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Camila Luddington como Josephine Loughner.
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Cillian Murphy como Thomas Shelby.
Josephine observaba como los labios de aquel policía se movían sin entender nada de lo que decía. Se encontraba sentada en el enorme sofá donde solía quedarse dormida por las tardes cuando era niña, su madre le apretaba la mano entre las suyas, su padre hablaba sacudiendo las manos con el policía que parecía algo ansioso por retirarse de aquel lugar. La joven miró el suelo debajo de la mesa de té que se encontraba frente a ella, la mancha de jugo aún seguía allí. Recordaba a la perfección el día que la hizo, su madre acababa de comprarla y le había dejado en claro que había salido mucho dinero, ella solo se sentó a descansar y el vaso se resbaló de su mano. Cayó a la alfombra creando una enorme mancha, el ama de llave intento ayudarla a limpiar pero fue en vano.
— Señora Loughner, ¿Me oye? — dijo el oficial inclinándose hacia el frente un poco, intentado ponerse a la altura de ella.
— ¿Suicidio? — oyó decir a su madre.
Josephine volteo a ver a su madre en estado de shock, no comprendía del todo lo que estaba sucediendo. La policía se había presentado aquella tarde en la casa de los Moore donde Josephine pasaba el día junto a sus padres y le dieron la noticia de que su esposo había sido encontrado sin vida en la casa que compartían desde el matrimonio.
— Dejó una nota. — mencionó el oficial extendiendo un pedazo de papel manchado de sangre frente a Josephine.
Ella frunció el ceño tomando la hoja de los dedos de aquel hombre, sus pequeñas y delicadas manos temblaban al tomarlo. Lo desdoblo con cuidado observando las líneas dibujadas allí.
“Lo siento, no puedo seguir con esto…”
Sintió el corazón latirle con fuerza, el revoltijo en su vientre y las náuseas trepando por su esófago le estaban haciendo casi imposible el respirar con normalidad.
— ¿Qué fue lo que pasó?
Las palabras salieron casi en un susurro, la garganta le apretaba tanto que creyó que no podría decir nada más o que no sería escuchada. El oficial la miró con pena, suspiro sosteniendo su gorra entre las manos y miró a su compañero sin saber cómo continuar.
