MI MATE ES UN VAMPIRO (Saga VAMPIRE JUNGKOOK) BELIEL

9

ALISON

—¿Estás bien? ¿Te hizo daño?

Estábamos sentados en los asientos traseros de su lujoso coche. Era realmente espacioso y olía muy bien. Él también olía genial pero su aspecto serio y distante conmigo contrastaba con su belleza.

—No, no me hizo nada, estoy bien gracias —dije nerviosa.

Estar ante él me ponía nerviosa, siempre me puso de esa forma desde que me dio el trabajo de secretaria.

—¿Sabes quién soy realmente Alison? —al fin preguntó.

—Sí, lo sé. Me enteré hace muy poco.

—¿Y ahora qué vas a hacer con ello? ¿Qué debemos hacer? Estamos destinados a ser uno solo y nuestro futuro tiene que seguir adelante como está escrito —me hablaba despacio y sin alterarse. Era un hombre muy responsable en su trabajo y ahora demostraba su autocontrol conmigo.

Lo que me intentaba decir me tenía aterrada, ¿Pero como podía yo estar con él si estaba enamorada de Jungkook? Yo quería a otro a mi lado y no al que alguien destinó para que fuera mi pareja. ¿Habría en la historia algún vampiro que hubiera sido mate de una loba Alfa? Tenía que buscar información sobre eso en algún sitio.

—Es que yo quiero a otro —me arriesgué y se lo conté.

Por primera vez desde que lo conocí empezó a sonreír, no es que fuera una gran risa ni nada de eso, sino que sus labios se curvaron hacia arriba y su rostro se relajó. Mi corazón se estremeció de tal forma que un sentimiento precioso recorrió mi cuerpo.

Me habló de nuevo tranquilo.

—Pero sabes que no podrás estar con él, vino a verme porque lo llamé Alison. Sabía que estuviste con un vampiro, hueles a él, lo percibí nada más verte ese día en tu primera entrevista para el puesto de secretaria —eso lo dijo incómodo, pero siguió sin más—. Indagué durante más de un año hasta que me dijeron de quién se trataba. Mi manada ha hecho un buen trabajo al encontrarlo, es un buen tipo después de todo porque está de acuerdo con dejarte para mí sin tener que luchar entre nosotros.

Mi corazón se rompió, después de la sensación que había sentido antes tan bonita, ésto que me contaba era de pena.

—Mire señor Min...

—Yoongi, llámame por mi nombre por favor y deja las formalidades, he estado deseando decirte ésto desde que te conocí, he deseado escuchar mi nombre saliendo de tu boca desde hace demasiado tiempo —sus palabras dichas con esa voz me estaban secando la boca.

—Yoongi, mira, no sé cómo van éstas cosas, soy nueva en todo ésto de Licántropos —se rió—. ¿Que he dicho?

—Nada, sigue...

—No sé lo que esperas de mí, yo no soy buena en cosas de lobos porque hasta hace poco ni sabía que yo era uno, así que tengo miedo de...

—No lo tengas —me cogió una mano y la electricidad hizo su trabajo, me estremecí—. Yo te he estado protegiendo desde que nos conocimos.

—Pues perdona que te diga pero no se ha notado nada, ha sido agotador trabajar para tí y me has puesto de los nervios muchas veces —yo y mi maldita lengua que sale disparada siempre antes que mi pensamiento. Apreté los labios.

—¡Carson sube la ventanilla! —gritó a su chófer y yo me estremecí.

La mampara se subió para dejarnos más intimidad.

Se sentó más cerca y yo respiré un poco agitada. ¿Qué estaba pasando?

—Te pido perdón, estaba dolido por tu olor, no me gusta que huelas a él Alison, ya le he dicho que te devuelva el pedazo de alma que te pertenece y luego dice que desaparecerá para siempre, que nos dejará vivir felices.

¿De verdad iba a pasar eso? ¿En qué lío estaba metida? ¿Desaparecería para siempre? ¿Mi vampiro preferido sería solo un recuerdo?

—Estoy muy confundida, no sé qué hacer —me sentía cansada y ridícula.

—Solo déjate llevar —se acercó y yo eché hacia atrás mi cabeza que dió en el cristal de la ventanilla.

Sus labios se posaron en los míos y fue algo tan dulce y embriagador que me quedé totalmente estática.

Estábamos hechos el uno para el otro. Era como la pieza del puzzle que encajaba perfectamente.

Su calor me envolvió.

—¡No! —recobré la compostura y le golpeé en el pecho. Él se echó hacia atrás.

Mi respiración estaba realmente agitada.

—¡No quiero! No lo vuelvas a hacer.

—¿Pero porqué te resistes si es el destino?

—¡Porque amo a otro ya te lo he dicho!

Suspiró y puso una sus peores caras.

—Te llevaré a tu apartamento —tocó la mampara con los nudillos y ésta se bajó—. Nos vamos, la dirección está en el GPS, es la primera que hay.

¿Tenía grabada mi dirección? Iba a morir con todo ésto.

—No puedes resistirte por mucho más tiempo. Nuestras manadas se volverán una sola Alison, te guste o no —dijo sin mirarme.

—Eso lo decidiré yo señor Min.

—¡Yoongi maldita sea! —su genio salió disparado y luego resopló molesto.

Yo no dije nada más, me limité a observar el exterior. Iría a meterme directamente en la cama después de tomarme una pastilla para el dolor de cabeza. Me dolía demasiado.

Megan estaría con aquel chico pasándolo bien y yo enredada entre tres tíos que tenían un ego enorme y que no me dejaban elegir mi forma de vivir.

Llegamos en silencio hasta mi apartamento y abrí la puerta, salí y la cerré de un golpe sin despedirme siquiera, no se lo merecía.

El coche se fue cuando yo metía la llave para abrir la puerta del rellano del edificio.

Entré y cerré, me eché hacia atrás y bajé mi cabeza. Todo era un juego macabro que alguien estaba inventando para mí, no podía ser real.

—¡Mierda! ¡Odio todo ésto!

—Alison.

Abrí los ojos y miré asustada.

—¡Jungkook! ¿Qué haces aquí?

Se abalanzó hasta llegar a mí y sin decir ni una palabra más, empezó a besarme con desesperación. Sus labios atrapaban los mios mientras su mano hacia presión en mi nuca.

Yo cogí su cintura y le correspondí del mismo modo. Cuerpo con cuerpo, lenguas chocando y acariciándose en un juego infernal. Mi entendimiento atrapado sin dejar que pensara con claridad.