Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Meghan Ory como Julianne Mayer
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Tom Hardy como Alfie Solomons
La música vigorizante resonaba en el club Edén haciendo bailar a todo el mundo, las mujeres contorneaban sus cinturas y sacudían las piernas de un lado al otro mientras los hombres las rodeaban moviendo sus cuerpos al son del jazz fusionado. Los flecos de los vestidos se zarandeaban vívidamente mientras las bebidas abundaban entre los jóvenes, la noche recién comenzaba y el ajetreo junto a las risas vigorizaban el ambiente.
Julianne Mayer era una joven viuda adinerada que solía frecuentar el lugar junto con dos mujeres que había conocido en aquel lugar, su vida cambio dos meses atrás cuando el viejo con el que casi la habían obligado a casarse murió de manera repentina dejándola a cargo de todo un periódico y algunos otros negocios muy redituables que la obligaban a ser una mujer despiadada. Los accionistas de la redacción se negaban a cumplir órdenes de una mujer y eso causaba que la parte dominante de Julianne saliera a la luz sin piedad, con el tiempo, muchos pensaron que era una desgraciada y hasta dejaron correr el rumor que ella había envenenado a su esposo.
El calor del lugar sumado a los gritos y risas escandalosas la obligó a dirigirse directo a la barra donde ordenó un Gin-tonic, se apoyo contra la madera a la espera del trago mientras intentaba refrescarse con su propia mano.
Las puertas del club fueron abiertas para él, Alfie Solomons era un hombre impaciente, entró con pasos rápidos cojeando un poco a causa de la maldita humedad de Londres seguido de cerca por su fiel subordinado. La gente se abrió camino a su paso intentando no interferir en su trayecto, todos conocían la reputación que lo precedía, era bien conocido por su volátil personalidad.
La vio a lo lejos con su cuerpo apoyado en la barra, la tela de raso rojo trepaba por su espalda baja remarcando la curvatura de su espalda, los flecos negros se movían cual péndulos por sus muslos mientras ella zapateaba contra el suelo al ritmo de la música, no pudo evitar sentiré atraído como un imán hasta su cuerpo y con algo de prisa se paro a su lado acomodándose el ala del sobrero.
