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Sofía boutella como Freya Hammil
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Helen McCrory como Polly Grey
La enigmática mujer caminaba por el bosque silencioso con sus pies descalzos, sentía la hierba fresca acariciar la suavidad de estos, sus cabellos negros formaban ondas que caían por su espalda, parecían danzar con el viento cuando este soplaba ligero despeinándola sin preocupaciones, ella era una con la tierra. Había escapado de la caravana en la que vivió de niña cuando cumplió los diecisiete años, sus maravillosos poderes habían sido explotados por sus tíos por demasiado tiempo. Su nombre era Freya. Su madre había fallecido en el parto, una gitana medio bruja que había traído desgracia a su familia al escapar y casarse con un payo sin futuro, de ella había heredado toda su magia la cual utilizaba ahora para su propio bien. Cuando su padre murió fue recibida en el campamento por los hermanos de su madre quienes se habían hecho de rumores sobre ella a los ocho años de edad, la obligaban a leer la fortuna y con el tiempo descubrió también como preparar diferentes hechizos, el más pedido por las jóvenes era el de amor, que garantizaba tener al hombre que quisieran a sus pies. Vivía en soledad en una vieja cabaña abandonada en el tiempo, repleta de plantas que envolvían las maderas de las paredes colándose entre ellas hacia adentro, rodeada de árboles y naturaleza. Recibía hombres y mujeres en busca de ayuda tanto mágica como espiritual. Muchas personas habían dudado de sus poderes, pensaron que solo eran habladurías poco creíbles, pero con el tiempo se hizo conocida en las calles de Small Heath hasta llegar a los oídos de Polly Grey.
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La mujer bailaba alrededor de la fogata una milenaria danza que le había llegado en un sueño, atraída por el baño de la luz proveniente de la Luna llena movía su cuerpo contorsionándolo de un lado al otro dejando que la tela suave del vestido blanco que traía puesto acariciara su piel lechosa. Oyó el llanto a lo lejos, sintió su presencia mucho antes de que Polly se aproximara hasta donde ella se encontraba, detuvo sus movimientos de espaldas a la mujer y suspiro sintiendo como el dolor la envolvía.
