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ALISON

Lloré y lloré, mi corazón se contraía haciéndome tal daño que no podía respirar. Mis sollozos sonaban con fuerza y por nada del mundo quería odiarlo. No podía haberme engañado de esa forma, todos los besos que me ofreció no podían ser de mentira.

Me agarré a las sábanas con tanta desesperación que me dolían las manos. ¿Cómo conseguiría volver a ponerme de pie?

—Toma ésto Alison —era Megan que me traía algo.

La miré y en su rostro me vi reflejada. Estaba muy triste.

—Venga, hazlo por mí —se sentó en la cama.

Yo intentaba encontrar la respuesta aún sabiendo que ella no la tenía.

—¿Él siente por mí verdad? Todo eso que le vi en sus ojos no pudo ser fingido, no pudo ser tan frío al final, por su condición lo es pero no conmigo, dime que tengo razón —me miraba con una sonrisa conciliadora—. ¡No! Debe ser verdad que me quiere, me rehuso a creer que no es así —me sentía derrotada en todos los aspectos. Mi cuerpo estaba entumecido y mi mente deliraba a sus anchas.

—¿Qué quieres que te diga? No lo sé, pero tomate ésto, por favor —me volvió a poner delante de mis narices un líquido rojo.

Lo miré por un momento y me vino una incómoda sensación.

¿Mi sangre es lo que siempre buscó? Al principio no pudo ser, me rehuso a pensar todo eso.

Pero luego...

Él fue el primero que supo que no pudo convertirme ¿Y al final la buscó como todos ellos? Cogí mi pelo y tiré de él cerrando los ojos.

—Tengo que manejar mi manada me guste o no, tendremos que ser enemigos —las palabras salieron de mis pensamientos. Tenía que coger las riendas de una vez por todas. Ningún amante puede frustrar lo que somos, lo que debemos hacer ni lo que nuestro destino nos tiene preparado.

—Todavía no me acostumbro a lo que dices, seres de película que existen de verdad. ¿Quién no se pone nervioso ante eso Alison? —la miré y me abracé a ella. Mi refugio en éste momento.

Había vuelto por un momento a mi mundo anterior para sentirla y poderla achuchar. Era y sería parte de mi familia ya me convirtiera en lo que me convirtiera.

—Me iré fuerte de aquí, te estoy robando la energía en éste momento —la sentí reír en silencio. Su pecho se contraía porque había recitado la frase de una de nuestras pelis favoritas.

—Si tengo que morir para dártela, moriré sin remordimientos —siguió ella y mis ojos se llenaron de lágrimas.

Nos separamos y busqué en su mano el vaso con aquel horrible brebaje. Qué mala había sido siempre para tomar esos potingues.

Lo cogí y lo bebí de un trago tapando mi nariz. Recordé la primera vez que estuve en el casoplón de Jungkook, la de éste mundo.

Ésto estaba horrible en comparación a aquel que me ofreció él.

—Ummm, está de muerte viviente —le sonreí.

—¿Cuando volveré a verte? —me dijo y ya me sentí lejos de nuevo.

—No lo sé, aquello es difícil. No sé cómo se las arregla Yoongi para estar aquí más que allí —nunca lo entendía.

—¿Te sientes feliz con lo que eres ahora? —se levantó para poner el vaso en una mesita.

—Si —mentí, pero ella no debía sufrir por mí.

Vino de nuevo a mí y se acostó a mi lado.

—¿Siempre seremos amigas?

—Esa pregunta es muy tonta Megan, lo seremos hasta nuestra muerte —nos abrazamos y puse mi cabeza en su hombro.

—Como yo seré la primera en morir —la abracé más—porque tú tendrás más larga vida, quiero que eches mis cenizas donde tú sabes.

—Megan he venido a que me subas el ánimo no a que me lo destruyas —enterré mi rostro en su camiseta porque se me humedecieron los ojos.

—Tú solo hazlo...

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—Tenemos que hablar.

—Tae, no quiero historias tuyas que vengo con energía suficiente como para mandarte a la mierda, te lo advierto.

Había vuelto a donde pertenecía, antes lo entendiera, antes me sanaría de lo que sentía.

—Solo quiero hablar contigo, no te pongas a la defensiva tan poco —su voz de cantante antiguo me hizo parar. Su aura y porte de hermosa antigüedad me hizo sentir comodidad.

—Voy a ir a la batalla, seré la Alfa que necesitas.

Se quedó mirandome. Sus ojos me decían que se regocijaba de ello, había ganado a su forma.

 Sus ojos me decían que se regocijaba de ello, había ganado a su forma

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—¿Irás contra él? —eso lo hacía sentirse bien.

—Iré en contra de los que quieren hacerme daño, todo el que me encuentre en ese camino será destruido, ¿Eso es lo que querías saber? Pues aquí tienes la respuesta.

Entendió perfectamente y agradecía que no me hiciera más preguntas. Porque ni yo sabría responder a todo.

—Prepara a la manada, diles que quiero hablar con ellos —su sonrisa fue inminente.

—¿La vas a liderar tú?

—¿Quién más puede hacer eso? —debía tenerlo claro, no iba a ceder nada—. Te lo advierto Tae, eres mi subordinado y como vea algo que no sea lo apropiado de tu cargo, no lo dejaré pasar.

—Yo no voy a hacer nada en tu contra, ha sido mi deber hacerte entender, solo eso. Si con ello tenía que ser tu mate lo hubiera hecho sin pensarlo. Pero si por tu propia voluntad estás entendiendo tu camino, yo estaré a tu lado hasta que muera.

—¿Otro con la muerte? —solté un quejido—. No quiero hablar más de muertes. Vendrá lo que tenga que ser, pero tenemos que intentar que haya las menos bajas posibles en la batalla.

—Somos fuertes, tenemos una buena manada, los he preparado por mucho tiempo —no necesitaba abuela como decía mi madre.

Recordarla me hizo una herida en el corazón. Desde que me hicieron daño no quise visitarla porque nadie debía saber de su existencia. Así la protegería, bastante tenía con lo de que estaban al tanto de la de Megan.

Tenía a dos lobos pendientes de ella, no se lo dije pero se lo pedí a Yoongi, él sabía de esas cosas y además tenía dinero suficiente para darle protección. Yo aún no tenía esa conexión con los componentes de mi manada para pedirles una cosa como esa.

Había muy poco tiempo para hacerme su líder de verdad, iba a hablarles y hacerles un juramento.

"Nada ni nadie les haría daño mientras yo fuese su ALFA"

Nada ni nadie...palabras que dolían más de lo que jamás me podría haber imaginado...

MI MATE ES UN VAMPIRO (Saga VAMPIRE JUNGKOOK) BELIELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora