarré a la tierra rojiza con las dos manos mientras la apretaba— soy una loba Delta y él volverá a resurgir, lo conseguirá...lo tiene que conseguir si no yo no quiero vivir —terminé casi sin voz.

—Levanta —una voz ronca y rasgada muy conocida para mí me habló desde arriba, no me asusté, ¿para qué? no me haría daño—. No quiero verte así —sonaba preocupado.

—¿Y como se supone que tengo que estar? —lo miro, levanto la cabeza para que él también presencie mi derrota.

—Luchando como la loba que eres, así que arriba —me enseña su mano, quiere que la agarre.

—Quiero ser humana Yoongi —le digo sin aceptar su ayuda— quiero volver ahí, a ese momento que me abordó en la calle.

—No puedes y lo sabes —baja sus rodillas y se queda a mi altura.

Ese aura impresionante y de fuerza sobrehumana que exhala por todos los poros de su piel, nos rodea a ambos y me dan escalofríos

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Ese aura impresionante y de fuerza sobrehumana que exhala por todos los poros de su piel, nos rodea a ambos y me dan escalofríos. Lo observo y me doy cuenta lo importante que es para su manada tenerlo como Alfa. Min Yoongi será siempre una parte fundamental para los suyos. Es vulnerable como cualquier humano, sin embargo no lo reconocerá tan fácilmente porque solo quiere entregar su parte lobuna. Esa que lo catapulta a lo más alto y se afana por proteger a los que más quiere. Pretende ser seco y sin embargo sus ojos me dicen lo contrario en éste momento.

—Te ayudaré.

Eso me sorprendió. Por primera vez cedía en el trío que habíamos formado sin querer.

—¿De verdad lo harás? —los ojos se me abrieron.

—Sí... sé más que tú de todo ésto.

Sin pensar y sin segundas intenciones me lancé a sus brazos. Cayó hacia atrás conmigo cogida entre sus brazos.

—¡Sabía que no eras el ogro que querías aparentar! —le dije en alto y muy contenta.

—¡Bajate! Me estás aplastando —bufó y yo le hice caso, rodé a su lado.

Quedamos tendidos y mirando el cielo.

—Tae no ha podido venir. Está despidiendo a su mate que murió en la batalla —se quedó callado después.

Lo miré sorprendida. Era la hija del Alfa de los híbridos.

—¿Pero no se odiaban?

—Sí, su unión estaba maldita desde el principio, pero cuando ella vio en la batalla que Taehyung estaba en peligro, lo salvó poniendo su cuerpo delante y recibiendo todos los golpes mortales.

Eso sonaba a amor eterno. Me sentí triste por los dos.

—Eso es bonito —dije volviendo a mirar hacia arriba.

—Alison —me llamó a continuación.

—Dime.

—Un lobo siempre protege a su mate, y eso es lo que tú estás haciendo ahora. El hilo rojo que os conecta a tí y a Jungkook debe estar aún intacto, eso es lo que creo.

—¿Pero entonces porqué no despierta?

—Porque su energía está entre dos mundos. Tú eres una Delta y puedes absorber las de los que estén conectados contigo. Un padre, una madre, un hijo o...un mate.

—¿Entonces si la encuentro se la podré devolver? —me puse de lado para mirarlo.

—Eso es...pero debes tener cuidado de no arrastrar las energías negativas, esas que lo quieren llevar al mundo de las tinieblas. Recuerda que un vampiro está considerado un monstruo en el mundo de los seres irreales.

—¡Pero él no lo es Yoongi! —me apresuré a defenderlo como siempre había hecho desde que lo empecé a amar.

—No voy a dudar de eso por tí, pero tienes que saber que perteneció a un mundo tenebroso y eso no lo puedes negar.

No, no podía aunque quisiera.

—Entonces por donde empiezo —mi pregunta le arrancó una sonrisa de las suyas, de esas preciosas.

—No me creo que esté aquí para entregarte a otro.

—Sabes que siempre fue él y nada más que él —me senté de golpe—. Soy toda oídos venga.

Se sentó también a mi lado.

—Tenemos que encontrar donde meditaba, veremos si ha hecho un altar de piedras y si pidió algunos deseos al ponerlas una encima de la otra. Y como sé que eres católica reza Alison. Reza porque esos deseos estén ahí todavía y no se los hayan llevado.

Mis nervios se intensificaron de un modo que me hicieron saltar. Me puse de pie.

—¡Pues vamos! ¿A qué esperas? —le puse mi mano yo ahora.

Divertido me la agarró y tiró un poco de ella.

—Solo te voy a pedir algo a cambio —sus ojos brillaban.

—¿Qué es?

—Dime que serás feliz junto a ese chupasangre, porque si no lo eres puedes venir a mí que yo te estaré esperando...

MI MATE ES UN VAMPIRO (Saga VAMPIRE JUNGKOOK) BELIELWhere stories live. Discover now