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PENÚLTIMO CAPÍTULO

ALISON

—¿Te sientes bien?

Yoongi paró a mi lado cuando se dió cuenta que yo ya no andaba, ahí me quedé ante las puertas que me separaban de Jungkook.

—Dime que todo estará bien en cuanto entre ahí —le dije bajito mirando al frente.

—No te voy a decir lo que tú ya sabes Alison.

Ya me había dado cuenta que el espacio seguiría planeando entre nosotros como un abismo de color gris oscuro.

—Se debe a los suyos, ¿verdad?

—Y tú a los tuyos.

Así era, pero podíamos estar juntos al fin. Pero el precio que debíamos pagar era otra cosa.

—No puedes estar en su mundo y él tampoco en el tuyo. ¿Estarás bien con eso? —la pregunta se quedó ahí en el aire. Alguien abrió las puertas y quedamos expuestos a los que había dentro.

—Me voy —me cogió la mano y me fijé en sus ojos castaños con un halo dorado—. Ya es demasiado que esté aquí. No me dejaran entrar de todos modos. Soy un peludo al que mirarán mal si pongo un pie en el interior—sonreía y yo hice lo mismo.

—Un peludo que tiene toda mi admiración —se lo debía decir para que supiera que se había vuelto importante para mí.

—Me gusta mucho que digas eso, pero ahora avanza y no te quedes por más tiempo aquí. Él te espera.

—Gracias, pero esto no es un adiós porque nuestra alianza será para siempre. Las manadas tienen que ayudarse. Dime qué así será.

—Claro, jamás te dejaría a un lado.

—Lo sabía, solo quería escucharte.

Lo abracé y luego se fue.

Me adentré despacio pero erguida para llegar a ese montículo en el que estaba acostado.

Llegué y pude ver a Jin y Peter en el mismo lugar de cuando me fui. Sus ojos y el color de su rostro me decía que no se habían alimentado bien en éste tiempo en el que estuve fuera.

—Me dejáis a solas con él.

Me miraron cuando les hablé serenamente pero con un poquito de urgencia.

—Sabéis que no le haré nada, he venido a intentar algo.

Quería darles confianza.

—Lo sabemos Alison —habló Jin— sabemos que nunca harías nada que lo pudiera perjudicar más de lo que ya está —eso le dolió—. Te dejaremos pero no porque nosotros tengamos ese poder de decisión, sino porque él lo querría así.

Le sonreí a los dos.

—Gracias —se las di y luego me dirigí a Peter que aguantaba a duras penas lo que estaba sintiendo—. Te quiere, te quiso siempre, ¿lo sabes verdad?

—¿Eh? —me miró atento.

—Que desde el día que te conoció te quiso Peter. Para él eres como un hijo.

Su sonrisa llenó su preciosa y morena cara de diecisiete años.

Asintió y salió rápidamente. Tal vez no quería que lo viéramos flaquear. Jin lo siguió y después todos los que custodiaban el lugar.

Nos quedamos los dos solos. Su aspecto no era el mejor, estaba deteriorándose y eso se metió en mi pecho e hizo que me diera un vuelco el corazón.

—Cariño ya estoy aquí, despídete de Jimin y dile que lo quiero mucho y que nunca me olvidaré de él —mis palabras fueron lanzadas por su oído.

MI MATE ES UN VAMPIRO (Saga VAMPIRE JUNGKOOK) BELIELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora