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BELIEL

—Samantha ahora no.

—Jeon, ¿Pero se puede saber lo que te pasa? Desapareces siempre aún sabiendo que nunca podrás salir de aquí ni dejar de ser el que eres.

—Te sientes patética —le susurré con asco.

Me seguía por los pasillos de mi antiguo mundo, había vuelto por un momento, era ese en el cuál nunca creí que iba a sentirme bien. Pero cuando puse un pie en él, me odié porque sentí lo que Samantha decía, fue como encontrar algo de mí que había perdido.

—¿Pero cuando vas a entender que tú y yo...

—¡No hay un tú y yo! —paré a su lado—tu insignificante cerebro tiene que entender eso de una puta vez —me agotaba, era una criatura que podía conmigo.

Me adelanté en levitación rápida y llegué hasta los guardianes que custodiaban la puerta dónde estaba mi mentor.

Se apartaron y algo se quebró dentro de mí. Aún se doblegaban ante mi presencia. Aún me consideraban un vampiro entero.

Entré y lo vi allí en lo alto de la escalinata. Estaba hecho un asco. No me alegraba, después de saber que tenía su linaje en mi interior, no me alegraba.

—Beliel —su voz dejaba ver su precariedad.

Me acerqué y le hice una reverencia.

—¿Le dijiste a alguien lo que los dos sabemos? —dijo con cansancio.

—No, nadie lo sabe excepto los iguales a mí.

No le gustó y quiso incorporarse, no pudo.

—¿Te mezclaste con ellos? ¿Fuiste a ver a esos asquerosos híbridos?

Me recordó lo que dijo Alison, me asoló de nuevo la idea de querer desaparecer, dejar de existir... cuánto tiempo sin ese sentimiento.

—Son los míos también —le dejé claro y luego no me reconocía ¿Pero que estaba diciendo? ¿Los míos?

Cuando Alison me llamó asqueroso no pude soportarlo. En mi interior se desató una guerra interna que me hizo odiarme a mí mismo.

Tenerla a mi lado y sentirte tan inferior que ni podía abrazarla ni besarla, fue el peor de los infiernos.

—Nunca creí que ibas a desafiarme de éste modo —sabía de su derrota y que le quedaba poco tiempo—. ¿Sabes lo que me decían de tí?

—No mi señor.

—Te destruirá con sus propias manos, será tu verdugo y el que hará desaparecer nuestro mundo —se estremeció por su precariedad y di un paso al frente, pero luego me quedé quieto. Un vampiro como él no quería sentimientos a su alrededor.

—Yo nunca pensé derrotarlo de esa forma que dice.

—Además de un asqueroso híbrido eres un insignificante gusano mentiroso —se rió un poco—. Te oí decir que si mataba a esa chica me harías sufrir como jamás nadie le hizo sufrir al conde Drácula, que me ibas a hacer desaparecer.

—Ahí no mentí mi señor —para que negar lo evidente.

—Tú y tus malditos sentimientos Beliel, ese es tu problema y el mío —se tocó el puente de la nariz—. Dime de una vez a qué has venido.

—Quiero su puesto —lo dije erguido.

Empezó a reír y se me paralizó el cuerpo al darme cuenta que nada había de esa risa macabra y repugnante. Después me miró desafiante.

—Tienes que destruirme, ese es el paso para obtener el nuevo mandato.

Eso sería una tiranía de mi parte, además de ser mi única familia, estaba en las últimas y eso me haría un cobarde. Yo me arriesgaría cuando fuera una pelea justa. Aún no entendía que había pasado con él y su aspecto enfermo. Un vampiro no llegaba a esas condiciones si no era por propia iniciativa.

¿Quería dejar de existir? Eso me sorprendió.

Se levantó con dificultad y bajaba la escalinata mirando mi rostro. Yo no me moví del lugar.

Se acercó y cogió mis hombros.

—¿Crees que aunque estoy en ésta situación no puedo pelear?

Sin darme aviso me dió con la palma de su mano y me estampó contra el mármol de la pared que estaba a unos diez metros de distancia.

Sentí dolor en la espalda y el brazo derecho. Me levanté con la sensación de saber que quería desaparecer como se merecía por ser quién era.

—Lucha —me mandó serio.

—No puedo —lo miré de frente.

—No te enseñé a tener ese comportamiento de cobarde —se acercaba—. O desapareces tú o lo hago yo, tú decides.

No sabía que hacer.

Voló y se posicionó encima de mí y me dió una patada en la boca. Mi rostro se hundió y mi cabeza dió con el duro y blanco suelo.

—¿Te has preguntado alguna vez por qué tu sangre no sale de tu cuerpo? —su sonrisa mientras bajaba de las alturas contrastaba con mi rabia interna.

—Nunca me contó nada de mí, ¿Cómo quiere que lo sepa? —me levanté y me puse en guardia. Mi cuerpo se puso alerta y supe que iba a pelear.

—Serás un híbrido, pero mientras esté yo presente en éste mundo tú nunca tendrás esa parte viva —su puño se puso ante mí con rapidez y se lo cogí con la mano. Paré el golpe y apreté con fuerza.

—¿Tendré mi corazón latiendo cuando lo derrote? ¿Eso es lo que pretende decir?

—Eres muy listo, siempre lo has sido.

El rostro de Alison pasó ante mis ojos. Estar a su lado y que escuchara mi corazón me hizo feliz, me atrapó una sensación tan extraña como de éxtasis.

—¿A que ahora quieres destruirme? Pues eso es lo que hace que yo quiera desaparecer, ¿Cómo puedo yo presenciar tal cosa? No quiero ver que no eres un vampiro como yo —lo dijo con los ojos fruncidos—. Jamás creí que me ibas a desobedecer tanto Beliel, creí tener tu control y en definitiva nunca lo tuve.

Su otro puño se levantó y también se lo cogí. Apreté mis dientes y cerré los ojos.

—Hazlo, demuéstrame por una vez que hice de tí un buen sucesor —sus palabras me suplicaban y mi deber me llamaba.

Lo levanté hacia arriba con todas mis ganas y luego lo bajé de golpe al suelo donde se oyó un gran estruendo cuando impactó.

Mi respiración atropellada quería dejarme claro que no me sentía bien con lo que hacía, pero era mi deber. Todo estaba armado para que pasara así.

Abrí los ojos y allí estaba mirándome.

—Remata...hazme desaparecer de una...vez.

Puse mi mano en paralelo y de un solo golpe le di en el cuello que se separó de sus hombros. Rodó su cabeza lejos de mí. Su poca resistencia ensalzó mi conducta deplorable.

Eché mis rodillas al suelo y bajé mi rostro.

En éste momento me había convertido en el primero de la línea vampírica. El latido de mi corazón me sorprendió.

BUM...BUM...BUM.

Cogí mi pecho con un miedo atroz, habían pasado décadas y décadas que no lo había escuchado. Mi parte viva me dejó sin saber qué hacer ahora ni cómo tenía que comportarme...



MI MATE ES UN VAMPIRO (Saga VAMPIRE JUNGKOOK) BELIELOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz